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Javier Gómez gana las elecciones en San Bernardo. / El Correo
Las elecciones en San Bernardo ya tienen ganador y es Francisco Javier Gómez, actual teniente hermano mayor de la hermandad. De los 1.046 hermanos que han votado, 793 se decantaron por Gómez, 293 por Hervás, 8 fueron en blanco y 6 nulos.
Fue una tarde muy calurosa dentro de la casa hermandad de San Bernardo. Entre la temperatura exterior y la cantidad de hermanos que estaban ejerciendo su derecho, más que un colegio electoral parecía una sauna. La hermandad daba botellas de agua fresquitas para paliar los efectos de la canícula interna. Camisas empapadas, frentes chorreando y sin embargo, el ambiente no estaba caldeado.
Durante semanas, partidarios de unos y de otros usaban las redes sociales para atacar al contrincante e intentar rascar algunos sufragios. Lo que ocurría en las redes se quedó en ellas. El ambiente era normal. Se palpaba el nerviosismo por ambas facciones. Los candidatos andaban fuera saludando a todos los hermanos y los hermanos se quejaban de las largas colas.
Gente de ambas candidaturas intentaban echar un ojo a qué papeleta cogía el hermano para elaborar sus propias israelitas.
Las heridas de la división producida por la presentación de ambas candidaturas se empezaron a sanar con la apertura de las urnas. Los hermanos ejercieron libremente su derecho al voto y luego se fueron juntos, sin importar el sentido del voto, a hidratarse a los bares de la zona.
A las 23:00 se acabó con la votación. Había que proceder a contar una por una las papeletas de los 1.046 hermanos. Era el momento de la recogida de los hermanos para conocer los resultados.
Desde la Puerta de la Carne a la calle ancha, desde la Buhaira a la Florida iban desfilando por el camino más corto hacia las puertas de la casa de hermandad. Como un Miércoles Santo chico.
Allí hubo que esperar un rato que, para los integrantes de las candidaturas, se hizo eterno.
Las colillas se amontonaban en los ceniceros. El parto se resistía. «¡Ya salen, ya salen!» y todos entran al salón pero allí no salía nadie. Así, hasta cuatro veces.
Cuando el reloj estaba ya más cerca de la 1 de la mañana que de las 12, el párroco de San Bernardo salía de la antigua casa hermandad. Esa era la señal inequívoca de que todo estaba consumado. De hecho, el informe caritas desvelaba lo que luego se formalizó, que Francisco Javier Gómez había ganado las elecciones.
Comenzaron a desvelar los datos. “Votos totales, 1.046. Votos en blanco, 8. Votos nulos, 6. Votos para la candidatura de Francisco Javier Gómez, 793”. Se interrumpió el discurso por el aplauso de un grupo de hermanos. “Votos para la candidatura de Lorenzo Hervás, 293”. En el momento en el que comenzó el baile de abrazos en el interior de la casa hermandad, Hervás se marchaba con la cabeza alta, sin hacer aspavientos, ni reprochándoles a los hermanos la decisión tomada. Aguantó estoicamente el rezo de las preces a pesar de haber sufrido una dolorosa derrota.
Una vez concluido el rezo, Lorenzo Salió a reencontrarse con los suyos que lo recibieron con un aplauso antes de volver, como dictan las reglas, a su casa por el camino más corto.
Los vencedores también regresaron, aunque éstos hicieron estación, que no de penitencia, a uno de los bares de la calle ancha y que hoy estarán viviendo y sufriendo la resaca electoral.
Los sonidos provenientes de Arahal no tuvieron el ritmo suficiente para decantar unas elecciones. El big data de Javier ganó a los fichajes de Lorenzo.