El círculo que nadie vio en el cartel de Salustiano

Quien conoce la obra del cartelista de la Semana Santa sabe que éste pinta habitualmente sobre soportes circulares

Salustiano García ante el lienzo original del cartel de la Semana Santa realizado en un tondo

Salustiano García ante el lienzo original del cartel de la Semana Santa realizado en un tondo / Juanma Labrador

Juanma Labrador

Cuando el vicepresidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías, José Roda Peña, profesor universitario, además, en Historia del Arte en la Hispalense, tomó la palabra en el acto de presentación del cartel de la Semana Santa de Sevilla el pasado sábado 27 de enero, con anterioridad al descubrimiento de la obra de Salustiano García Cruz, inició su intervención, tal y como ya habíamos señalado en la crónica del evento el pasado fin de semana, con esta frase: «El círculo es la base de la divina armonía en la naturaleza». La enunciación no era suya, sino de León Bautista Alberti, tal y como precisó el propio Roda en su disertación, y que quedó escrita en 1452 en su «Tratado de Arquitectura». A partir de ahí, este cofrade recordó varios conceptos artísticos en torno a la circunferencia, como que «durante el Renacimiento italiano se tomó el círculo como ejemplo de belleza, basada en las proporciones geométricas ideales», recordando que el círculo, por tanto, inspiró en aquella época numerosas edificaciones de planta centralizada, como es el caso del templete romano de San Pietro in Montorio del aquitecto Bramante, aunque también sirvió como fuente para «pinturas que permanecieron en el imaginario popular como referentes culminantes de la Historia del Arte», citando así la Madonna del Magníficat de Sandro Botticelli, la Virgen de la Silla de Rafael Sanzio, o la Sagrada Familia de Miguel Ángel Buonarroti.

Como ya hicimos saber en la ya referida crónica del evento, los asistentes esperaban una obra circular, aunque posiblemente se enmarcase en un cuadro rectangular dada la silueta que adoptaba el damasco que cubría el cartel. Quienes conozcan los trabajos de Salustiano, o se hayan molestado en buscarlos en las redes sociales si los desconocían, saben que el círculo es un formato muy empleado por ese artista junto al sello de ese rojo tan personal que ha terminado adoptando como apellido el nombre de pila del refutado pintor. Este periodista que les escribe a ustedes en este medio puede dar fe de lo que expone en estas líneas, porque estuvo presente en el salón de actos de la Fundación Caja Rural del Sur, en la Plaza de la Magdalena, durante el mediodía del sábado pasado, y en él mismo se generó esa expectación, pues el profesional de la información, aunque luego narre qué ha sucedido allí, en ese mismo momento no deja de ser una parte más del público presente en aquel espacio, aunque quizás se distinga por tratar de ser más observador del contexto que otros que acuden como meros invitados a la cita.

Roda Peña afirmó, incluso, que habrá pocos artistas como Salustiano que «hayan internacionalizado en tan gran medida, en los cinco continentes, el nombre de Sevilla y el tondo como uno de los formatos idóneos de su lenguaje pictórico». Para aquellos que no dominen este vocablo, un tondo es una composición pictórica ejecutada en forma de disco y no en rectángulo, como es tradicional, y el término proviene del italiano «rotondo», que significa «redondo». Pues bien... llegó el instante de retirar la tela que cubría al «Cristo joven y resucitado» que este año protagoniza el cartel, y nadie vio círculo alguno. Impactó la figura retratada, sin duda, llevamos dos días en muchísimos foros hablando de lo mismo, pero en el ágape posterior ofrecido en el patio de la Fundación Caja Rural del Sur fueron muchos los que lo comentaron: «Yo esperaba un círculo». Nadie lo vio. Pero existe. Casi nadie se percató, por no afirmar con rotundidad que absolutamente nadie, que lo que se vio en el acto de presentación no es la pieza original, sino una reproducción digital en el interior de una caja de luz, que es lo que el artista ha entregado al Consejo por el dinero que la entidad cofradiera paga al artista a quien encomiendan el cartel. La auténtica obra, al parecer, está al precio por el que se cotizan los trabajos de Salustiano, una cantidad considerable de miles de euros, y esa pintura verdadera, que según ha declarado el artista en Canal Sur Radio será para su hijo Horacio, es el tondo, la que abraza a Cristo en un círculo, y que se ha podido ver en las entrevistas realizadas al artista desde su estudio en algunas cadenas nacionales de televisión y de agencias de comunicación. Ojalá el círculo, al fin, podamos contemplarlo en la Fundación Cajasol en la muestra que en la segunda mitad de cada Cuaresma se dedica a quien ha realizado el cartel de la Semana Santa.

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