La exposición “Amoris Corona” de la Hermandad de San Roque, con la que se conmemora el LXXV aniversario de la coronación de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza y el XXV de su convalidación canónica, llega a su recta final. Distribuida entre la sala capital y el apeadero del ayuntamiento, se clausurará este sábado 24 a las 13:30 horas. Su horario es de 10 a 13:30 y de 17 a 20:30 horas. Si aún no han tenido oportunidad de visitarla, no dejen de hacerlo, aunque hoy, La Recogía les muestre una rápida y resumida visita audiovisual.
En la sala capitular se halla la corona de la Santísima Virgen presidiendo la estancia, una obra de Emilio García Armenta en 1947 y que ha sido restaurada y remozada este mismo por Orfebrería Ramos, labrando la parte trasera de la ráfaga de la presea. Detrás, a modo de dosel, se alza el techo de palio, bordado en el taller de Santa Bárbara en 2018 e inspirándose en el anterior, rematando el conjunto, a modo de gotera, la bambalina frontal, bordada en 2009 en el mismo taller y reproducción del anterior de Sobrinos de José Caro en 1955. Dos de los varales del palio, labrados en 1942 por Francisco Bautista y Emilio García Armenta, enmarcan el conjunto, cerrándose en la parte inferior con el respiradero frontal del paso de palio que labrase en 2004 Orfebrería Ramos y que es réplica de los diseños anteriores que realizaron los autores ya citados de los varales. Finalmente, escoltando la corona se hallan los varoles del paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas, labrados en 1965 por Seco Velasco.
Al salir de la sala anterior se encuentra el original del cartel de estas efemérides, obra de José María Pedernal Álvarez, y ya en el apeadero destaca, completamente abierto, el manto de salida que bordaran los Sobrinos de José Caro en 1965 siguiendo el diseño de Antonio Garduño. También llama la atención la presencia de la saya, el manto y la toca de sobremanto con los que estaba revestida la dolorosa el 23 de marzo de 1947, cuando el cardenal Segura le impuso la corona. También se halla el banderín conmemorativo de la coronación canónica, ejecutado en 1999 por Fernández y Enríquez, así como diversos documentos, escritos y gráficos, en torno a la coronación hace tres cuartos de siglo y la convalidación hace veinticinco años.