No cesan los despropósitos en la Iglesia de Santa Catalina por parte de la Hermandad de Santa Lucía. La autoridad eclesiástica no da, ni va a dar, el permiso para que esta corporación letífica traslade públicamente a su titular hagiográfica a la calle Francos para presidir el altar del Corpus Christi, justo en el espacio donde lo montaba la Hermandad de las Tres Caídas de San Isidoro, que en esta ocasión no lo instalará. Sin embargo, la junta de gobierno que preside como hermano mayor Juan Antonio López no ceja en su empeño y ya ha entronizado a la bendita imagen en su paso procesional, tras la mudá realizada el pasado domingo al mediodía. De hecho, toda esta situación, sinceramente innecesaria, está generando confusiones hasta en el CECOP, que en los últimos días, incluso, había solicitado al Consejo General de Hermandades y Cofradías la documentación de la Hermandad de Santa Lucía de cara a una procesión de la que la entidad de la calle San Gregorio sólo sabe que el Arzobispado no ha dado su consentimiento.

Según informaciones recabadas por este periódico, la corporación de gloria pretendía irse este martes por la noche, indicándosele que el dispositivo de seguridad para el Corpus no se activa hasta el miércoles por la mañana, por lo que luego intentó irse a las cinco y media de la tarde, ya que por la noche es imposible debido a la alta concentración de público que se acumula en el centro y ser sólo la Hiniesta Gloriosa la que tiene todos sus «papeles en regla» para realizar su procesión de ida al consistorio hispalense. Pero de lo que hacen caso omiso desde Santa Catalina es que los cofrades de Santa Lucía no tienen autorización para el traslado procesional público, sólo para que la imagen presida un altar en Francos, y la imagen sea desplazada en privado. ¿Tensarán más la cuerda, y la hermandad saldrá, sí o sí, a la calle, pudiéndose jugar su futuro por desacato a la autoridad de nuestra Iglesia Diocesana?