Joaquín Sainz de la Maza, un macareno en San Gregorio

Fijando el rumbo. Salvo el maquillaje aplicado al área de comunicación, los aires de renovación prometidos se han quedado por ahora en una mera declaración de intenciones

26 dic 2016 / 15:03 h - Actualizado: 26 dic 2016 / 08:00 h.
"Consejo de Hermandades y Cofradías","Los protagonistas de 2016"
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Por encima de nombres como el de Rafa Serna el cantautor que revolucionó el Maestranza con un pregón directo al corazón– o el de Antonio Santiago –el otrora intocable capataz que ha acaparado innumerables titulares de prensa tras probar el amargo cáliz de dos ceses–, el personaje cofradiero de 2016 no es otro que Joaquín Sainz de la Maza y Conesa (Sevilla, 1950), el hombre que desde el pasado julio se ha convertido en el octavo presidente seglar en la historia del Consejo de Cofradías (aunque en la biografía de su perfil de Facebook no figure el dato).

La fecha del 30 de junio de 2016 no se le olvidará fácilmente al ex hermano mayor de la Macarena. Ese día el también presidente de Manos Unidas en Sevilla se imponía a su oponente en las urnas, el abogado Enrique Esquivias, por un reñido margen de cuatro votos, 63 a 59. Dice el refrán que quien da primero, da dos veces. Será por eso que este exdirectivo de la empresa Saimaza tomó la delantera a sus posibles rivales y a 11 meses vista de la cita electoral fue el primer candidato en lanzarse a la arena y presentar sus credenciales a dirigir la institución de San Gregorio, lo que le otorgó una pequeña ventaja que a la postre resultó crucial para estar hoy sentado en el sillón presidencial.

Con 66 años recién estrenados –sopla velas el día de Navidad–, este vecino de la Huerta de la Salud, casado y con tres hijos y que ya ha alcanzado su jubilación, es un hombre cercano a la órbita eclesiástica sevillana. De hecho, goza de muy buena reputación en los despachos del Arzobispado y cuenta con una amplia experiencia de colaboración en la vida parroquial y diocesana de Sevilla. Durante tres años, hasta diciembre de 2014, fue presidente de la junta rectora de la hermandad de Gloria de las Nieves –tiempo en el que sembró buena parte de los apoyos que después le han aupado a presidente del Consejo– y desde diciembre de 2013 es presidente delegado de Manos Unidas en Sevilla por nombramiento del arzobispo Juan José Asenjo.

Exigente consigo mismo y con los que le rodean, perfeccionista al máximo en sus tareas, Sainz de la Maza aterrizó en San Gregorio con el reto de renovar la imagen de la institución y darle un nuevo aire al Consejo, especialmente en el área de comunicación donde, en una decisión sin precedentes –y no contemplada en los estatutos–, ha colocado a una persona de su confianza, Juan José Morillas, viejo compañero en la mesa de oficiales de la Macarena.

Llegó con ganas de renovar mecanismos internos y de cambiar viejos moldes –hasta se ofreció a pagar de su propio bolsillo la remuneración que, a su juicio, merecería el cartelista de la Semana Santa– y, aunque todavía está aterrizando en el cargo, ya se ha percatado de que en el mundillo capillita todo, o casi todo, está inventado. Las personas de su más estricta confianza admiran su encomiable capacidad de trabajo –«incansable, pese a que ya no es un chaval»–, su talante conciliador y su capacidad para templar los nervios y pilotar situaciones de crisis. Quienes también le conocen en las distancias cortas destacan, sobre todo, su tremenda «inteligencia» para vender un pequeño borrón –caso del revés que sufrió recientemente la nueva junta superior en el pleno extraordinario de hermanos mayores convocado para tratar una posible modificación de la fecha del Viacrucis– en un ejercicio de democratización interna para conocer de primera mano las inquietudes y problemas de los hermanos mayores. Sainz de la Maza los ha bautizado como «los plenos consultivos».

Hábil en la negociación, se dice que al nuevo presidente del Consejo le brota «cierto carácter» cuando encuentra respuesta interna a sus propuestas. En él hay depositadas grandes expectativas durante este mandato: ¿Habrá, al fin, una mejor pregonera? ¿Presidirá el Viacrucis una imagen de vísperas? ¿Experimentará la nómina de la Semana Santa un nuevo estirón?... Habrá que esperar.