La sonrisa que enamora a toda Sevilla

Miles de personas acompañan a la Virgen de los Reyes en una procesión que ha vuelto a experimentar un nuevo crecimiento de público

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
15 ago 2019 / 12:12 h - Actualizado: 15 ago 2019 / 12:24 h.
"Virgen de los Reyes","Virgen de los Reyes 2019"
  • La Virgen de los Reyes. / Jesús Barrera
    La Virgen de los Reyes. / Jesús Barrera

Es la devoción con mayúsculas. Eterna e invicta. Regia y familiar, cuyo estandarte es el amor noble de lo aprendido en casa. De lo transmitido y heredado de padres a hijos, por más años y modas que pasan. Ya sea en la capital como en cualquier punto de la provincia. Su reinado se acrecenta en cada salve sobre la que se cimienta la fe de todo un pueblo. Bien lo sabe Sevilla, que lleva prendido su nombre en lo más profundo del alma. Por Ella, por la que ‘Reinan los Reyes’, hay quien realiza una caminata de madrugada para cumplir con la cita agosteña. También los hay que lo dejan todo, icluido el veraneo, los viajes o la tranquilidad estival, para pasar unas horas en la capital. Es el poder incomensurable de la sonrisa de la Virgen de los Reyes, que , nuevamente este 15 de agosto, ha vuelto a convocar a miles de almas -más público que el año pasado según el Cecop del Ayuntamiento- en torno a la Catedral hispalense.

Los primeros devotos llegaban a la plaza sobre las tres de la madrugada. Con sillas plegables y alguna que otra manta para el relente, buscan un sitio privilegido para montar guardia ante el portón de los sueños, donde aguardan sin descanso su señorial aparición. «Siempre vengo de noche. La tengo que ver aquí: frente por frente y, como manda la tradición, pedirle los tres deseos a la Virgen, que siempre me los concede. Así me lo han enseñado mis padres, que ahora están con Ella en el cielo», explica Carmen, vecina de Amate quien no puede contener las lágrimas cuando comienza a repicar anunciando la salida de la comitiva. Un poco antes, un equipo de Bomberos se afana en retirar los maceteros que aún se encontraban puestos a los pies de la Giralda. Cómo si no se supiera que es el Día de la Virgen y hay procesión. «Esto es increíble», reprocha tras las vallas uno de los peregrinos, mochila a la espalda y calzado cómodo, que había llegado en caminata desde La Puebla del Río.

Apenas pasan unos minutos de las 7.30 horas y en la plaza suena ‘Rosario de Monte-Sión’. Es el singular homenaje de la Banda Municipal de Sevilla al compositor Juan Velázquez, fallecido hace solo unos días. Dentro, en el Altar del Jubileo, el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, llama al león de plata para que el paso empiece a moverse con la Marcha Real interpretada en el solmne órgano del primer templo metropolitano.

Las más de mil varas de nardos tiemblan como lo hacen los corazones de los fieles agolpados fuera. La Patrona de Sevilla recibe entonces las primeras brisas de la calle. Carmen, como tantos otros, implora su protección con el rito de los tres deseos. Echa a andar la procesión de tercias, que enseguida alcanza la nueva calle Cardenal Carlos Amigo Vallejo. Es el momento de la primer giro completo del paso. Una oportunidad para admirar de cerca el rostro de la Virgen, hermosamente ataviada con el manto verde de la Reina Isabel II. «Es la primera vez que la veo tan cerca», grita un joven a su madre, mientras que corre a hacer un vídeo de este momento acompasado por los motetes de la Escolanía de la Virgen de los Reyes.

Un mar de cabezas puebla ambas orillas de la calle Alemanes mientras se cuelan los primeros rayos de sol allá abajo, en la esquina con la Avenida de la Constitución. La luz lo inunda todo mientras la mañana renueva su compromiso con la Patrona de Sevilla. «Dios te salve María, llena eres de gracia...» rezan todos cantando la célebre marcha ‘Encarnación Coronada’, que compusiera el maestro Abel Moreno hace 25 años para la coronación canónica de la dolorosa de San Benito.

Con el palio de tumbilla enmarcado ante el cancel de los Palos, la compañía militar rinde honores a la Patrona de Sevilla. La entrada del paso en la Catedral pone punto y final a esta gloriosa procesión. Son las 9.28 horas. Comienza a apretar el sol mientras la bulla se disuelve y toma los bares del centro.