-
Foto: Antonio Sánchez Carrasco -
Foto: Antonio Sánchez Carrasco -
La hermandad de la Carretería ha recuperado el esplendor de los bordados decimonónicos de la antigua saya de salida de su dolorosa. Este martes se ha presentado en la capilla de la antigua calle Varflora la pieza que bordaran sobre terciopelo azul oscuro las Hermanas Antúnez en 1886. Se trata de una obra de notable valor, diseñada a juego con el manto de salida que se perdió en la década de los cincuenta de la pasada centuria a consecuencia de un incendio declarado en el almacén donde se encontraba guardado.
El pasado a nuevo terciopelo y restauración de los bordados ha permitido recuperar el diseño original de las Antúnez que «se había ido distorsionando» con las distintas intervenciones que ha sufrido esta pieza a lo largo de los años. «A simple vista no se apreciaba, pero se había ido deformando el dibujo debido a la cantidad de pasados que ha tenido. Faltaban detalles de piezas pequeñas, en una intervención de los años sesenta se le había retirado la guardilla de abajo y en su lugar se había colocado un galón... Hemos llegado a encontrar restos de hasta cuatro pasados de terciopelos, todos en color azul oscuro”, ha explicado Manuel Solano, bordador en cuyo taller se ha realizado este minucioso trabajo de restauración.
Para ello,. Solano ha contado con las aportaciones del diseñador Gonzalo Navarro, quien, a través de fotografías antiguas y un exhaustivo estudio de la saya, ha logrado recomponer el dibujo sobre el que bordaron las Hermanas Antúnez hace ya más de 130 años. Buena parte de este laborioso trabajo se ha expuesto esta noche en el acto de presentación de la saya de salida, que ha contrado con la presencia del hermano mayor de La Carretería, Félix Mezquita, así como numerosos hermanos.
Como resultado, la pieza, un verdadero tesoro patrimonial del bordado sevillano, ha recuperado sus volúmenes iniciales y «su finura original», cuidando hasta el más mínimo detalle: «Se ha restaurado y respetado al máximo el bordado antiguo. De hecho se ha llegado a fijar el hilo de oro antiguo», concluye el bordador, quien reconoce que ha empleado cinco meses en completar todo el trabajo de bastidor. Su reestreno por la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad será una de las novedades patrimoniales de la tarde del Viernes Santo sevillano.