Se va aproximando octubre, y la Hermandad de Montesión se prepara para vivir un mes muy especial en torno a María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, puesto que su festividad es el séptimo día del citado mes. Será su veneración o besamano, quién sabe, su pregón, su septenario y su rosario de la aurora, éste último el 1 de noviembre, cerrando así unas semanas muy especiales alrededor de la titular mariana.
En los últimos años, la junta de gobierno ha tenido que estudiar distintas alternativas para celebrar el septenario, puesto que en su día lo hizo en la Iglesia de San Martín, pero diversas circunstancias dio lugar a que dejase de tener lugar allí, desarrollándose en la propia capilla, hasta que la pandemia obligó a no hacerlo en su sede, trasladándose al Convento del Espíritu Santo, donde confluyen San Juan de la Palma, Las Dueñas, Gerona y Santa Ángela de la Cruz.
El pasado lunes 5 de septiembre, y en cabildo de oficiales presidido por Alberto Balbotín como hermano mayor, se tomó el acuerdo de acudir en esta ocasión a la Parroquia de San Andrés, decisión adoptada siempre de acuerdo con el párroco, el padre Jesús Maya Sánchez, y contando con la acogida fraterna de las hermandades de Santa Marta y de Araceli. El septenario tendrá lugar entre el domingo 16 y el sábado 22 de octubre, culminando el domingo 23 con la celebración de la función principal de instituto, coincidiendo así, además, con las vísperas inminentes de la apertura de la puerta santa con motivo del año jubilar concedido a Santa Marta por los setenta y cinco años de la fundación de su hermandad. Los traslados de la imagen dolorosa no están concretados en cuanto a sus fechas, pero es muy probable que puedan producirse el viernes 14 el de ida y el lunes 24 el de regreso.
Finalmente, y en virtud de la regla 29.6 de las de esta Hermandad de Montesión, los oficiales de la junta seguirán trabajando para encontrar un templo que sea el que acoja de una manera definitiva la celebración continuada a lo largo de los años de estos cultos, así como de los del quinario en honor al Señor de la Sagrada Oración en el Huerto, de modo que se traten de recintos amplios que puedan acoger un mayor número de hermanos y devotos ante lo reducido de su capilla de la calle Feria.