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La vida continúa después del ‘brexit’

Sevillanos en Gran Bretaña y británicos en Sevilla cuentan cómo ha cambiado su entorno cercano 12 meses después del referéndum de salida de la UE

23 jun 2017 / 08:32 h - Actualizado: 23 jun 2017 / 11:32 h.
"Unión Europea","Brexit: Un año de confusión"
  • Guardia ante el Parlamento británico. / Efe
    Guardia ante el Parlamento británico. / Efe

El Gobierno británico y la Unión Europea buscan que los titulares sobre el divorcio continental conocido como brexit se centren en su agenda y sus intereses, en las meteduras de pata de la parte contraria y en que la opinión pública se eche las manos a la cabeza por cuestiones grandilocuentes.

Este periódico ha querido, además de analizar cifras, explorar datos y ofrecer esas llamadas grandes claves informativas, conocer cómo afecta el proceso a los sevillanos que residen en el Reino Unido y a los británicos que viven en Sevilla. Preguntando directamente a tres y tres de ellos.

Son los colectivos más afectados. Quizá por ello, abrumadoramente en contra del brexit. A quien no sale de su país ni vende o compra fuera puede parecerle que le da igual que el imperfecto constructo que es la Unión Europea se tambalee. Pese a todos sus defectos, mercanchiflerías e insensibilidad a la hora de rescatar bancos en vez de personas la UE es lo mejor que ha sabido inventar el continente para superar el suicidio que supusieron la I y la II Guerra Mundial y las enemistades y competencia entre naciones, causas de esas dos degollinas que, por cierto, salpicaron de refilón a España en forma de su peor guerra civil. Tal vez sea más valiente y difícil transformar la Europa de los mercados en la Europa de las personas que volver al mosaico de patrias antagónicas.

Pero estas cuestiones son quizá demasiado grandes para quienes tienen dificultades para abrirse una cuenta corriente en el Reino Unido o para saber a qué atenerse con su permiso de residencia en un país exsocio. Las preocupaciones del día a día son otras: ¿Me dará para volver a ver a mis padres este verano o la bajada de la libra me dejará tirado en Inglaterra? ¿Tendré que cambiar de nacionalidad para seguir trabajando? ¿Me encontraré en una situación incómoda si hablo español en un ambiente enrarecido –y agitado por políticos sin muchos escrúpulos–?. Así es la vida cotidiana un año después para los expatriados, en Sevilla y en el Reino unido.

Cristina Escribano: «Ahora tengo que certificar en el banco que trabajo»

Cristina Escribano es una enfermera sevillana residente en Weston super-Mare, una localidad al suroeste de Inglaterra de algo más de 75.000 habitantes, junto al mar y frente a las costas de Gales pocas millas náuticas al norte, con las aguas del Canal de Bristol por medio. «Es una ciudad no demasiado grande», explica Cristina, que trabaja en una nursing home (residencia para personas mayores). La distancia con Sevilla se le hace más corta porque su novio está con ella.

«Mis planes son volver en cuanto pueda y tenga trabajo en nuestro país», explica la enfermera, que no se ha topado con muchos cambios en su vida cotidiana. «Episodios de rechazo no he notado, al menos hasta la fecha», explica y pese al puñado de episodios violentos con inmigrantes europeos que sí se vivieron en otras poblaciones el verano pasado, pero que parecen no haberse repetido en cuanto la novedad de la ruptura por plebiscito se ha ido diluyendo en la vida cotidiana. «Lo único que he notado de cambio es que en el banco ahora necesitas certificar que estás trabajando aquí para abrirte una cuenta nueva. Antes no era necesario y solo con el pasaporte podías hacer ese trámite». Eso sí, los controles en los aeropuertos han crecido, pero quizá el brexit no deba cargar con toda esa culpa «El brexit y sus primeras consecuencias no me hacen replantearme mi estancia aquí», apostilla.

Marta Coronilla: «Veo que somos percibidos peor que antes del plebiscito»

Marta Coronilla tiene 34 años y vive en el Reino Unido desde 2012. Allí trabaja con menores en una escuela de inglés y está casada con un británico. «Vivo en Swanage, un pueblo turístico de la costa sur de Inglaterra, en el condado de Dorset. La población permanente del pueblo no llega a los 10.000 habitantes, pero en verano se cuadriplica. A pesar de que la inmigración aquí es minúscula (93,8% nacidos en el Reino Unido, 1,5% en Europa), en Dorset se votó masivamente a favor del brexit. También se vota en masa tory (conservador). Imagino que irremediablemente habrá consecuencias negativas con respecto a la residencia, el trabajo y el acceso a la sanidad. Mi experiencia aquí tal vez me mantiene en una burbuja. Estoy casada con un inglés y mis compañeros de trabajo, familiares políticos y amigos son todos británicos. En mi círculo más cercano se votó seguir en la UE, pero conozco a muchas personas que votaron brexit. He visto deteriorarse relaciones personales, y situaciones sociales donde no se habla sobre este tema para evitar discusiones. El malestar a raíz de la campaña del referéndum ha ido creciendo exponencialmente al centrarse casi exclusivamente en los aspectos negativos de la inmigración. Sé de experiencias negativas de españoles a los que se les ha increpado por hablar en español, pero he de decir que estos episodios han ocurrido de noche y con alcohol de por medio. Los polacos que conozco sienten el mismo malestar, nos sentimos peor recibidos que antes y poco valorados a pesar de nuestra contribución a la sociedad. Tal vez volvería a España si pierdo derechos fundamentales, pero tampoco veo perspectivas laborales para mí en Sevilla. Yo podría solicitar la doble nacionalidad, mi marido no podría hacerlo en Sevilla ya que España no permite doble nacionalidad a británicos».

Kim Causier: «Mi abuelo aún cree que los alemanes siguen siendo enemigos»

Kim es traductora autónoma, tiene 32 años y es traductora autónoma y residente en Triana desde septiembre de 2009. Nació en Evesham, Worcestershire (en el centro del Reino Unido). «Me mudé a Sevilla para unas prácticas de tres meses con una beca de Erasmus. Me enamoré de la ciudad, y decidí quedarme. He notado mucho más hostilidad. Es muy difícil saber en qué nos puede afectar el brexit y es lo más preocupante. Se ha manifestado que no hay un plan y todos estamos a la merced de las negociaciones. Vine a España con la libertad de europea ¿Qué pasará si no nos dejan mantener los mismos derechos? ¿Tendría que pedir la ciudadanía española? No me planteo irme de Sevilla. Mis allegados en el Reino Unido me dijeron que el referéndum abrió muchos debate entre familias y amistades, y sacó todo lo peor. Mis padres y hermano son de mente abierta. Sin embargo, mi abuelo todavía piensa que los alemanes y los franceses son enemigos.

Fiona Flores Watson: «Quiero conservar mi ciudadanía europea»

«Tengo 47 años, soy periodista, guía turística, traductora, relaciones públicas, y consultora de medios sociales. Llevo 13 años en Sevilla. Mi marido es de aquí y nuestros dos niños van al colegio público. De momento no se me ocurre volver a Inglaterra. Soy del condado de Essex, cerca de Londres. No se puede saber con ninguna certeza cómo afectaría a mi vida el brexit. De todas formas, veo esta decisión de mis compatriotas como un error muy grave, con consecuencias catastróficas. Hay varias posibilidades para los británicos en España, pero a mí personalmente me encantaría ser ciudadanía de la UE a través el artículo 20 del Tratado de Lisboa, que dice que la ciudadanía de la Unión esta por encima y aparte de ciudadanía nacional. Algunos amigos están cambiando su ciudadanía de británica a española. Ningún sevillano me ha rechazado por el brexit, no creo la gente de aquí sean así.

María Cordero: «Gano menos cuando viajo a España porque la libra vale menos»

María Cordero es mánager directora de operaciones de mercadotecnia digital en la industria farmacéutica. Tiene 40 años y ha cambiado el barrio de Nervión por el de Ealing, en Londres. Lleva siete años en el Reino Unido. «Me iría todos los inviernos y luego me reconcilio en la primavera. Tal vez volvería si hubiera mejores expectativas, pero España en mi empresa se gestiona desde Suiza. Ahora tendré que molestarme en leer y rellenar las 85 paginas del documento para pedir el permiso de residencia y buscar y pedir papeles a bancos, caseros y empresas anteriores para demostrar mi estancia durante los últimos cinco años, lo cual se me antoja bastante tedioso, aunque 100% factible. Por otra parte, a nivel laboral mi empresa actual ha convenido que cubriría los gastos para los visados de los trabajadores de la UE afectados por el brexit, lo cual da cierta tranquilidad en caso de no conseguir la residencia. El problema vendría en el hipotético caso de que no consiguiera la residencia y me quedara sin trabajo. En mi relación diaria con los británicos no me ha afectado el brexit por el momento, nunca he sentido en lo mas mínimo racismo o discriminación o falta de oportunidades por ser española. En la vida cotidiana sí me afecta por supuesto el que la libra haya bajado. Se puede decir que gano menos que antes cuando voy a España u otro país europeo. Algunos productos aquí han subido algo su precio. En Londres en general hay mayor multiculturalidad y la diversidad esta más aceptada que en localidades mas pequeñas. También influye en el rechazo el tipo de trabajo o industria en el que te muevas: no será lo mismo trabajar de abogado de alto copete en una gran firma que haciendo camas en un hotel. Tampoco te podrás integrar igual si apenas hablas el idioma o si no le pones ganas. Las anécdotas terribles [de xenofobia] las he leído en los periódicos. Por otra parte creo que si los requisitos para el visado de trabajo los ponen muy duros y en general las relaciones económicas con la UE no son favorables, muchas compañías moverán sus negocios fuera del Reino Unido, con lo que eventualmente habrá menos oferta laboral aquí.

Lucy Williams: «Me haré española, y si tarda mucho, irlandesa»

Tengo 41 años y vivo en Sevilla desde 1999. Soy traductora. Estoy casada con un sevillano y tenemos un niño de 9 años y una niña de 6. Estoy aquí ya para siempre. Crecí en un pueblo en las afueras de Londres, que se llama Gravesend. El brexit me afecta mucho, tengo una casa aquí, un negocio, una familia. El derecho de trabajar aquí es porque soy europea, ¿que pasará una vez que no lo sea? He decidido que es necesario pedir la nacionalidad española y presenté la solicitud en enero. Si tarda más allá de marzo de 2019 –fecha de la salida efectiva de la UE– me saco un pasaporte irlandés (mi madre nació en Irlanda) para seguir siendo europea. Me da vergüenza mi país, no es el país que yo conozco. Es como retroceder 40 años. No he tenido ningún rechazo de la gente aquí, parecen horrorizados, igual que yo, con el brexit. Como la libra esterlina baja, es más barato ahora viajar al Reino Unido en general.