Contratos en prácticas o por obra y servicio, becas no remuneradas, jornadas interminables por un salario que apenas supera el mínimo interprofesional... Es la realidad laboral que viven los jóvenes en España, la generación mejor formada, pero también la más invisible del mercado laboral.
De los 287.485 españoles menores de 25 años que estaban el paro, 90.890 eran andaluces, el 31,61 por ciento del total nacional, según los datos de julio de las oficinas del Servicio Público de Empleo. En Sevilla, los jóvenes en situación de desempleo ascendió en julio a 22.963 personas, el 7,9 por ciento del total nacional. Es decir, los sevillanos con menos de 25 años lideran el paro juvenil en el territorio nacional.
Sin embargo, según datos del Ministerio de Empleo, los jóvenes de la provincia son los más beneficiados de las medidas de empleo impulsadas por el Gobierno central. Así, 48.207 sevillanos menores de 30 años aprovecharon alguna de las cien medidas que recogía la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven –como los estímulos de contratación estable o la reforma de contratos de formación– o el Sistema Nacional de Garantía Juvenil para menores de 29 años que ni estudian ni trabajan.
Pero, ¿son realmente efectivas y suficientes estas medidas? Los sindicatos aseguran que no y que, de hecho, han ayudado al deterioro del empleo de los jóvenes. Según la secretaria de Igualdad y Juventud de UGT Sevilla, Ana Maldonado, las medidas impulsadas por el Gobierno central fomentan «contratos de poca duración, de cotización escasa y, por lo general, a media jornada».
Condiciones que hace que el laboral solo sea el desencadenante de un problema mayor, la pérdida de calidad de vida de estos jóvenes. La secretaria general de Juventud y Mujer de CCOO Sevilla, Sara de los Reyes recuerda que «solo dos de cada diez tienen la oportunidad de emanciparse, y la mitad que lo consigue tiene que compartir gastos». Una realidad que hace que los jóvenes caigan «en el desánimo» y se marchen fuera del país «en busca de unas oportunidades que aquí no encuentran», sostiene Maldonado.
Desde la entrada del Gobierno de Mariano Rajoy, el número de andaluces menores de 30 años sin empleo se ha reducido en más de 66.000 personas. Una bajada a un precio muy caro, el de una precariedad generalizada que ha obligado a muchos jóvenes andaluces a abandonar el circuito laboral. En concreto, según la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año, 5.800 andaluces menores de 25 años abandonaron la lista del paro, pero sólo 3.400 encontraron empleo; el resto desistió de su búsqueda o partió en busca de trabajo.
La clave para que los jóvenes ganen derechos en el mercado laboral está en «no resignarse», sostiene De los Reyes. Ambos sindicatos coinciden en que hay que denunciar ante las autoridades competentes cualquier práctica abusiva.