Cuaresma 2021

«La mejor obra está por llegar»

Esta es la filosofía con la que el vestidor y bordador sevillano D. José Antonio Grande de León ha confesado a El Correo de Andalucía que pretende mantener la ambición de superarse en cada obra que sale de su taller

Alex Solano alex_linense /
24 mar 2021 / 04:07 h - Actualizado: 23 mar 2021 / 22:09 h.
"Cuaresma 2021"
  • José Antonio Grande de León trabajando en su taller de bordados
    José Antonio Grande de León trabajando en su taller de bordados

‘El Arte en las manos’. Este es el lema de uno de los mejores bordadores y vestidores de imágenes que existen, D. José Antonio Grande de León. Fue a la temprana edad de 14 años cuando nuestro entrevistado colocó su primer alfiler, que fue a la Virgen de la Soledad de Osuna. “Recuerdo perfectamente aquel momento, fue una sensación de honor y responsabilidad a la vez”, afirma el vestidor. Rememora con cariño esos nervios que contrajo al tener a una imagen a su cargo “sabiendo además que es tu responsabilidad ponerla guapa para sus fieles”, añade antes de recalcar que jamás olvidará como, siendo un niño, depositaron sobre él esa gran responsabilidad.

Después de colocar aquel primer alfiler, era prácticamente imposible imaginar todos los que vendrían después, el propio Grande de León reconoce que “solo puedo dar las gracias a Dios porque jamás hubiese soñado en aquella época tener el honor de vestir a todas las imágenes que a día de hoy visto”. Todas ellas están en el corazón de este apasionado vestidor, tanto las de Sevilla como las de fuera, aunque se sincera al decir que “mi gran devoción es la Esperanza Macarena, la llevo en mi corazón desde que nací”.

“El trato es exquisito y genial, tanto el que las hermandades me dan como el que yo les doy a ellas, porque también las quiero mucho”.

Grande de León tiene la suerte de vestir una infinidad de imágenes, tanto en nuestra ciudad como fuera de ellas, por lo que es una persona que trata con muchísima gente a lo largo del año. Señala que no se puede quejar del trato que recibe y que no existe diferencia al que proviene de Sevilla capital con el de los pueblos: “El trato es exquisito y genial, tanto el que las hermandades me dan como el que yo les doy a ellas, porque también las quiero mucho. En la mayoría de los casos son muchos años al lado de las imágenes para vestirlas y también a la hora de trabajarle a una hermandad, y la verdad es que el cariño es mutuo entre las hermandades y yo”, asegura el bordador.

«La mejor obra está por llegar»

Pero este continuado trato con la gente de las diversas hermandades para las que trabaja se vio truncado cuando hace varios meses dio positivo en covid-19. “Fue un palo tremendo, sobre todo al principio porque no sabes de qué forma te va a afectar. Gracias a Dios, prácticamente fui asintomático, pero lógicamente se pasa miedo... es una experiencia que no se la desearía a nadie”, confiesa Grande de León. En el ámbito profesional la cosa se complicó bastante, hasta tal punto de tener que cerrar el taller de bordados durante prácticamente un mes, teniendo que mantenerlo sin actividad alguna hasta que todos sus trabajadores dieron negativo en las pruebas PCR.

“Dentro de lo malo, hemos tenido la ‘suerte’ de que cuando llegó la pandemia teníamos muchos trabajos firmados”

Ha sido una época bastante complicada, debido a que ha habido hermandades que no han podido recoger sus trabajos, al igual que ha habido otros que se han alargado mucho en el tiempo y no se podrán llevar a cabo en el tiempo que se había apalabrado en un principio. Sí es cierto que “dentro de lo malo, hemos tenido la ‘suerte’ de que cuando llegó la pandemia teníamos muchos trabajos firmados, como el manto de salida de la Soledad de San Buenaventura, con todas las insignias de la Macarena, un manto de la Hermandad del Carmen de Sanlúcar la Mayor, entonces nos cogió con trabajos grandes, y por eso lo hemos notado menos”, confirma el propio José Antonio Grande de León.

Obviamente, la pandemia no ha tenido el mismo efecto para todos los sectores, ¿Cómo ha afectado la pandemia al sector cofrade?. Grande de León afirma que, afortunadamente, no conoce a nadie de su gremio del Arte Sacro que haya tenido que echar el cierre, aunque sí tiene compañeros que han visto muy reducida su actividad, teniendo que alargar algunas entregas, o directamente se les han caído: “tengo constancia de que hay orfebres y tallistas que lo están pasando realmente mal, llegando al punto de no tener prácticamente trabajo, llegando a pensar en cerrar”.

“Estoy volcado con las entregas que salen del taller, porque vamos a cumplir con todo como si hubiesen procesiones en la calle”.

La triste realidad económica que nos tocó afrontar vino de la mano de la sentimental, ya que fue hace casi un año cuando nos llegó la noticia de que se cancelaban las procesiones para la Semana Santa de 2020. Grande de León confiesa que fue algo que vivió con mucha pena, ya que “en plena Cuaresma todo se cortó y sin haber conocido cosa igual hasta la fecha. Nos cogió a todos confinados, sin poder acudir a ver a nuestras imágenes a las iglesias”. Sin embargo, piensa que ya no habrá una Semana Santa más triste que la del año pasado, puesto que en la de este año “por lo menos vivimos el día a día de nuestras hermandades, y nuestras imágenes se cambiarán, se montarán altares y veneraciones extraordinarias”, aunque esto no quite que vayamos a vivir una Semana Santa llena de melancolía.

«La mejor obra está por llegar»

Hemos de sentirnos afortunados de tener la oportunidad de acudir a nuestras parroquias a ver a nuestras imágenes y vivir de una forma un tanto especial esta Semana Santa que ya se vislumbra en el horizonte. De una forma parecida la vivirá nuestro entrevistado, quien afirma que “saldré a la calle a ver algunas exposiciones y sobre todo a nuestros titulares a nuestras iglesias”. Además, se muestra feliz al reconocer que las vísperas las está viviendo con una gran intensidad, incluido en su taller de bordados ya que “estoy volcado con las entregas que salen del taller, porque vamos a cumplir con todo como si hubiesen procesiones en la calle”.

“Cada vez que salga algo del taller debe hacerlo lo mejor posible, teniendo así la gran ambición de superarnos en cada trabajo”.

Es bien sabido por todos que José Antonio Grande de León es el encargado de vestir a un gran número de imágenes repartidas por toda la geografía andaluza, por lo que nos podemos imaginar lo intensa que será para él una fecha como la Cuaresma. “Me organizo con una agenda encima de la mesa durante todo el año, aunque sí es cierto que hay algunas veces en las que es muy difícil organizarse, porque son muchas cosas en muy pocos días, tanto en el taller de bordados como con las vírgenes”. Esto implica el deber estar al tanto de los cultos, besamanos, salidas procesionales y demás eventos que tenga cada hermandad, aunque los cambios llegan por las mismas fechas para todas, “por lo que se hace algo complicado cuadrarlos, y más en estos últimos meses con estas circunstancias tan especiales”, afirma el vestidor.

De su taller de bordados, ubicado en la calle Santa Lucía, llevan saliendo grandes trabajos desde hace muchos años, aunque el propio Grande de León asegura que “La mejor obra está por llegar”. Esta filosofía le sirve para tener en la mente que “cada vez que salga algo del taller debe hacerlo lo mejor posible, teniendo así la gran ambición de superarnos en cada trabajo”. Algunas de sus obras se encuentran en la Exposición ‘In Nomine Dei’, a la que nuestro entrevistado alaba comparándola con la de ‘Los Esplendores de Sevilla’ celebrada en el año 1992. “Hacían muchos años que no se organizaba una exposición de esa índole, es una verdadera maravilla y una auténtica joya todo lo que hay allí expuesto”, dice al respecto de la exposición que se podrá visitar hasta el próximo Domingo de Resurrección.

Grande de León es uno de los artistas que más obra tiene en la citada exposición, algo que para él es “un verdadero orgullo, imagínate lo que eso significa para mí...”. Un total de ocho obras con su firma se dividen en dos grupos, las nuevas; como el manto de la Soledad de San Buenaventura, el Banderín de la Juventud de San José Obrero y el Guión de la Hermandad del Amor. Y las restauraciones; entre las que se encuentran el techo de palio de la Hermandad de Jesús Despojado, la bambalina delantera de la Virgen de los Dolores de Ronda, el Mediatrix de la Soledad de San Buenaventura, una de las Bocinas de la Hermandad de San Roque y otra de la Hermandad de la Macarena.

Por último, José Antonio Grande de León envía un mensaje a esas nuevas generaciones de vestidores y bordadores que sueñan con ser algún día como él: “Mi consejo es que tengan mucha paciencia y mucha ilusión por lo que hacen, y que no tengan prisa; que intenten siempre aprender y no querer correr. En este mundillo hay que empezar siempre desde abajo y ‘poquito a poquito y granito a granito’ se consigue mucho”. Destaca la necesidad de trabajar mucho, mejorar y lucirse en cada trabajo que se lleve a cabo, y sobre todo nunca tirar la toalla. “A todos esos jóvenes que se ponen en contacto conmigo para pedirme un consejo he de decirles que me alegro mucho de haberlos ayudado y que siempre voy a estar ahí para lo que necesiten”, sentencia.