La Hermandad de las Siete Palabras quiso recuperar una estampa histórica cuando en 2004 participó, con su paso de misterio, en la procesión general del Santo Entierro Grande de hace casi veinte años. Le acompañó la Unión Musical Sevillana, banda de música de plantilla completa ya desaparecida, y que nació tras la disolución de la Banda de Música de la Esperanza de Triana. Para la ocasión, la corporación de San Vicente eligió un repertorio en el que no faltaron piezas como «Santísimo Cristo de las Siete Palabras» de Pantión, «Jesús de las Penas» del mismo autor, o «Pasan los Campanilleros», obra de Manuel López Farfán compuesta en 1924 y que, a pesar de que fuese estrenada tras el paso de la Virgen del Socorro de la Hermandad del Amor, se creó para este misterio, curiosamente, y no para una dolorosa bajo palio.
Dicen que la Hermandad del Cachorro ha abierto un debate al contratar a la Banda de Música de La Puebla del Río tras tocar detrás del crucificado de Ruiz Gijón, el pasado Sábado Santo, con motivo de su asistencia al último Santo Entierro Grande. Pudiera ser. ¿Sería posible que las Siete Palabras diese el mismo paso tras haber probado, diecinueve años antes, la misma experiencia que el Cachorro? Además, el misterio de San Vicente siempre fue con banda de música hasta 1957, pues en 1958 se incorporó el paso de palio y fue entonces cuando cambió el estilo musical. ¿Debería recuperarlo? ¿Se lo plantearán los candidatos que optan a las elecciones de esta cofradía el próximo jueves 22 de junio? Quién sabe...