El manto camaronero en diez claves

La pieza, concebida por Rodríguez Ojeda, encierra en su composición la representación iconológica del mensaje de la advocación mariana de la Esperanza

07 abr 2017 / 11:36 h - Actualizado: 07 abr 2017 / 11:37 h.
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A principios de 1930 eran muchos los comentarios que corrían por Sevilla sobre la ejecución del manto de tisú de la Esperanza Macarena. La exuberancia inédita de la pieza provocó la curiosidad del poeta Salvador Valverde, que junto al fotógrafo Juan Serrano, acudió al taller de Rodríguez Ojeda para hacer un reportaje sobre la obra. Deslumbrado ante la maravilla, que sobre el bastidor recibía los últimos toques, el escritor se conmovió por la nostalgia al suponer que aquella brillantez terminaría reemplazando para siempre el manto camaronero, que la Virgen venía luciendo desde 1900. Así escribió: «¡Manto viejo de la Virgen de la Esperanza, que luciste por las calles de Sevilla, con la gracia torera de un capote de paseo! ¡Manto que deslumbraste a los ricos y te hicieron los pobres, que no levantaste la indignación de los que no tenían, sino que te bendijeron los desharrapados; manto del pueblo, que un artista del pueblo trazó y bordaron hijas del pueblo, adiós!». Por suerte se equivocaba, pues el manto de malla fue alternado con el de tisú hasta 1965 y desde entonces también con el de la Coronación. De esta forma en la Madrugada de 2017, Sevilla volverá a contemplar a la Virgen de la Esperanza Macarena vestida con esta creación excepcional, cuya originalidad fue el hito que cambió el rumbo estético la Semana Santa. Concebido con toda la retórica barroca, el manto de malla encierra en su composición muchos símbolos que en su conjunto revisten a la Macarena, formando la representación iconológica de un mensaje de gran trascendencia histórica y teológica sobre la advocación mariana de la Esperanza, que merece ser descubierto.

La ejecución

Fue bordado en tan sólo seis meses, requiriendo para ello la labor concienzuda de dieciocho jóvenes bordadoras, que trabajaron largas jornadas bajo la dirección de la tía Pepa Rodríguez Ojeda. Recordaba el propio Juan Manuel como aquella premura hizo que los trajes toreros de El Algabeño y Bombita esperasen abandonados en el respaldo de una silla a que se culminase la nueva obra.

El estreno

Durante la Cuaresma el manto se expuso en un escaparate de la calle Francos, originando tal afluencia que acabaría siendo recogida en las crónicas de sucesos de la prensa local e incluso nacional. Fue estrenado en la Madrugada del 13 de abril de 1900, despertando muchísimos elogios y convirtiéndose en la gran novedad de aquel año.

Los Gallitos

El manto alcanzó la considerable suma de 17.500 ptas., que pudo obtenerse gracias a la suscripción popular y muy especialmente a las corridas benéficas que torearon Rafael y Fernando Gómez Ortega. Los Gallitos fueron acompañados por otras figuras del momento, como Manuel Molina el Algabeño Chico, Bombita III y Morenito Chico, todos ellos de reconocida devoción macarena.

Acantos y cardos

Las espinosas hojas de estas especies simbolizan el dolor. El acanto, de procedencia clásica, alude a la regeneración tras los padecimientos, mientras que el cardo representa el amor compasivo con el que la Mater Dolorosa soporta el sufrimiento de Cristo. Los lazos y cintas que se anudan a sus sinuosos tallos corroboran la unión y fidelidad.

Cuernos de la abundancia

Cuenta la historia de Hércules que las náyades rellenaron cuernos con flores y frutos como muestra de riqueza y buenos augurios. Fue uno de los atributos de la deidad matriarcal Ceres, que como diosa de la agricultura tenía en su mano la prosperidad. En la iconografía cristiana esta imagen fue reinterpretado como símbolo de la bonanza en la vida eterna.

La malla

La red dorada que cubre la totalidad del terciopelo es el principal distintivo, que le ha otorgado el sobrenombre popular de manto camaronero. En su sentido evangélico figura la acción divina de recoger almas para elevarlas a los cielos. Sin embargo, como elemento ornamental aparece citado en la descripción del Templo de Salomón, empleándose desde la Edad Media para revestir figuras de la Virgen en su condición de morada del Señor. De esta forma, Juan Manuel expresa la advocación de la Esperanza, significándola como Arca de la Alianza o Casa Dorada durante su expectación.

Granadas

La presencia notoria de las granadas en el manto subraya la influencia salomónica, pues el fruto aparece descrito como motivo decorativo del Templo. En la mitología clásica anunciaba el regreso de Proserpina a la tierra cada primavera, traduciéndose en el cristianismo como emblema de renovación y esperanza en la inmortalidad. También aluden a la Iglesia.

Ángeles

Los dibujos basados en las fachadas renacentistas del ayuntamiento sevillano, que Pedro Domínguez hizo para el palio y manto de la Virgen de la Victoria, propiciaron que Rodríguez Ojeda tomara la arquitectura de su entorno como fuente de inspiración. La iglesia de San Luis, muy cercana al taller, es el principal ejemplo de la corriente salomonista en Sevilla. Su fachada está decorada con numerosos elementos salomónicos que fueron trasladados al manto, como los leones, las granadas y las parejas de querubines con cestos de flores, que encarnan la alegría del cielo por las virtudes de la Virgen.

León

Entre otros significados, los leones representan soberanía. Desde la Edad Media es frecuente que la Virgen se identifique como el auténtico Trono de Salomón, sede de la verdadera sabiduría durante su expectación y maternidad. Flanqueada y revestida por leones aparece en miniaturas y pinturas medievales entre los siglos XII y XIV.

El Icono

En 1920 Juan Manuel Rodríguez Ojeda presentó a la Virgen enjoyada y vestida con el manto, toca de rombos y la corona que él mismo diseñó. Esta imagen fue aportada por el artista para la realización del retablo cerámico que preside el Arco de la Macarena, cuyas inscripciones resumen todo el compendio simbólico expresado en el manto, que invoca a la Virgen Macarena como Esperanza Nuestra de salvación en su doble condición de Tabernáculo de Dios y Puerta del Cielo.