Fallece el periodista y escritor sevillano Fernando Carrasco

Fernando era de esas personas a las que obligatoriamente había que querer y admirar por su generosidad sin límites, su elegante caballerosidad y por esa amplia sonrisa que siempre tenía dibujaba en el rostro

04 mar 2016 / 10:30 h - Actualizado: 04 mar 2016 / 10:30 h.
"Obituario"
  • El periodista y escritor Fernando Carrasco en una imagen reciente. / J.M.Paisano
    El periodista y escritor Fernando Carrasco en una imagen reciente. / J.M.Paisano

Muchos, como yo, se habrán quedado esperando hoy su arenga mañanera en las redes pidiendo fuerza y casta a una cuadrilla, la de sus muchos amigos y seguidores, que ahora llora desconsoladamente su ausencia. Porque Fernando era de esas personas a las que obligatoriamente había que querer y admirar por su generosidad sin límites, su elegante caballerosidad y por esa amplia sonrisa que siempre tenía dibujaba en el rostro y con la que combatía hasta el más duro de los reveses. La voz del generoso capataz que siempre pedía en twitter “esperanza” para los demás y un «trabajo fino y elegante» para sobrellevar con entereza el afán de cada día se ha apagado para siempre en la noche de este jueves víctima de un infarto. Fernando Carrasco (Sevilla, 1964) era periodista de profesión y carrera desde hace más de 25 años, un oficio al que había incorporado en los últimos años una exitosa trayectoria como escritor. Precisamente, la muerte le sobrevino en un marco de sobras conocido por él, la puerta de la Plaza de Toros de la Maestranza, cuando se dirigía a su casa a la salida de una de las representaciones de la obra teatral El hombre que esculpió a Dios, basada en la obra homónima de la que era autor y con la que logró cosechar tal éxito que su trama ha sido llevada al teatro.

Su paso por la radio y revistas especializadas taurinas le llevaron a formar parte en 1990 de la redacción del periódico ABC de Sevilla, donde continuaba en la actualidad. Compaginó durante muchos años la información taurina con la dedicada a las hermandades y cofradías de Sevilla, campos en los que estaba considerado un auténtico especialista.

Ha colaborado en multitud de boletines de hermandades y en la Cuaresma de 2008 pronunció la ‘Exaltación de la Saeta y otras Músicas de la Pasión’ que se celebró en la Catedral de Sevilla.

Fernando no partía peras con su Betis, con la Cruzcampo y con su catolicismo militante y valiente, reforzado en un reciente viaje a Tierra Santa que pudo compartir, cumpliendo uno de sus sueños, con su esposa, Libia.

Se va un hombre desprendido, un escritor de éxito, un maestro de periodistas que, a pesar de su veteranía, siempre cuidaba de los becarios en las ruedas de prensa, un padre feliz de dos hijos, un esposo enamorado y un amigo único. Te echaremos de menos, Fernando.