«Había verdadero terror en las caras de mis músicos»

Posiblemente el cortejo más afectado por las avalanchas de esta Madrugá ha sido el de la Esperanza de Triana, especialmente su banda de cruz de guía, la de San Juan Evangelista. Su director, José Manuel Gil, cuenta a este periódico la dura experiencia: «La banda se había retirado a la altura de la calle Zaragoza, como siempre, para volver a incorporarnos tras la Catedral. Unos se fueron para la zona de la Magdalena y otros nos fuimos para Reyes Católicos, a ver al Cristo. Entonces ocurrió, nos arrollaron por completo, en ambos puntos». Uno de los músicos sufrió la rotura de un menisco y tendrá que ser intervenido, otros muchos con diversas lesiones y multitud de instrumentos perdidos o destrozados. «Intentamos reunirnos después de aquellos pero todo era un caos, además todo el mundo estaba en un gran estado de nervios, de pánico, había verdadero terror». Tras consultar con un miembro de la junta de gobierno, la banda decidió suspender su estación de penitencia. Sin embargo, este Sábado cumplían con su compromiso con la hermandad de los Dolores en La Rinconada.