Es la imagen cofradiera de este año. María Santísima de las Aguas, titular mariana de la Hermandad del Museo, aparece desde este pasado miércoles 12 de octubre en su paso de palio con sus manos entrelazadas, tal y como la concibió su autor, Cristóbal Ramos, en 1772. Casi parece un sueño contemplar estas instantáneas, en las que la dolorosa del Lunes Santo se nos muestra presidiendo sus andas procesionales, de cara a la salida extraordinaria del próximo sábado 15 de octubre, con estas manos que las actuales generaciones siempre hemos visto como una pieza histórica del patrimonio de esta corporación penitencial.
Es como si el tiempo no hubiese pasado por esta imagen de la Virgen, y entre las fotografías en blanco y negro que se conocen de Ella y las que hoy contemplamos apenas hubiera transcurrido un siglo. Cabe recordar que la Madre del Señor de la Sagrada Expiración jamás ha procesionado bajo palio con estas antiguas manos, por lo que desde hace cien años sólo la hemos conocido con las manos que tallase para Ella Antonio Infantes Reina.
Otra estampa inusual que se contempla ante esta efeméride es que la Virgen Santísima de las Aguas no lleva como tocado su característico tul, sino que luce una mantilla. De manera más concreta, hay que matizar que el pecherín es un elegantísimo encaje de Bruselas del siglo XIX que ha sido donado por el hermano de esta cofradía Gonzalo Fernández así como por su familia, mientras que por detrás lleva la Señora una mantilla, datada también en el XIX, que ha sido donada por la hermana y camarera de honor Dolores Mejías Guerra, viuda de Mariano Bellver. Igualmente estrena la saya diseñada y bordada por Manuel Solano, y que fuera bendecida el pasado sábado día 8 en su capilla.