Guía cofrade: Paño de la Verónica (384)

Según los evangelios apócrifos, el rostro de Jesús quedó impreso en la tela que le tendió la Verónica. La hermandad del Valle representa esta escena en su segundo paso

06 mar 2018 / 17:19 h - Actualizado: 06 mar 2018 / 19:39 h.
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Durante la Edad Media, numerosas órdenes monásticas y militares promovieron las peregrinaciones hasta puntos recónditos de la vieja Europa movidas por la fe hacia reliquias de santos, mártires e incluso de María o Jesucristo. De ahí surge, por ejemplo, el Camino de Santiago, en cuyo trazado se instalaron grandes templos donde se custodiaban importantes reliquias. El tiempo ha ayudado a comprender que muchas de ellas eran un verdadero fraude, si bien existen otras que aún guardan cierto misterio, ya que ni la ciencia es capaz de resolver fidedignamente su autenticidad.

A pesar de ello, hay otras reliquias que reciben el nombre de vera icon, latinismo que hace referencia a aquellas que están consideradas como verdaderas imágenes de Cristo, ya que, según las tradiciones y leyendas de la época, fueron ejecutadas de manera milagrosa y no por obra de artistas. Algunos ejemplos son la Sábana Santa de Turín, el Santo Sudario de Oviedo o el Paño de la Santa Faz de la Verónica.

No es objeto de esta Guía Cofrade discutir la autenticidad de dichas reliquias ni arrojar luz sobre ellas, sino explicar el significado de dichos símbolos en la Semana Santa sevillana. En concreto, este particular diccionario publica hoy el nombre de una de esas reliquias: el Paño de la Verónica. En Sevilla, este elemento es característico del segundo paso de la hermandad del Valle, el misterio de Jesús Nazareno en su encuentro con las Santas Mujeres.

Según el evangelio apócrifo de Nicodemo –los canónicos no contemplan esta escena–, durante el camino de Jesús hacia el monte Calvario, una mujer llamada Verónica le tendió un pañuelo en el que el Nazareno se enjugó el sudor y la sangre, dejando su rostro milagrosamente impreso en la tela.

Desde el año 1980, la hermandad del Valle encarga el paño que porta la imagen de la Verónica cada Jueves Santo a un pintor distinto, una tradición que inició Francisco Maireles. En este 2018, Guillermo Paneque ha realizado una obra conceptual en la que la disposición ovalada de las manchas de sangre evoca el rostro del Señor. En el cortejo de la hermandad de Montserrat también puede verse la representación de la Verónica, que porta otro paño para recordar esta escena apócrifa de la Pasión de Cristo..