- Imagen de Fernando Domínguez
La autoridad eclesiástica concede su beneplácito a la Hermandad del Cachorro para que la corporación trianera celebre el próximo domingo 26 de febrero, primero del tiempo de Cuaresma, un vía crucis con la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración por las calles de su barrio. Parece ser que hay intención de convertir esta cita en un culto anual recogido en las reglas, de modo que se celebre a partir de ahora cada Cuaresma o en las vísperas de la misma.

Imagen del 26 de febrero de 1973, previa al incendio

Nada hacía presagiar que fuese a perderse la Virgen
La fecha no está elegida al azar, ni responde tampoco a una cuestión del calendario litúrgico, sino que ese mismo día se cumplirán los cincuenta años del aciago incendio que destruyó en el propio templo de la cofradía del Viernes Santo a la antigua imagen de Nuestra Madre y Señora del Patrocinio, quedando totalmente calcinada y reducida a cenizas. Por suerte, el crucificado no acabó igual gracias a la intervención de Rafael Blanco Guillén, que se saltó por el balcón de las dependencias para acceder al interior mientras llegaban los bomberos y alguien de la propia hermandad con las llaves, aunque el fuego sí afectó a su talla, especialmente en las piernas y por el abdomen, motivo por el que los hermanos Cruz Solís viajaron desde Madrid el verano de aquel mismo año, 1973, para proceder a su restauración.

Impresionante primer plano con el rostro ennegrecido del Cristo por el incendio

Los bomberos junto al Cachorro, comprobando que la Virgen del Patrocinio quedó calcinada
La dolorosa tuvo que ser creada de nuevo, siendo un entonces joven Luis Álvarez Duarte el que la trataría de recuperar mediante la contemplación de distintas fotografías que se conservaban de la efigie que se había perdido. Fue el cofrade macareno José Mena Martagón el que sugirió a Álvarez Duarte que acometiese esta labor, y tras modelar el rostro en barro, la junta de gobierno del Cachorro acudió a contemplar el trabajo, y ante la emoción de los asistentes se le encomendó su talla, que fue bendecida el Domingo de Ramos, por lo que el escultor acometió su trabajo en un tiempo récord.

Lateral del crucificado afectado por las llamas del fuego

Vía crucis con la cruz de guía aquel 26 de febrero de 1973
Como es natural, aquel 1973 la cofradía no efectuaría su estación de penitencia. Era hermano mayor cuando todo ello ocurrió el recordado Carlos Elliott. Volviendo al día del incendio, aquella noche se rezó un vía crucis por las calles de la feligresía, presidiéndolo la cruz de guía escoltada por dos ciriales, ya que no era aconsejable manipular la talla cristífera, por lo que ahora, medio siglo después, sí saldrá como acción de gracias. En próximas fechas, la mesa de oficiales que preside José Luis Aldea como hermano mayor informará sobre los detalles de este piadoso ejercicio.

Portada de El Correo de Andalucía el día después

Modelado en barro del rostro de la nueva dolorosa de Álvarez Duarte