Rotuladores por «400 euros» con los que «se regala» una silla en la Campana, cesión de un palco en la plaza de San Francisco por «un euro» o asientos, de nuevo, en la Campana «por cinco euros». La reventa ilegal de asientos de la Carrera Oficial vuelve a aflorar un año más en internet. El reglamento del Consejo de Cofradías prohibe lucrarse con estos abonos y contempla como sanción la pérdida de la titularidad en caso de encontrar a sus dueños. Esta normativa es bien conocida por el Ayuntamiento de Sevilla que, según fuentes consultadas por este periódico, está recabando todos los datos posibles de cara a actuar en consecuencia.

Si estos días se teclean en cualquier buscador de internet las palabras «sillas», «cesión», «Semana Santa» y «Sevilla», la lista de resultados conduce directamente a conocidos portales de compraventa donde han ido colgando anuncios de reventa de sillas y palcos de cara a la próxima Semana Santa. Eso sí para eludir la ley y no levantar sospechas, se continúa echando mano del ingenio o de la picaresca habitual en este tipo de operaciones irregulares. Las palabras «se vende» se sustituyen por «se cede», y, en cualquier caso, dichas cesiones se realizan por el simbólico precio de «un euro» para sortear el Reglamento de uso y adjudicación de sillas y palcos de la institución cofradiera, encargada de la explotación y gestión de estos asientos que se distribuyen a lo largo de la Carrera Oficial (de la Campana a la plaza Virgen de los Reyes) para contemplar el discurrir de las cofradía durante los días pasionistas.

Aún así, cada Cuaresma, hay quienes no cesan en su empeño de realizar su particular agosto aprovechándose de la demanda de los amantes a las cofradías ante el limitado número de sillas y palcos que salen cada año a la venta y la complicada maniobra de hacerse con uno de estos asientos. En las últimas horas han proliferado en las redes estos anuncios que pueden llegar a triplicar o cuadruplicar el coste real de un abono.

Entre los reclamos colgados en los portales de compraventa se pueden leer anuncios de este tipo: «Vendo dos rotuladores y regalo dos sillas en Campana. Precio de cada rotulador 400 euros»; «Cedo tres sillas juntas, semana completa, en Avenida de la Constitución delante del Banco de España. 190 euros cada silla». También aparecen entradas de los primeros compradores que exponen sus preferencias para hacerse con estos codiciados asientos: «Somos una familia de Madrid que vamos a Sevilla en Semana Santa. Buscamos un palco en la plaza de San Francisco. Podríamos pagar hasta 1.200 euros», se podía leer en la tarde de ayer en internet.

En un recorrido comparativo de los anuncios llama la atención que en varios casos se indica un mismo número de contacto para cerrar una posible venta. Estas propuestas para disfrutar de la Semana Santa se extienden también a otros enclaves, como balcones bien situados y con buenas vistas. En estos casos, el desembolso es mayor y se pide hasta «12.000 euros».

Las indagaciones en la red deparan además otras sorpresas. Quienes ceden gentilmente estos asientos en la Semana Santa «por rotuladores de 400 euros», también protagonizan otros anuncios de reventa de partidos de fútbol.

Lamentablemente no se trata de un caso aislado ni tampoco nuevo en la Cuaresma. Hace dos años este periódico destapó un auténtico mercado negro de asientos del itinerario acotado de la Semana Santa de Sevilla. La trama denunciada actuaría de intermediaria entre los titulares abonados y compradores. Entonces, los documentos recabados por El Correo de Andalucía atestiguaban la existencia de una organización ilícita estructurada para ir más allá de un saldo individual hasta llegar a mercadear con destreza y buenos resultados aglutinando una oferta superior a las 160 sillas y palcos sólo de Jueves a Sábado Santo.

Desde el Consejo de Cofradías siempre se ha solicitado «la colaboración ciudadana» para conocer más rápido los casos y, al fin, poner freno a este problema que puede llegar a mover miles de euros. La normativa del Consejo prohibe y sanciona la cesión y venta irregular. Sólo se autorizan las cesiones –siempre temporalmente por un año sin perder su derecho preferente para el año que viene– cuando son sin ánimo de lucro y con consentimiento de la junta superior del Consejo.