De la Macarena a la aldea pasando por San Lorenzo

Los vecinos del barrio acompañaron a la hermandad rociera en los primeros compases de su peregrinación

Juanmi Vega @Juanmivegar /
05 jun 2019 / 11:37 h - Actualizado: 05 jun 2019 / 11:37 h.
"Rocío"
  • La salida de la hermandad de la Macarena.
    La salida de la hermandad de la Macarena.

¿Cómo explicar la fe, la esperanza, la ausencia, los recuerdos o la felicidad? ¿Cómo explicar los recuerdos o el abrazo de una madre? ¿Cómo se explica lo que se vive con la salida de la hermandad del Rocío de la Macarena? Es difícil buscar palabras que puedan explicar, describir e incluso transmitir al lector lo que se vive allí. Al menos, hay que intentarlo.

Cuando el Sol todavía no asoma por la ronda y el arco sigue con la oscuridad de la noche, alrededor de la basílica y las calles del barrio de la Macarena se puede notar que no es un día cualquiera.

Las cafeteras funcionan a pleno rendimiento. El tubo que echa el vapor que calienta la leche resopla continuamente como si fuese la mañana del Viernes Santo.

Buscando San Gil se puede escuchar el sonido de las herraduras de los caballos golpeando el suelo de adoquines. En un lateral de la calle Parra enganchan a los bueyes a la carreta que llevará el Simpecado de la hermandad.

Un tamborilero se acerca por la calle Sagunto a los sones del Romerito. La parroquia de San Gil está abarrotada de gente. El coro empieza a entonar sevillanas y el Simpecado discurre por el interior hasta llegar al altar. La homilía prepara el alma al igual que el café y la tostada prepara el cuerpo para lo que está por venir.

La carreta llega y se posiciona en la puerta que da para la calle por donde el tamborilero caminaba avisando a todos de lo que estaba por llegar. La gente se agolpa alrededor de la carreta. Los caballistas están preparados.

El Simpecado se acerca a la carreta. Subidos a ella le esperan dos hermanos de la corporación que se encargarán de engancharlo para aguantar todo el camino. Terminada la maniobra empiezan los primeros vivas con la voz rota. Los sentimientos brotan. Para algunos es su primer contacto con este bendito veneno, como por ejemplo, para esa pequeña de dos meses que iba en brazos de su padre, escuchando las sevillanas, los vivas y los toques del tamborilero sin inmutarse, sin un llanto. Otros no podían aguantar las lágrimas de emoción. «Otro año más» dicen.

Salud es la palabra más repetida cuando se pregunta qué van a pedir a la Virgen cuando lleguen a la aldea.

Si la salida es un cúmulo de emociones, cómo explicar el ‘hasta dentro de unos días’ que se produce a las puertas del atrio de la basílica de la Macarena. Es el momento en el que la Macarena, desde su camarín, despide al Simpecado y a los romeros, les da su bendición y les desea buen camino. Esa parada es otro chute de energía.

Prosigue su camino para buscar el extramuros de la ciudad pero antes tiene que despedirse de su gente de la calle Feria. Allí, el coro se agolpa en un balcón para cantarle y tirarle pétalos para despedir la carreta.

Ya se acerca a la salida de Sevilla pero antes hay que hacerle una visita a uno de los vecinos más ilustres de la ciudad., que para eso coge San Lorenzo de camino.

Allí está Él. El Gran Poder espera encontrarse, un año más, con la hermandad del Rocío de la Macarena.

Hay mucha gente esperando este momento. Una conductora se queda parada en mitad de la calle disfrutando de ese momento. Otro le pita para que reanude el paso aunque no quiere irse, al igual que tampoco quiere irse el Simpecado de la vera del Señor de San Lorenzo. El deber le llama, al igual que lo hace la Virgen del Rocío a esta hermandad. Buen camino.

■ Esta noche, a las 21:00 horas, en nuestro Streaming podrá revivir la salida de la hermandad de la Macarena.