Su maestro, el escultor Sebastián Santos Rojas, decía de quien consideraba su más predilecto discípulo que, a falta de una más sólida formación académica, «tenía una cámara fotográfica en los ojos para retratar al natural las imágenes». El profesor Juan Manuel Miñarro, uno de sus más destacados discípulos, lo define, por su parte, como «el escultor del movimiento y de la expresión teatral de las figuras». Treinta y cinco años después de su muerte, el imaginero carmonense Francisco Buiza Fernández (1922-1983) –autor en Sevilla de imágenes como el Crucificado de la Sangre de San Benito (1966), el Señor de la Resurrección (1973), el Cristo de las Cigarreras (1974) y la Virgen del Rosario de la Milagrosa (1963)– será homenajeado en Málaga con una gran exposición dedicada a repasar la vida y la obra de quien está considerado por la crítica como un «referente indiscutible de la escultura devocional en la segunda mitad del siglo XX en Andalucía».

Promovida por la cofradía del Cautivo de Málaga con ocasión del 50 aniversario de la bendición de la imagen de su dolorosa, la Virgen de la Trinidad (1968), a la que dio vida el imaginero de Carmona, la muestra reunirá a partir de la semana que viene una selección de importantes obras de Buiza, ordenadas siguiendo una línea cronográfica y evolutiva del maestro: desde los momentos iniciales de formación y búsqueda, pasando por su estapa de ensayos en la que comienza a perseguir su propio estilo, hasta su etapa de madurez, plenitud y reafirmación, durante la cual logra serenar su espíritu e incluso intenta reinventarse.

El comisario científico de esta «gran exposición monográfica», titulada Buiza, maestro escultor, es el profesor Miñarro, quien se lamenta de que «una vez más, y como ya ocurriera con la exposición dedicada en 2016 a Luis Ortega Bru, Málaga nos tome la delantera y salde la deuda que tenemos con Buiza, cuando la primera que tiene esa obligación es Sevilla, cuna de su producción. ¿Qué podemos esperar de la Sevilla que olvidó a Juan de Mesa?».

La muestra, que se inaugura el viernes 13 de julio en Ars Málaga-Palacio Episcopal, el espacio de arte dependiente del Obispado malagueño, reunirá juntas por primera vez medio centenar de obras y piezas realizadas en el taller del número 3 de la sevillana calle Viriato, conocido como el Corralón de los Artistas, el primet taller independiente que abrió y, a la postre, el único obrador que utilizó durante toda su vida. De entre las obras expuestas destaca la Virgen de la Trinidad de Málaga, presentada en la capilla del Palacio Episcopal, una imagen tallada por Buiza directamete en la madera en 1963 durante el periodo de convalencia de un accidente de moto que le provocó severas lesiones. En la capilla del Palacio Episcopal también se expondrá la portantosa talla del Cristo de la Agonía, titular de la hermandad de las Penas de Málaga, realizado en 1972, imagen con la que el artista representa el drama humano del dolor que había padecido tras su accidente de tráfico. «Era el momento del Buiza vehemente y de explosión desgarradora en sus Cristos».

«Junto al drama que desprenden sus crucificados o cristos martirizados, con profundos claroscuros y movimientos del cabello, Buiza desprende ternura en sus originales modelos de tallas de infantes, aportando rasgos particulares. En este sentido, una de las aportaciones más personales de Buiza a la imaginería del siglo XX son sin duda las figuras de los querubines, angelitos y los Niños Jesús en todas sus versiones», ilustra Miñarro.

Ejemplo de esta imaginería decorativa para andas procesionales, desde Sevilla viajarán a tierras malagueñas los cuatro evangelistas y el Ángel Custodio del paso del Cristo de la Sangre de San Benito (1967); tres ángeles (lamparero, turiferario y querubín) del paso del Cautivo de Santa Genoveva (1958); y dos ángeles mancebos del paso del Crucificado de la Expiración del Museo (1972).

Entre las piezas cedidas a la muestra desde Sevilla Miñarro destaca asimismo el grupo escultórico del Éxtasis de Santa Rafaela, una gran obra del año que custodia la Confraternidad Franciscana de la calle Cervantes, la imagen de la Divina Pastora del convento de Santa Isabel (1956), y la talla de la Inmaculada Concepción de la parroquia de San Benito (1958).

Para Miñarro, su maestro Buiza, integrante de la generación escultórica de la posguerra, constituyó «un giro decisivo, una alternativa de renovación dentro del estilo que se vino en llamar neobarroco». Al artista nacido en Carmona, uno de los escultores más influyentes del siglo pasado, le corresponde además el honor de haber creado una auténtica escuela de enorme importancia, «la escuela buizenca», una estela de la que bebieron discípulos como Álvarez Duarte, Francisco Berlanga, Juan Ventura, Jesús Santos Calero, Augusto Morillas, Antonio Zambrana, Manuel Lobato, Matilde García o el propio Miñarro.

Hasta el 16 de septiembre

La muestra podrá visitarse hasta el 16 de septiembre, de lunes a sábado, en horario de 10.30 a 21.00 horas y los domingos de 10.00 a 18.30 horas. El precio de la entrada general es de 5 euros. Sin embargo, el primer día (14 de julio) y el último, el acceso será gratuito. La exposición, coorganizada con ArsMálaga-Palacio Episcopal, se enmarca en la conmemoración del cincuentenario de la Virgen de la Trinidad malagueña.