La hermandad de Las Aguas y, en particular, su junta de gobierno se enfrenta a una difícil encrucijada. A 70 días del Lunes Santo, aún se desconoce de manera oficial qué formación musical acompañará en su salida procesional al misterio de esta cofradía del Arenal. De un lado, hay un compromiso «verbal» con la banda de las Tres Caídas de Triana, que es la que ha tocado tras el Cristo de las Aguas durante los últimos cinco años. Y de otro, existe el tentador ofrecimiento de una banda granadina, la de las Tres Caídas del Realejo, dispuesta a desembolsar una suculenta cantidad de dinero, en forma de donativo, con tal de estrenarse detrás de un paso en Sevilla.
Detrás de esta formación musical de la capital nazarí, que nació en 2002 por acuerdo de un cabildo de hermanos de la cofradía del barrio del Realejo y que fue «privatizada» en 2015, iniciando entonces una nueva etapa, se encuentra el empresario granadino Francisco Antonio Huertas González, que gestiona varias compañías, algunas de ellas del mundo de la construcción, caso de la firma Hufrago, que firmó en 2008 un contrato de patrocinio con el Granada Club de Fútbol a cambio de obtener la preferencia en la adjudicación de la ciudad deportiva del club.
Son muchas las personas que aseguran que este empresario, que encarnó al rey Baltasar de la Cabalgata de Granada de 2009, busca «darse un capricho» ofreciendo una generosa donación a la hermandad de Las Aguas para que su banda pueda tocar en Sevilla, aunque no fue la cofradía de la calle Dos de Mayo a la primera que tentó con esta suculenta oferta. Anteriormente, a finales de septiembre o principios de octubre, un «representante» de la banda granadina contactó con otra hermandad del Lunes Santo, la de San Pablo, para realizarle el mismo planteamiento: tocar tras el misterio del Cautivo del Polígono a cambio de un «donativo», según ha confirmado a este periódico el propio hermano mayor, José Luis Pérez Flores. «Mi respuesta fue que lo sentía mucho pero que sólo unos días antes acabábamos de confirmar la continuidad de las dos bandas que acompañan al misterio, la de las Tres Caídas y la de San Juan Evangelista, que además tienen el título de hermanas honorarias de nuestra hermandad. No escuché más nada, ni siquiera a cuánto podía ascender ese donativo», refiere el hermano mayor de San Pablo.
Los tiros apuntaron entonces a la hermandad de Las Aguas. Los rumores que vinculan a la banda granadina con la cofradía del Arenal se remontan al pasado mes de octubre, cuando el portal El Foro Cofrade apuntó ya la existencia de conversaciones. Ese mismo mes, el 27 de octubre, la hermandad publicaba en su perfil de la red social Twitter un breve comunicado explicitando que «debido a los rumores surgidos reafirmamos que las bandas que nos acompañan son Tres Caídas de Triana en el Cristo y la banda de Mairena tras el palio».
Los contactos, sin embargo, han continuado. Antonio Arrondo, hermano mayor de Las Aguas, viajó en octubre a Granada para asistir a uno de los ensayos de la formación, donde fue tratado «a mesa y mantel» por sus anfitriones. El enredo continuó hasta el punto de que ya en diciembre estuvo a punto de firmarse en una notaría sevillana el contrato que ligaría a la cofradía del Lunes Santo con la banda granadina.
El asunto ha generado una enorme división en el seno de la propia junta de gobierno de Las Aguas, que culmina su mandato el próximo mes de noviembre. Tanto es así que ha provocado ya la dimisión de la fiscal de la hermandad y puede que, de confirmarse esta vinculación, sólo haya sido el comienzo de una cascada de dimisiones.
Según ha podido saber El Correo de fuentes de la hermandad, la banda granadina ofrece 80.000 euros por firmar un contrato de cuatro años con las Aguas, cuyas contraprestaciones económicas no terminarían ahí. El acuerdo contemplaría además otra serie de partidas a lo largo de los cuatro citados años hasta superar el importe de los 300.000 euros. Entre esas partidas se incluirían ayudas a Cáritas, la realización de una obra social y la financiación íntegra de la exposición del cincuentenario de Guadalupe, un ambicioso proyecto expositivo, previsto en principio entre octubre y noviembre de 2017, que iba a reunir en Sevilla a 50 imágenes del imaginero Luis Álvarez Duarte, y al que la hermandad se vio obligada a renunciar ante la falta de patrocinadores, emplazando su celebración a este 2018.
Ante tan tentadora oferta, el hermano mayor ha elevado consultas en Palacio sobre la licitud de recibir una donación de estas características, que al parecer habría de canalizarse a través de una fundación. La junta de gobierno tiene previsto decidir esta semana si sucumbe a la tentación y muerde una manzana que amenaza con dinamitar el mercado de contratación de las bandas.
EL DEBATE ESTÁ SERVIDOLas donaciones en el mundo de las hermandades son moneda de uso común. Sin ir más lejor, Vera-Cruz restauró su capilla gracias a la generosidad de un bienhechor argentino, el mismo que está colaborando ahora con La Cena en la restauración de Los Terceros. Igual sucedió durante un tiempo con los donantes malagueños que enriquecieron el ajuar del Señor de las Penas de San Vicente con túnicas elaboradas en talleres de la capital de la Costa del Sol. En el caso de Las Aguas, lo que se plantea es una suculenta donación a cambio de aceptar que una banda, supuestamente de contrastada calidad, acompañe al misterio de la cofradía. Para unos, la hermandad está «vendiendo» su principal acto de culto externo. Para otros, es un tren que no hay que dejar pasar.