La ONGD Equipos de Respuesta Inmediata en Catástrofes de Andalucía, que se ha desplazado estos días hasta Marruecos para colaborar en la aportación de ayuda humanitaria que se ha solicitado desde el país después de las consecuencias sufridas por el terremoto, pone de manifiesto el trato vejatorio que se viene sufriendo en la frontera de Tánger para acceder con los vehículos y poder realizar la descarga de la ropa y los materiales que se están donando para la población.
Según informa uno de los miembros de la ONG, después del trabajo realizado y los trámites burocráticos que se han llevado a cabo para poder colaborar, además, todo realizado y gestionado en conjunto con una asociación marroquí que solicitó la ayuda, la situación no solo fue caótica en cuanto a información una vez en la frontera, sino que, el trato demostrado de manera despectiva hacia todos los que allí se encontraban esperando respuesta para entrar al país, ha sido continuo.
Más de 2.000 kilos repartidos entre ropa y tiendas de campaña que sirvieran de techo para las familias afectadas han concluido siendo rechazados después de más de siete horas de espera en Tánger aguardando respuesta para acceder, terminando con la consiguiente negativa por parte de los responsables en la frontera. Una negativa que se termina convirtiendo en el regreso con la mercancía al lugar de destino y con la frustración e indignación de los cooperantes, que han visto fallido su intento de ayudar a las familias.
Mano negra
Y no son solo los miembros de la ONGD Equipos de Respuesta Inmediata en Catástrofes de Andalucía los que han dado la voz de alarma a esta situación. Esta misma mañana, la una empresa de Martos (Jaén) que se ha unido a la ONG para entregar ayuda, han mandado un comunicado expresando su total indignación:
“Buenos días no sé cómo expresar los sentimientos que tenemos en estos momentos, ayer después de estar 7 horas en aduanas no nos dejaron entrar con el material, alegando que el material era usado y podía tener problemas la gente con infecciones en la piel. ¿Cómo se queda usted? Por activa y por pasiva rogándole a esos directores de aduanas, que solo nos faltó ya ponernos de rodillas, y nada, no aceptó nuestras súplicas. Solo aceptaban material nuevo”.
Como consta en los comunicados que están realizando las diversas ONG´s y asociaciones que se están acercando hasta la frontera para facilitar material, son muchos los signos que delatan que, posiblemente, pueda tratarse de intentos de hacerse con la mercancía usada para negociar con esta.
Peticiones rehusadas
La negativa para introducir las donaciones en el país viene justificada con un “es ropa usada”. Al parecer, las indicaciones de los responsables de la frontera son claras para poder cruzar: la ropa debe ser nueva e, incluso, con etiquetas que lo demuestren.
No obstante, son numerosas las sugerencias que se les hace a los desplazados con la ayuda y se les pide que, si quieren acceder o no volver con la mercancía a destino, pueden dejarla en la frontera, lo que ha llevado a inquietar y pensar que, tal vez, esta ayuda se pueda convertir en venta en el mercado negro.
Hasta el momento, ninguna de las donaciones se ha quedado en la frontera, pero la indignación está siendo creciente dado el trato que se está recibiendo, hasta el punto de comunicar a los allí presentes, que se ha establecido una nueva ley que no permite la entrada de este tipo de ayuda, llegando a pedir hasta en 35 ocasiones los pasaportes, en un periodo de tiempo de 9 horas.
O casos concretos, como un cooperante belga que llevaba tres días durmiendo en la furgoneta a espera de poder entrar en el país.
Odisea humanitaria
Por su parte, el grupo de Rally Solidario de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), detalla que, después de la odisea vivida y la larga espera en aduanas, ayer pudieron acceder y se dirigen hacia Marrakech con todo el género dispuesto. La idea principal era llegar ayer a Marrakech pero, dado el tiempo que estuvieron parados, hicieron noche en Assilah y la ruta de hoy se planteaba desde Assilah hasta Marrakech.
No obstante, son muchos los miembros de ONG´s y asociaciones que, durante esa espera, han sido testigos y están levantando la voz para darle una solución al rechazo de toda esta colaboración que, en estos momentos, tanta falta le hace a la población marroquí.