Singapur, la escala perfecta

Merece mucho la pena visitar la isla de Sentosa, el oasis de la diversión, donde se encuentran bonitas playas, campos de golf y museos

08 ago 2018 / 21:23 h - Actualizado: 08 ago 2018 / 23:23 h.
"El paraíso en mi mochila"
  • Sus altos rascacielos y su potente ciudad financiera recuerdan en cierta manera a Nueva York. / El Correo
    Sus altos rascacielos y su potente ciudad financiera recuerdan en cierta manera a Nueva York. / El Correo

Singapur es una ciudad-estado formado por 63 islas que se sitúan al sur de Malasia. Con poco más de cinco millones de habitantes, el tercer país más pequeño de Asia tiene una de las economías más prósperas de todo el continente y su sistema educativo se sitúa entre los mejores del mundo.

La isla mayor y principal se recorre en una hora de norte a sur o de este a oeste. La isla de Singapur es moderna, ordenada y limpia. Sus altos rascacielos y su potente ciudad financiera recuerdan en cierta manera a Nueva York, salvando la diferencia en sus dimensiones. Es una ciudad supercomospolita y un ejemplo de cómo pueden convivir exitosamente tan diferentes culturas. El 70 por ciento de su población es de origen chino, el 15 por ciento malayo, el diez por ciento hindú y el resto de otras culturas.

Si bien Singapur es una ciudad tolerante y abierta al mundo, es conocida también por la dureza de sus leyes. Se aplican multas por malas conductas como ensuciar las calles, tirar colillas u orinar en sitios públicos, que van desde elevados importes económicos hasta trabajos para la comunidad. Para los casos de asesinatos o tráfico de drogas a gran escala se aplica la pena de muerte.

La arquitectura llena de contrastes la ciudad, que va desde los edificios coloniales de la época en que eran territorio británico hasta los más futuristas rascacielos y sus amplias avenidas. Su clima tropical, marcado por las altas temperaturas y la excesiva humedad, regala una frondosa vegetación a la decoración urbana. De hecho, más de la mitad del país está poblado de vegetación y posee numerosos parques y dos reservas naturales.

China Town es uno de los motores culturales y gastronómicos de la ciudad. El templo Thian Hock Keng, que posiblemente sea el más bello, y el templo hindú Sri Mariamman, que es el más visitado de Singapur, se encuentran allí. He visitado los barrios chinos de más de una decena de ciudades, pero ha sido allí la única vez que, sin haber estado en China, sentí que ya la conocía.

La parte más colonial, que está en la zona norte, es el distrito administrativo y financiero. Allí se puede visitar el palacio de la Emperatriz. Ese edificio es una construcción de estilo victoriano que alberga un museo, galerías de arte y un restaurante de lujo. También son puntos de interés turístico las catedrales de San Andrés y del Buen Pastor y el lujoso hotel Raffles, que es todo un emblema en Singapur.

El Barrio Árabe, conocido como Kampong Glam, es una pequeña parte de la ciudad formado por algunas calles alrededor de la Mezquita del Sultán siendo el corazón de la cultura musulmana de Singapur. Arab Street es una calle regada de tiendas de tejidos, alfombras, cueros y perfumes. Muy cerca de ahí se encuentra un buen número de excelentes restaurantes que combinan sabores árabes de Turquía, Líbano o Egipto y numerosos cafés donde se sirve el popular Teh tarik, que se prepara con té negro y leche condensada y es la bebida nacional de Malasia.

La misteriosa Little India es una explosión de color y sabor con fascinantes tiendas de moda y joyería hindú, de especias, de aromas y restaurantes de comida vegetariana e hindú. Es ahí donde encontramos el mercado de Zhujiao, uno de los más animados de Singapur.

En la zona de la Bahía se encuentra el impresionante hotel Marina Bay Sands, el museo de las Ciencias, el puente Helix y desde ahí se accede a los Jardines de la Bahía, unos de los más sensacionales que he visto en mi vida.

Y la otra isla que merece la pena visitar es Sentosa, la isla de la diversión, donde se encuentran bonitas playas, campos de golf, museos, parques de atracciones y el acuario tropical más grande de Asia, el Underwater.

No puedo olvidar hacer mención a la gastronomía, que es genial, hay para todos los gustos y para todos los bolsillos. Desde comida china, india o árabe en los puestos callejeros, llamados Hawkers, hasta platos de alta cocina elaborada en los restaurantes más sofisticados. El plato que más me gustó fue el famoso cangrejo con chili de Singapur.

El aeropuerto de Singapur, Changi International Airport, ha sido elegido por quinto año consecutivo el mejor aeropuerto del mundo y es donde hacen conexión la gran mayoría de vuelos entre Australia, Europa y Asia.

En definitiva, Singapur es un sitio peculiar que deja buen sabor de boca a los visitantes por su modernidad y sus contrastes, pero más que un destino en sí yo lo definiría como un lugar maravilloso para aprovechar una escala y gozar de sus encantos durante un par de días.