Crónicas dominicales

Por qué avanza la ultraderecha

La cuestión no es lo negativa que puede resultar o resulta la ultraderecha sino por qué avanza. Es la pregunta científica y periodística, lo otro hay que dejarlo para las charlas de café y los progres de salón

24 abr 2022 / 04:00 h - Actualizado: 24 abr 2022 / 04:00 h.
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  •  Marine Le Pen. / AFP
    Marine Le Pen. / AFP

A Donald Trump lo quitaron de en medio como pudieron, tenía que perder sí o sí, porque estaba interfiriendo en la dictadura totalitaria con aspecto sonriente que se prepara desde hace tiempo. En 2016 no lo apoyó la estructura real de poder estadounidense -salvo una minoría- y menos en 2020. La mayor parte apostaron por Hillary Clinton, continuadora de Obama, y en 2020 por Joe Biden, una persona enferma, fácilmente manejable, en manos de quienes Trump les fastidiaba su avance inexorable hacia el control del mundo por medio, entre otros factores, de las firmas de los tratados trasatlántico y transpacífico de comercio, que Trump detuvo.

Tampoco veía el expresidente con buenos ojos la concentración mediática. Curiosamente, años antes de la era Trump, cuando el señor rubio del tupé no era noticia maligna un día sí y el otro también, Podemos tenía dos reivindicaciones con las que llenaron la Red: la postura contraria a los citados tratados y también la oposición a la concentración mediática. Yo explicaba con cierto detalle esta postura en mis clases en la universidad. Luego llegó Trump y tuve que decir lo que ahora estoy escribiendo.

¿Qué pasa aquí? Que hay una derecha tosca, de aspecto serio y desagradable que, sin embargo, posee puntos de coincidencia con la izquierda contra determinados aspectos que quieren llevar a término sus colegas de la derecha sonriente. Que existe una derecha -que coincidente o no con la anterior- que conecta con la doctrina social de la Iglesia y con la autocrítica de sí misma.

Tal vez millones de ciudadanos se han dado cuenta de esto y de que la postura de esta derecha a la que se tiene por cavernícola va directa a abordar temas de fondo con los que no se atreven ni la derecha de la sonrisa ni la izquierda de poses falsamente progresistas que se dedica a asuntos interesantes pero secundarios y además lo hace desde unas posiciones del siglo XIX y XX.

Si la derecha ultramontana llega al poder tendrá que matizar bastante o dar marcha atrás en alguno de sus planteamientos porque no se puede ir contra determinados aspectos de la Historia, ya imparables, pero hasta entonces ahí estará su presencia, en aumento, si es que los partidos tradicionales -en los que descansa el sistema de mercado global- no recuperan protagonismo y eso deberán llevarlo a cabo mediante un amplio examen de conciencia relativo al punto de abusos y errores que han alcanzado.

Hasta ahora, la derecha imperialista y avasalladora que domina mediante una democracia a primera vista sonriente, mediante ilusiones de libertad, ha logrado frenar a las otras derechas a su derecha, mediante victorias pírricas y pactos para sostener el sistema de la sonrisa posmoderna. Sin embargo, si no se lleva a cabo una seria y concreta revisión de su poder avasallador, el instinto de estar mal de la gente seguirá mirando a la ultraderecha, esas miradas irán en aumento y el mundo puede ser mucho más distraído y peligroso de lo que ya es a causa de una serie de hechos provocados desde el sistema mercantil y la posmodernidad. ¿En qué se concretan tales hechos? En noticias como las siguientes, todas de este mes de abril de 2022:

Según el último informe de Oxfam titulado Las desigualdades matan, la desigualdad inunda todos los aspectos de la vida y afecta, principalmente, la salud. Por falta de servicios sanitarios fallecen en el mundo casi seis millones de personas cada año; Y Oxfam explica «La pandemia aumentó la vulnerabilidad... disminuyó en casi una década y media la esperanza de vida de los pobres... amplió la brecha entre los que no tienen casi nada y los que no saben qué hacer, con tanto... incrementó las desigualdades». Millones de familias no han podido solventar los gastos causados por el coronavirus; hospitalizaciones, oxígeno, medicamentos, tratamientos, cuidadores y finalmente la muerte de alguno de sus miembros. Un artículo de Noor Mahtani publicado por la BBC el 20 de enero, dando cuenta del informe referido, precisa que solo el uno por ciento de la humanidad no vio deteriorados sus ingresos en los dos años de pandemia; por el contrario, las diez personas más ricas del planeta, duplicaron su fortuna como resultado de la COVID-19.

El CGPJ considera que el anteproyecto -denominado «Anteproyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI» contiene disposiciones «que contradicen el derecho fundamental a la igualdad que recoge la Constitución, porque propician el «indeseado efecto de generar situaciones de discriminación positiva y, por tanto, de discriminación por lo general indirecta de aquellas personas no contempladas en su ámbito subjetivo de aplicación, especialmente significativa respecto de las mujeres no transexuales». Eso conduce a una «excesiva atomización del ordenamiento jurídico» al dotar a determinados colectivos de un régimen privilegiado de protección, al margen del régimen aplicable al resto de ciudadanos, «con notable detrimento del derecho a la igualdad y del principio de seguridad jurídica».

El lobby LGTBI pierde batallas en EEUU: otro estado, Alabama, prohíbe los cambios de sexo en menores y el adoctrinamiento en ideología de género, en las escuelas. Sigue el ejemplo de otros estados que han tomado medidas similares en EEUU, como Florida, Arkansas, Texas, Idaho, Mississippi, Tennessee, Arizona...

Elche. Una plataforma ciudadana (apoyada por Vox, PP y Cs) se rebela contra la retirada de una cruz... “clarísimo símbolo fascista”, ironiza la información. El equipo de gobierno (PSOE y Compromís per Elx) quiere derribarla con la excusa de que es un símbolo franquista. Vox: «Es un dispendio claro del dinero público, una vez más, donde no hay necesidad», además de un «intento de guerracivilismo».

El precio de la vivienda creció en marzo un 28,2% desde el mínimo registrado tras la crisis financiera, en febrero de 2015. Pero todavía está un 23,5 % por debajo de los máximos de 2007. La vivienda sube en marzo un 6,8% en tasa anual, según TINSA. Es mucho, pero ese queda por debajo del IPC, ahora disparado.

Paco Audije escribía tras la primera vuelta de las recientes elecciones francesas: “La bella imagen de Emmanuel Macron en otros países de la Unión Europea -entre la mayoría de los europeístas- no se corresponde con las protestas y las fases críticas que han expuesto durante años una sucesión de protestas internas (chalecos amarillos, enseñantes, el mundo rural, etcétera). (esta vez) el voto por la extrema derecha, por Marine Le Pen, es un voto bastante más consolidado que en las elecciones de 2017. Ante ese peligro, la izquierda clásica y tradicional se diluye y casi ha desaparecido: sumados, el PS y el PCF apenas han logrado obtener un 4 por ciento. La vieja derecha (de lejano origen gaullista) también ha sido devorada por sus propios demonios. Por sus metamorfosis, corrupciones y vertiginosos cambios de nombre propiciados -en no pocas ocasiones- por las rivalidades personales de sus barones”.

Lo curioso es que el periodista sitúa como peligro al efecto, no a la causa. El peligro esencial no es la extrema derecha -que una vez más ha sido detenida, puede que coyunturalmente- sino la degradación de las derechas y las izquierdas tradicionales e incluso nuevas. Afirma Audije al principio de su artículo, antes de que el ogro ultraderechista fuera una vez más detenido: “En Francia, un cierto resentimiento social de gran parte de los demócratas -sobre todo de militantes y antiguos votantes de los partidos de izquierda- puede poner en riesgo la democracia”. Por supuesto, es el resentimiento y no sus causas lo que hace peligrar la democracia, son unos millones de ciudadanos los que un día se levantan y sentencian: “desde ahora, vamos a disentir, porque estamos aburridos de tanto progreso, de tanto bienestar que nos aburre”.

Otra noticia que impulsa al votante hacia extremos derechosos: El cierre de oficinas bancarias en España deja cada año a más pueblos sin acceso a una sucursal. Durante 2021 hubo 113 municipios que vieron desaparecer su última oficina y ya son cerca de 4.500 los que están desiertos de sucursales. Esto supone que en más de la mitad del territorio (el 55% de los municipios) no se puede acceder a los servicios financieros de forma presencial, según los datos que ofrece el Banco de España. El cierre masivo que se ha producido en los últimos años motivado por la reestructuración de la red debido a fusiones entre entidades, el ahorro de costes y la progresiva digitalización del negocio ha provocado que en algunas provincias sea difícil encontrar una oficina en la que realizar trámites básicos como retirar efectivo o consultar los movimientos de la cuenta bancaria.

Sobre la guerra de Ucrania: El secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, insiste en que «el pueblo ruso sufrirá las consecuencias de las decisiones de sus dirigentes». Los líderes y los medios de comunicación occidentales parecen creer que sus «aplastantes sanciones» sin precedentes tendrán un «efecto escalofriante» en Rusia. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha advertido de las consecuencias económicas de la crisis de Ucrania. Advierte que las amplias sanciones impuestas a Rusia empeorarán la inflación y ralentizarán aún más el crecimiento. Ningún país es inmune, incluidos los que imponen sanciones. Pero los más perjudicados son los países pobres, especialmente en África, que ya están luchando contra el aumento de los precios de los combustibles y los alimentos. El proverbio africano «Cuando dos elefantes se pelean, toda la hierba es pisoteada», resume bien la situación mundial. Estados Unidos y sus aliados parecen decididos a «estrangular a Rusia» a toda costa, sin importar los enormes daños colaterales para los demás.

Añadan ustedes los efectos perversos de las redes sociales, cuyo uso abusivo coincide con el aumento del consumo de drogas, el agravio comparativo que millones de ciudadanos occidentales sienten en relación con personas necesitadas que vienen del exterior -el humano es animal territorial- más las persecuciones, en nombre del progresismo, contra principios básicos que el humano necesita para su supervivencia espiritual, y con todo lo anterior elaboren el cóctel molotov que pende sobre las cabezas de las llamadas democracias ahora en declive. Los conceptos sobre libertades y la igualdad famosa están quedándose en simples palabras que agonizan sobre papel mojado. Y los representantes de los trabajadores se quieren más a sí mismos y a su supervivencia. Cuando el humano se cansa de estar cansado y mira a su alrededor buscando energía la halla sobre todo en la extrema derecha, así de triste para unos y de alegre para otros. Pero todo esto no lo ha traído la extrema derecha sino la evolución desequilibrante del propio humano. La presencia de la extrema derecha forma parte, asimismo, de esa evolución.