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El palio de la Redención el pasado Lunes Santo tras salir de su templo. / Jesús Barrera
La hermandad de La Redención ha acordado cesar al capataz del paso de la Virgen del Rocío, Carlos Yruela Rojas, al considerar que «ha finalizado su ciclo» una vez que ha concluido la Semana Santa de 2018. La decisión la conocía en la tarde del pasado viernes.
En un comunicado divulgado este domingo en las cuentas oficiales de la corporación, se ha informado del cese de quien es capataz titular de la dolorosa desde 2005 y cuya familia y apellido mantienen una estrecha vinculación con la cofradía de la calle Santiago. Sin entrar en detalles, la junta de gobierno señala que ha completado su etapa al frente de la cuadrilla de costaleros del palio, por lo que están «eternamente agradecidos por la dedicación, el trabajo y el cariño hacia la hermandad» en todos estos años de servicio. En la memoria de todos, figura el momento histórico que se vivió en el Lunes Santo de 2015 cuando el Rey Felipe VI presenció el discurrir de la cofradía en la Campana y llamó al paso de la Virgen del Rocío de manos de Yruela Rojas.
En la actualidad, este cofrade comanda los pasos de la Virgen de los Dolores de la hermandad de Santa Cruz desde hace más de tres décadas, así como el de la Virgen de los Reyes Patrona de Sastres. Igualmente es hermano del Baratillo y de Madre de Dios del Rosario, la patrona de capataces y costaleros de Sevilla.
Escrito personal a los costaleros
Yruela Rojas ha enviado un escrito personal a los costaleros en el que asegura que el cese incluye «también al equipo completo de auxiliares». Refiere que conoció la noticia «en un bar de copas de Arfe, un lugar muy poco adecuado». También que no le convencen los argumentos de final de ciclo y de que existe una «gran discrepancia» entre el equipo de capataces con «problemas el Lunes Santo entre ellos en plena calle». «Es rotundamente falso». Finalmente, lamenta que «estas no son formas» e insiste en que le den «explicaciones más explícitas el hermano mayor y ante el director espiritual» por sus 52 años de pertenencia a la hermandad.