- Santos Miguel, Rafael y Gabriel. Convento de Santa María de Jesús en Sevilla.
El 29 de septiembre se celebra la festividad litúrgica de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Son los tres reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica, aunque también se han representado a través de la historia del arte a los denominados aprócrifos (no aceptados en el canon de la Biblia): Uriel, Jehudiel, Baraquiel y Seatiel. Sevilla y su provincia ostentan el privilegio de ser uno de los lugares de España donde mayor número de representaciones artísticas existen de los mensajeros principales de Dios. En la capital, mayoritariamente San Gabriel, en la escena de la Anunciación a la Virgen María; y en la provincia, San Miguel, el protector de la Iglesia y combatiente del demonio, que simboliza la primacía del Bien sobre el Mal.
No exageramos al afirmar que Sevilla es la ciudad de los arcángeles. La capital de Andalucía alcanza las más de 400 representaciones y la provincia supera las 600 imágenes, la mayoría en pintura como escultura, pero también en vidrieras, azulejos y cerámicas. No se trata de imágenes menores, todo lo contrario, ya que muchas fueron realizadas por grandes artistas sevillanos como Pedro Roldán, Francisco Pacheco, Murillo, Valdés Leal, Pedro Villegas y Marmolejo, Domingo Martínez o Juan de Espinal, entre otros.
Durante el Barroco, la temática de los arcángeles tuvo gran proyección, algo genuinamente sevillano, ya que la escuela local, sobre todo de pintura, fue muy pródiga en este tipo de representaciones, según han investigado autores como Enrique Valdivieso, José Fernández López y Benito Navarrete. La profusión de arcángeles en la ciudad de Sevilla es tal y la calidad artística de sus representaciones tan elevada que podrían constituir todos juntos un museo.
No obstante, una parte relevante de estas imágenes religiosas son de autoría anónima, pero de elevada calidad artística, y todos ellos conforman un tema propio y singular de la escuela sevillana de pintura, sobre todo de la de Zurbarán, que la exportó al resto de España y a América, donde prosperó principalmente en México y Perú.
Estas obras de arte están custodiadas en las 56 iglesias y 21 conventos de la ciudad, sin contar los 5 antiguos hospitales (de los Venerables, de Muestra Señora de la Paz o Residencia San Juan de Dios, del Pozo Santo, de la Misericordia y de la Santa Caridad). Los arcángeles aparecen, igualmente, en edificios no religiosos como el Real Alcázar, el Palacio Arzobispal, el Ayuntamiento hispalense, el Museo de Bellas Artes, la Casa Hermandad del Silencio, la Casa Pilatos, el Museo de Artes y Costumbres Populares y la sede de Cajasol (edificio de la antigua real Audiencia).

San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Hospital Pozo Santo de Sevilla.
Sevilla conserva interesantes series arcangélicas que aparecen en grupos o series, son vistosas y de gran calidad artística, con la representación de los arcángeles canónicos y no canónicos. La capital de Andalucía fue un pilar fundamental de la pintura barroca española y la realización de estas series pictóricas de ángeles y arcángeles jugaron en su vertiente devocional un papel primordial. Esta ciudad española cuenta con diversos conjuntos que han perdurado a lo largo de los siglos hasta nuestros días, la mayoría en pintura. La más notable y antigua es la que está depositada en el Hospital Pozo Santo, integrada por diez magníficos lienzos de 1660, obra de un artista desconocido seguidor de Zurbarán. Cada cuadro representa de manera individualizada a los arcángeles, colocados en el siguiente orden: San Miguel, San Gabriel, San Rafael, Ariel, Oziel, Iaciel, Eliel, Hadriel, Alamiel y Esriel.
Otro importante conjunto arcangélico se custodia en la Casa Hermandad del Silencio con cuatro estupendos lienzos de San Gabriel, Uriel, Baraquiel y Seatiel, atribuidos al pintor onubense Alonso Miguel de Tovar durante la primera mitad del XVIII. La tercera serie pictórica, única en Sevilla, la podemos contemplar en la Iglesia de Santa Ana; en la bóveda de la capilla sacramental, labrada en el siglo XVIII, está dividida en ocho franjas decorada con pinturas murales de los siete arcángeles y el Cordero Místico (una serie completa, de autor desconocido, muy deteriorada por el paso del tiempo).
La cuarta serie aparece en el retablo mayor de la Iglesia Colegial del Divino Salvador, el único monumento histórico-artístico que dispone de una serie arcangélica en escultura, sobresaliente obra del portugués Cayetano de Acosta de la segunda mitad del XVIII. Incluye cuatro grupos angélicos que rodean la Transfiguración de Jesús, encabezados por los arcángeles San Miguel, San Gabriel, San Rafael y Uriel, los cuales están flanqueados por bellas parejas de ángeles alados que portan atributos iconográficos relacionados con el poder divino. En el conjunto están representados, por tanto, los arcángeles canónicos y no canónicos, como Uriel y posiblemente Jehudiel y Seatiel.
En cuanto a la provincia sevillana, la comarca de la Campiña es la que tiene el mayor número y riqueza artística, seguida del Aljarafe y Guadalquivir-Doñana. Del conjunto de los pueblos son Carmona y Écija los que poseen más iconografía arcangélica, seguidos de Marchena y Osuna, sobresaliendo los cuatro pueblos por su cantidad y calidad. Es razonable que así sea, dada la riqueza patrimonial de monumentos religiosos que históricamente han tenido estos pueblos frente a otros más modestos. Además, se evidencia que la destrucción de patrimonio religioso en la provincia al inicio de la Guerra Civil también afectó a las imágenes de arcángeles. Son las iglesias de los Sagrados Corazones (San Juan de Aznalfarache) y la Prioral de Santa María (Carmona), junto a los conventos de San Andrés (Marchena) y Santa Clara (Carmona), los que atesoran más representaciones. Se trata de trabajos artísticos anónimos y otros ejecutados por nombres tan importantes como Juan de Espinal y Pedro Villegas y Marmolejo (en Écija), Francisco Pacheco (en Villamanrique de la Condesa), Pedro Roldán (en Morón y Los Palacios), Ignacio de Ríes (en Cazalla de la Sierra) o Cayetano de Acosta (en Osuna), entre otros. El estilo artístico que prevalece es el barroco, en menor medida el gótico, renacentista, neoclásico y neobarroco.

Talla barroca de San Miguel. Iglesia Divino Salvador de Sevilla.
La palabra arcángel traducida al griego significa «mensajero principal». Los arcángeles son los príncipes de los ángeles y, según recoge San Isidoro, son los enviados principales de Dios. San Gregorio Magno considera que los arcángeles son los «nuncios supremos», ya que anuncian a los seres humanos las cosas de mayor importancia. La tradición, la devoción y el arte popularizaron los nombres de los tres más importantes, San Miguel, San Gabriel y San Rafael, los únicos citados en la Biblia y reconocidos oficialmente por la Iglesia (los llamados canónicos). Suelen llevar atributos externos alusivos a la función que cumplen en la Tierra: la espada y el escudo San Miguel, la rama de azucenas San Gabriel y el cayado y el pez San Rafael.
La devoción a los santos arcángeles ha permanecido a lo largo de los siglos, puesto que tienen como misión proteger a la humanidad, junto al resto de ángeles custodios. Especialmente en la provincia de Sevilla San Miguel Arcángel es el patrón de diversos municipios como Castilleja del Campo, Lora de Estepa, Marchena, Morón de la Frontera y Villanueva del Ariscal. Isla Mayor es el único pueblo de la provincia donde figura como titular San Rafael en la iglesia parroquial, siendo también su patrón.
La liturgia de la Iglesia Católica ha unificado en un solo día, con categoría de fiesta, la veneración de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael; y el día de 2 octubre dedicada a los Santos Ángeles Custodios o Ángel de la Guarda.
En cuanto a San Miguel, la fiesta de su Aparición se conmemora el 8 de mayo, ya que este día del año 490 (siglo V) se apareció en una cueva del Monte Gargano (Italia), declarando que estaba bajo tutela y guarda de aquel lugar. Pidió que se erigiera en la gruta un templo para honra suya y de todos los ángeles. Es el origen del actual Santuario de San Miguel, el más célebre e importante del occidente latino dedicado al arcángel. Al denominado Príncipe de los Ángeles, que se le identifica por las siglas Quis Sicut Deus (Quien como Dios), es el protector de la Iglesia y patrono del Estado de la Ciudad del Vaticano. El patrono de la Iglesia universal es San José, aunque siempre se ha acudido a San Miguel en los momentos de las grandes dificultades y lo tiene también como patrón. San Miguel es considerado el general de los ejércitos de Dios no sólo en la religión cristiana (confesiones católica, ortodoxa, copta y anglicana), sino en otras religiones. Es un guerrero supremo en continua batalla contra el diablo y sus huestes infernales. Tiene, por tanto, un papel protagonista en la lucha entre el bien y el mal o entre los ángeles buenos y los ángeles malos o caídos.

San Miguel en el Juicio Final. Iglesia Santa María de la Asunción. Alcalá del Río
San Gabriel también se celebra el 29 de septiembre, antes era el 24 de marzo y anteriormente el día 18 del mismo mes. El 25 de marzo es la fiesta de la Anunciación de la Virgen, que celebra el mensaje divino que San Gabriel comunica a María sobre su próxima concepción del Hijo de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo. En cuanto a su patronazgo, el arcángel lo es de mensajeros, carteros y trabajadores de correos, repartidores de periódicos y en general de los trabajadores de las comunicaciones. Además, San Gabriel, mensajero divino por excelencia, es el santo patrón de las telecomunicaciones debido a que Pío XII, en un Breve apostólico de 1951, encomendó al arcángel mariano asegurar el beneficio especial de su protección celestial.
San Gabriel es también protector especial de la pureza, de la infancia, de las embarazadas y de los matrimonios, siendo invocado contra la esterilidad conyugal. Sin olvidar que tiene como importante misión la de proteger -junto con San Miguel- y ser guardián de las puertas de la Iglesia contra la intrusión de los demonios.
San Rafael, el tercer arcángel canónico cuyo nombre significa Medicina Dei (Medicina de Dios), encarna la curación. Simboliza la sanación para las dolencias físicas y espirituales, es el protector de los caminantes y patrón de los hermanos hospitalarios. Su celebración es el 29 de septiembre, aunque originariamente su festividad era el 24 de octubre, pero cuando el santoral fue reformado en 1969 se cambió a septiembre. No obstante, en Córdoba, donde es Custodio de la ciudad, continúa conservando la tradición y honra al arcángel cada 24 de octubre, concediéndose a esta capital andaluza el privilegio de mantener la fiesta de San Rafael, debido a la gran devoción popular que existe desde hace siglos. En su honor, en muchas plazas de Córdoba, se han levantado los denominados triunfos para venerar su imagen. Es el patrón de los enfermos, médicos, peregrinos, farmacéuticos y emigrantes. Guía y defensor de los viajeros y caminantes. Protector de los pretendientes, consuelo y alivio de los afligidos y los pobres. En general es venerado popularmente como un arcángel sanador, médico de los dolientes, invocado contra la peste, las epidemias, el mareo y las enfermedades de la vista. Tradicionalmente, al arcángel San Rafael se le ha pedido auxilio para curar las enfermedades del cuerpo y la mente y para lograr terminar felizmente los viajes.