Por tercera vez en su historia, el Sagrado Corazón de Jesús del barrio de Nervión acudirá a la Santa Iglesia Catedral. El próximo domingo 18 de junio, a las nueve de la noche, la imagen de la corporación letífica presidirá una santa misa conmemorativa de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, Eucaristía que celebrará el prelado hispalense, monseñor José Ángel Saiz, y que servirá para celebrar el CXXV aniversario de la consagración de la Archidiócesis de Sevilla al Corazón de Cristo, así como el LXXV aniversario de la edificación y bendición del Monumento al Sagrado Corazón que se alza en el hispalense municipio de San Juan de Aznalfarache.
Echando una mirada atrás en la historia, fue en 1898, cuando el hoy beato Marcelo Spínola, entonces prelado sevillano, consagró la archidiócesis hispalense al Sagrado Corazón de Jesús, anticipándose así a la propia consagración de España, que aconteció veintiún años más tarde, en 1919. De hecho, cabe recordar que en 1998, el Sagrado Corazón de Nervión presidió en la seo metropolitana la misa conmemorativa del centenario, siendo aquella su primera visita a la catedral, repitiéndose este hecho en 2009, cuando la imagen cristífera de Antonio Illanes presidió el Pregón de las Glorias.
Para esta celebración, la hermandad letífica va de la mano del Apostolado de la Oración, cuyo director es el sacerdote Luis María Jiménez de Cisneros. Tras la Semana Santa se dará forma a un programa formativo de actos y cultos. El Señor marchará a la catedral el sábado 17 de junio, muy previsiblemente por la tarde, y permanecería allí casi una semana, ya que la misa del domingo 18 concluiría a una hora tardía como para volver a Nervión, por lo que la procesión de regreso tendría lugar el viernes 23 de junio, día de la semana en la que ya salió la cofradía por su barrio el pasado año. Igualmente, tanto en 1998 como en 2009, a la ida se rezó el vía lucis, ejercicio que la corporación quisiese volver a realizar para esta ocasión en algún momento dado dentro de esta programación que aún es un borrador, ya que nada hay cerrado al cien por cien.