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Un nazareno de la Sagrada Cena abre el portón de la iglesia para comenzar la estación de penitencia. Foto: Manuel Gómez.
Termina el año y con él también las obras en la iglesia de Los Terceros. La hermandad de la Sagrada Cena regresará definitivamente a su sede canónica «a mediados de febrero» para retomar su vida cultual en este templo con el triduo de la Virgen del Subterráneo. Culminará así año y medio de trabajos y de exilio después de que un informe de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) dictaminara en 2015 obras en la cúpula de este templo declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
El hermano mayor de la Sagrada Cena, Joaquín Solís Tarín, ha explicado a El Correo de Andalucía que los trabajos de restauración del templo «avanzan a muy buen ritmo» por lo que se espera que, a principios de año, en torno a «la primera quincena de enero», «se entreguen las obras a la cofradía». El calendario previsto es que, una vez limpiado y adecentado todo, ya en febrero, «a mediados de mes», se procederá al traslado de las imágenes titulares -el Señor de la Cena, el Señor de la Humildad y Paciencia, la Virgen del Subterráneo y la imagen letífica de la Encarnación- desde la cercana parroquia de San Román, donde reciben culto desde el verano de 2017.
Las entradas a las criptas han sido registradas y señaladas. Foto: Jesús Barrera.
Solís Tarín se ha mostrado satisfecho con el resultado de la intervención pese haberse convertido en una «obra grande» en la que posteriormente se han realizado otras actuaciones pendientes. «En principio comenzamos solo con lo de la ITE, es decir, la cúpula, la instalación eléctrica, las grietas en la fachada del templo... Luego, gracias a que se han ido buscando financiaciones, se han podido hacer otros trabajos que no estaban previstos».
En este último bloque de actuaciones, cita, por ejemplo, los pilares -«que estaban dañados»-, la recuperación de la capilla de la Encarnación, la mejora de las dependencias de la sacristía y de la casa de hermandad; así como la solería que «estos días se está poniendo entera nueva».
El desarrollo de estos trabajos ha permitido igualmente importantes hallazgos históricos. De un lado, están las criptas halladas en el subsuelo del presbiterio, «que han sido registradas y estudiadas»; y entre cuyos enterramientos se han contabilizado hasta 40 tumbas de niños. De otro lado, el descubrimiento en uno de los retablos de la nave del Evangelio de unas pinturas ocultas del barroco. Los frescos datan de entre los siglos XVII y XVIII y fueron encargados por la hermandad del Amor para enmarcar el retablo en el que se rindió culto a sus titulares en este templo durante más de dos siglos. Ambos hallazgos han sido señalizados aunque no quedarán a la vista.
El arquitecto responsable del proyecto, Francisco Polo, explica el desarrollo de las obras en la iglesia de los Terceros. Foto: Jesús Barrera.
Con todo ello, la hermandad de la Sagrada Cena espera que en febrero vuelva abrir sus puertas este hermoso templo que construyó en 1602 la Tercera Orden de San Francisco y que desde 1973 es su sede canónica. El proyecto de restauración, que comenzó con un presupuesto inicial de 400.000 euros ha terminado rozando el millón de euros. Para ello, la cofradía ha llamado a más de una puerta. «Hemos ido buscando financiación», ha afirmado el máximo responsable de esta corporación del Domingo de Ramos.
La restauración de los retablos, para el verano
El exilio de la cofradía en San Román ha sido «bueno» e histórico. Hasta hace unas semanas ha compartido techo con las tres hermandades de Santa Catalina (La Exaltación, Carmen y Rosario y Santa Lucía). «Hemos estado muy bien pero también tenemos ganas de volver».
Ya una vez de regreso a Los Terceros, la hermandad tiene previsto acometer la restauración y limpieza de todos los retablos «para el próximo verano», «aprovechando la baja actividad de la hermandad» en este periodo de estío. Antes, concluida la Semana Santa -prevista en 2019 para mediados de abril–, se procederá a la convocatoria de elecciones en la cofradía. La actual junta de gobierno que preside Joaquín Solís Tarín tiene concedida un año de prórroga para afrontar esta mejora del templo.