La Semana Santa de Estepa, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, sacó a la calle este Martes Santo a algunos de sus tesoros más importantes, como son la representación de San Pedro Apóstol y Nuestra Señora de los Dolores.
Pasaban unos segundos de las siete de la tarde cuando la hermandad de De San Pedro Apóstol salía a la calle. Se trata de un un paso de misterio que representa un momento evangélico único, el del arrepentimiento de Pedro arrodillado con mirada al cielo.
La imagen representa una iconografía especialmente significativa y que tuvo una excepcional importancia en la Contrarreforma, al ver en ella un importante testimonio del valor sacramental del arrepentimiento y la penitencia para la salvación del pecador.
Se trata de las tres negaciones y el consiguiente arrepentimiento, que representa a San Pedro arrodillado, en amargo llanto, las manos prietas, y el rostro implorando perdón, con la mirada perdida hacia la celestial altura.
Una imagen de un gallo
En el paso procesional, junto a la imagen del Santo, aparece el gallo, que viene a remarcar el pecado y su arrepentimiento, y cuya presencia aparece ya desde los primeros tiempos y es ampliamente utilizada, siendo frecuente se represente sobre un pilar o columna, sobre una roca, junto al Apóstol, o entre éste y Jesús.
Es una imagen que sale junto a la Virgen de los Dolores como segundo paso, con una salida espectacular debido a la estrechez del pórtico y la calle, además de ser una de las iglesias más bellas de Estepa, por lo que es denominada la “capilla sixtina estepeña”, debido a sus pinturas.
Desde esta iglesia, situada junto a la emblemática casa del Marqués de Cerverales, salió una procesión que preside el Martes Santo de Estepa, que precedía a las salidas de la madrugada, cuando a partir de las 2:00 le toca el turno de salir a la calle a la hermandad de Los Estudiantes, que está en la calle hasta casi las 5:00 de la madrugada.
A la espera del Niño Perdido
Es una previa de lujo para el Miércoles Santo, cuando Estepa disfruta de otra de las representaciones únicas y más peculiares del pueblo, la de ‘El Niño Perdido’, un paso de misterio que representa la pérdida en la infancia de Jesús en el Templo acompañado de los doctores de la Ley.
Es una representación que no procesiona en ningún otro sitio, a la que acompaña un segundo paso, el de Nuestra Señora de La Paz.
Con todo, la Semana Santa de Estepa concentra algunas de las representaciones más originales e importantes que se pueden ver en la comarca sevillana en estos días.