El fantasma «familiar» de La Macarena

01 abr 2023 / 04:00 h - Actualizado: 01 abr 2023 / 04:00 h.
"La Macarena","Semana Santa 2023","Cuaresma 2023"
  • Arco y Basílica de la Macarena.
    Arco y Basílica de la Macarena.

Es de ese tipo de historias que cabalga entre la leyenda y la realidad pero que a mí me gusta de investigar por qué siempre se esconde un hecho real tras la misma, en este caso nos lleva gasta la hermandad de La Macarena

Mi comunicante se llama Juan Luis y estaba vivamente emocionado al ir leyendo como, semana a semana, se iban descubriendo hechos llamativos o inexplicables en las diferentes iglesias y hermandades sevillanas, desde el respeto pero con el máximo de rigor hacia la información publicada.

Debido a ello me escribía y me decía: “¿Sabes el tema del fantasma de La Macarena? Yo no sé si es verdad o no pero podrías seguir esa pista” y eso activó mi curiosidad y más de un tema como este.

Conste que son hechos que se producen o se han producido en las diferentes hermandades y que no tiene nada de perjudicial hablar de ello máxime cuando son fenómenos que, en otro lugar, no tendríamos reparos en “devorar”, las iglesias sevillanas tienen muchas historias ocultas y muchos secretos siendo positivo que se conozcan.

Siguiendo esa pista pregunté a diferentes personas vinculadas con la hermandad que amablemente me atendieron pero que no sabían nada de ese tema. Pero al salir un señor ya mayor, Paco, me tocaba el brazo y me decía: “Yo puedo contarte una historia que me pasó a mí aquí, no sé si es lo que buscas” y me presté a escuchar a aquel hombre con calma.

“Mira, hace ya unos años, sería el 2004, estaba aquí por la tarde, yo suelo venir mucho aunque siempre en silencio y no me relaciono con casi nadie, yo vengo a la iglesia a rezar a mi Cristo y a mi Virgen y no a hacer relaciones sociales... Tú sabes lo que te quiero decir, que hay gente que viene aquí a charlar, como si no hubiera calle” decía.

“Como es natural conozco a mucha gente de la hermandad, yo mismo salía de nazareno y tengo mis amistades pero eso es para fuera, no para la “Casa del Señor” [denotando un profundo respeto y religiosidad]. Bueno, el caso es que estaba allí y vi pasar, entre las capillas, a una persona muy querida que murió hacía un tiempo, tres o cuatro años, era una persona vinculada a la hermandad, muy querido y al que yo también apreciaba mucho, se llamaba XXX [omito nombre por respeto]”

El fantasma «familiar» de La Macarena
Interior de la Basílica de la Macarena.

“¿Está usted seguro de eso?” y aquel hombre, de ojos curiosos y mirada limpia me dijo agarrándome el brazo: “Hijo, tan seguro como la edad que tengo, que es mucha y que estoy hablándote aquí a la entrada de la “Casa de Dios”, ¿entiendes?” no dejando lugar a ninguna duda.

Le pregunté cómo era aquel señor y me dijo que “su pelo blanco, su “guayabera”, era él, sin dudas, con el andar típico que tenía, vamos, que no me equivoco, estoy seguro. Es más, fui a esa zona y allí no había nadie y él solía estar por esa parte y, vaya, por toda la iglesia, también en cierto. Pero era él, seguro, la cosa es que lleva ya muchos años que falleció, que Dios lo tenga en su Gloria” me explicaba.

La conversación dio para mucho más, para hablar de la leyenda del reloj y para otras cuestiones entroncadas en la historia heterodoxa pero me quedé con ello, retenido en mi cabeza.

Aquel mismo día hablé con mi amigo Juan Luis, él me dijo: “¿Tu sabes si hay pruebas reales para contrastar lo de XXX en la basílica de la Macarena? Creo que nada se ha escrito sobre eso pero es luchar contra un peso pesado”.

Seguí la pista y días después el propio Juan Luis me dijo que XXX era una persona vinculada a la hermandad, muy estrechamente, que él sabía de otros relatos allí mismo y que “por lo que llegó a mis oídos su alma deambula por lo basílica. Yo no lo conocí tan solo te comento la información de la que cuento”.

El propio Juan Luis me escribió y aportó datos de lo que me hablaba, hasta con fotografías. En ese momento estaba junto a Paco, de nuevo, y le mostré una de las imágenes que me remitió mi amigo: “¿Es él?” le pregunté y Paco se sobrecogió, me agarró fuerte el brazo y, emocionadamente, me dijo: “Es él, como olvidarlo”.

No sé si creen en este tipo de fenómenos o no pero, lo cierto, es que muchas veces creemos de golpe cuando el protagonista, la “víctima del misterio” somos nosotros mismos allá donde no hay nada malo en dar a conocer experiencias y este tipo de sucesos que relatan los testigos.

*Dispongo de más información, nombre, cargo y más, por respeto no se ha puesto en el artículo.