La Cena

La Realeza de María y el voto de la Sagrada Cena

La cofradía de los Terceros fue pionera en su defensa en 1948

Juanma Labrador jmlabradorj /
22 ago 2022 / 11:37 h - Actualizado: 22 ago 2022 / 15:15 h.
"La Cena"
  • La Realeza de María y el voto de la Sagrada Cena

TAGS:

Cada mes de agosto, cuando los cultos en honor a Nuestra Señora de los Reyes han culminado y, con respecto al resto de nuestra archidiócesis, en muchos municipios han quedado igualmente atrás las celebraciones de sus patronas el día 15 con la fiesta de la Asunción, o se comienzan a preparar para hacerlo el 8 de septiembre por la Natividad de la Virgen, la Iglesia conmemora una festividad que pasa tristemente desapercibida por la diáspora veraniega y vacacional, y las propias cofradías casi tampoco contribuyen a su difusión, salvo algunas que en sus redes sociales institucionales la recuerdan de alguna manera. Se trata de la Realeza de María, y cada 22 de agosto, en el último día de la octava asuncionista, la Hermandad Sacramental de la Sagrada Cena nos recuerda que la Madre de Dios es Reina y Emperatriz de los Cielos y de la Tierra, lo cual se fundamenta desde un punto de vista teológico en la divina maternidad de María Santísima y en su relevante función de ser corredentora en la obra de la redención de todo el género humano.

La Realeza de María y el voto de la Sagrada Cena

En la tarde de esta jornada, la cofradía de los Terceros celebra en su sede canónica de la calle Sol una misa solemne que preside la bendita imagen de Nuestra Señora del Subterráneo, cuya advocación se completó hace poco menos de veinte años con la frase que ya citada de Reina y Emperatriz de Cielos y Tierra. ¿Y por qué la Sagrada Cena? Porque sus hermanos fueron pioneros en la defensa de la Realeza de la Virgen dentro de nuestra Iglesia Católica, Apostólica y Romana, realizando su voto durante la protestación de fe en la función principal de instituto celebrada el domingo 22 de febrero de 1948 en su actual templo, siendo el gran impulsor de esta iniciativa el recordado Miguel Román Pérez, contándose, por cierto, con el previo beneplácito del entonces prelado hispalense, el cardenal Pedro Segura y Sáenz. El año próximo se cumplen setenta y cinco de este voto.

La Realeza de María y el voto de la Sagrada Cena

Tuvieron que pasar algunos años, seis para ser más concretos, hasta que el papa Pío XII promulgara el 11 de octubre de 1954 su encíclica “Ad Caeli Reginam” sobre la Realeza de la Madre de Dios, la cual sería reconocida como verdad fundamental y no como dogma según piensan equivocadamente muchas personas, ya que los dogmas marianos son solamente cuatro: la Virginidad perpetua, la Maternidad divina, la Inmaculada Concepción y la Asunción a los cielos. La Realeza es ultraterrena y profundiza hasta lo más íntimo del corazón. Y el 1 de noviembre de 1954 fue cuando, al fin, la Realeza se proclamó en Roma ante la presencia, además, de un importante número de hermandades, tanto de Sevilla como del resto de la provincia, con sus insignias marianas más relevantes, destacando entre éstas la bandera conmemorativa de este hecho perteneciente a la Sagrada Cena, la primera que se confeccionó con tal motivo en el orbe católico y que bendijo el propio papa, siendo portada por el ya citado Miguel Román.

La Realeza de María y el voto de la Sagrada Cena

El año 1954 fue año santo mariano por la celebración del primer centenario del dogma concepcionista, y aquella mañana novembrina se clausuraba en Roma el Congreso Internacional Mariológico, ceremonia en la que se produjo la coronación canónica de la Virgen Salus Pupulis Romani, imponiendo el santo padre en la Basílica de Santa María la Mayor una corona enjoyada sobre esta pintura en la que aparece retratada Nuestra Señora. Y fue entonces, ante la alegría y el entusiasmo de los presentes y los representantes sevillanos, cuando Pío XII nombró a María Reina de cielos y tierra, y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título.

La Realeza de María y el voto de la Sagrada Cena

Sevilla entera agradeció aquella proclamación, organizando unos días más tarde, el 14 de noviembre de 1954, una solemne función de acción de gracias en la Iglesia de los Terceros ante la Virgen del Subterráneo, presidiendo en esta ocasión el culto José María Bueno Monreal, arzobispo coadjutor de la Archidiócesis, versando su homilía sobre María Reina en Belén y el Calvario. Acudieron a esta cita representaciones de todas las hermandades de diocesanas y los cofrades que peregrinaron a Roma dos semanas antes.