Cinco Llagas (128)

El capítulo 128 de la Guía Cofrade explica las distintas referencias de Cinco Llagas en Sevilla

17 abr 2017 / 15:25 h - Actualizado: 17 abr 2017 / 17:52 h.
"Cofradías","Guía cofrade"
  • El Cristo de las Cinco Llagas, titular de la hermandad del Trinidad. / Inma Flores
    El Cristo de las Cinco Llagas, titular de la hermandad del Trinidad. / Inma Flores

Las marcas en las muñecas y en los tobillos –aunque los crucificados de la Semana Santa de Sevilla están clavados a la cruz por las manos y los pies– y la herida en el costado causada por la lanza de Longinos para comprobar que Jesús de Nazaret había muerto –y de la que brotó agua y sangre– conforman las cinco llagas de Cristo. La tradición de la Iglesia incluye el rezo de un ejercicio centrado en estas cinco llagas que rezan las hermandades a sus titulares cristíferos, como en Santa Marta al término del besapiés del Domingo de Pasión.

Pero la Semana Santa de Sevilla cuenta con un Cristo con esta advocación, el que procesiona cada Sábado Santo en el segundo paso de la Trinidad. «La devoción a las Cinco Llagas de Nuestro Redentor Jesucristo, materializada en la imagen escultórica de un Crucificado, se encuentra presente en esta cofradía desde sus orígenes. De hecho, en el capítulo 47 de la Regla de 1555, la única efigie que figura en el cortejo, cerrándolo, es la de un ‘crucifijo grande, que lo lleve un cofrade de los más altos’», detalla en su web la corporación de la basílica de María Auxiliadora. Aunque la hermandad ha tenido varios titulares con esta advocación, el actual, fue encomendado a Luis Álvarez Duarte en 2001. En 2002 hizo su primera estación de penitencia y en 2016 presidió el Viacrucis del Consejo de Hermandades el primer lunes de Cuaresma.

Pero, además, la actual sede del Parlamento de Andalucía fue levantada como Hospital de las Cinco Llagas o de la Sangre. Su construcción se inició solemnemente el 12 de marzo de 1546 por voluntad de don Fadrique Enríquez de Ribera –a quien está dedicada una de las calles a las que tiene fachada el inmueble–, que decidió alzar un nuevo edificio para albergar la fundación de caridad que en 1500 creara su madre, doña Catalina de Ribera. Toda una leyenda explica la vinculación de este hospital con la Macarena. La Esperanza lo visitó en los años 70.