En el artículo anterior, dejamos al Museo y a Las Aguas con la aprobación, en sus respectivos Cabildos Generales, para salir el Lunes Santo de 1923. Cada una, con su propia idiosincrasia, dio un paso al frente y variaron dos jornadas, hoy irrenunciables como el Domingo de Ramos y el Viernes Santo, por una novelería, que cien años después, ya forma parte de la identidad de los cofrades de hasta 9 corporaciones. Quizás el Museo quiso poder no renunciar a salir en caso de lluvia, o quizás no verse envuelto en líos cuando el Santo Entierro Magno se celebraba, o quizás quiso presidir una jornada en base a su acreditada antigüedad. Quizás las Aguas evitaba organizar su cofradía el mismo día que lo hacía la Estrella, o quizás quiso probar las mieles de una nueva jornada, o quizás quiso mostrarse obediente a lo que se le proponía desde el Ayuntamiento y la Vicaría.
Estas Hermandades son dignas de reconocimiento, y es de justicia presentar los datos que conocemos, para que cada uno de nosotros lo valore en su consideración. Además, el hecho de que se haya transmitido que la jornada no se llevó a efecto a causa de la lluvia, es como un irreverente desenlace al esfuerzo y arrojo de aquellos hombres. Me dispongo a puntualizar, matizar y rectificar, humildemente, al hombre al que los investigadores cofrades estamos agradecidos por tanto que nos iluminó. Algún ejemplar, debido al titánico esfuerzo recopilador y de investigación histórica, del insigne cofrade Juan Carrero Rodríguez, suele habitar en las bibliotecas de los cofrades. Comprobar que noticias, que entendíamos contrastadas, son bulos que rondan nuestro mundo, puede hacernos pensar en alguna intención espuria. Sin entra en esto, sorprende la insistente referencia, de este autor, sobre el primer Lunes Santo de la historia, como un día de lluvia en el que no salieron las Cofradías.
Y tampoco es que refutar este dato resulte especialmente complicado, dado que sólo con mirar las actas de Cabildos de ambas corporaciones y los periódicos del Martes Santo de 1923 nos permitiría darnos cuenta de que procesionaron ambos cortejos en aquel primer Lunes Santo de la historia del que estamos celebrando su centenario. Este descubrimiento hay que asignárselo a mi querido hermano, y maestro en lo que a la investigación cofrade se refiere, Ernesto Barragán Benzal (hermano número 2 de mi Hermandad de las Aguas). Él fue quien me lo reseñó por primera vez y en quien me he apoyado para la realización de esta serie de artículos.
En el Carrero (Anales de Juan...), al referir a la Hermandad del Museo dice: “26-3-1923 Para este año tenía que efectuar la Estación de Penitencia en la tarde del Lunes Santo, pero debido a la lluvia, que intermitentemente cayó sobre la ciudad, no pudo realizarla.” Y, cuando hace lo mismo con la Hermandad de las Aguas, narra: “26-3-1923 Por primera vez organiza su salida procesional para la tarde del Lunes Santo; el cambio de día fue debido a la imposibilidad de organizar la salida conjuntamente con la Hermandad de la Estrella, que también efectuaba el Domingo de Ramos. Por lluvias en este Lunes no la pudo llevar a cabo.”
Resulta reincidente cuando comprobamos que en el Diccionario Cofradiero, el mismo autor insiste en lo lluvioso de la jornada: “Lunes Santo: Segundo día de la Semana Santa. Las procesiones de forma ininterrumpida se iniciaron en 1923, aunque este año no se verifican por el tiempo inestable, haciéndolo al año siguiente, figurando las Hermandades de las Penas, Aguas y el Museo. (...)”
Sin embargo, al mirar las actas de ambas Hermandades encontramos lo siguiente: (El Museo) “En consecuencia, el Secretario, mediante la oportuna certificación, dio fe, de que el día 26 de Marzo de 1923, Lunes Santo, por primera vez hizo la Cofradía su obligada Estación de Penitencia a la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla, con sus veneradas Imágenes, llevándolas cada una en su correspondiente paso, habiéndose estrenado el de la Santísima Virgen”.(Las Aguas) “Esta hermandad hizo su estasión a la Santa Iglesia Catedral en la tarde del Lunes Santo salió de su iglesia a siete de su tarde y regresó a las once de su noche sin que ocurriera ningún incidente”.
Nuestro empeño por alcanzar la ratificación hace que vayamos a consultar los periódicos del Martes Santo de ese año. En “El Correo de Andalucía” describe: “Anoche hicieron estación a la Santa Iglesia Catedral las siguientes cofradías: Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora del Mayor Dolor, de la iglesia de San Jacinto, que en años anteriores salió el Domingo. Hizo su carrera con gran lucimiento. Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de las Aguas, de la capilla del Museo. Esta, por primera vez, llevaba dos pasos.”
En “El Liberal” nos relata: “Lunes Santo Las cofradías. Con la misma animación y esplendor que en la noche del Domingo de Ramos, desfilaron las cofradías del Lunes Santo.” ...///... “Ayer lunes y tan solo con dos cofradías, hubiera podido pasar por la animación con la categoría de Jueves Santo. A las seis y media de la tarde salió de la iglesia del barrio trianero el Cristo de las Aguas y Nuestra Señora del Mayor Dolor. ...///... A las siete y media salió de la capilla del Museo el Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de las Aguas. Esta cofradía salía anteriormente en Viernes Santo y constaba de un solo paso. En el presente año la Hermandad ha hecho un alarde de lujo y de gusto ornamentando dos pasos.”
Sorprendentemente, la querida Cofradía del Museo eligió un recorrido extraño para su primera participación en el Lunes Santo: En vez de llegar por Alfonso XII a la Campana, se dirige a Gravina y da un considerable rodeo por la Plaza de la Magdalena. Según refiere Don Fernando Azancot Fuentes, este recorrido estaba previsto para el Viernes Santo de 1922 y tenía su motivación en el intento de evitar un parón en el Duque provocado, según referían las actas, por la Hermandad de la Sagrada Mortaja. Lo que lleva a esta corporación a repetirlo el Lunes Santo de 1923 nos es, actualmente, desconocido. El caso es que, en tan llamativo rodeo, se produce un error de cálculo y la Hermandad sufre un considerable retraso por el que es sancionada con una multa económica por el teniente de alcalde.
“Martes Santo 27 de Marzo de 1923.
Por haber invertido más tiempo del necesario y del fijado en el horario Oficial, a su paso por la Plaza de la Constitución y llegada a la Catedral, se impone una multa de cien pesetas a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de las Aguas, que le será descontada de la subvención correspondiente y para su debido conocimiento, notifíquese al Sr. Hermano Mayor de la misma. Firmado: Miguel Bermudo Barrera”