La hermandad de Los Javieres ha aprobado este miércoles el proyecto de bambalinas y remodelación del techo de palio de Javier Sánchez de los Reyes. Los trabajos de bordados será ejecutados en el taller de Francisco Carrera Iglesias, Paquili. La idea es que «para la Semana Santa de 2021» comiencen los primeros estrenos con «la sustitución de la gloria del techo de palio», coincidiendo con el año en el que se cumple el 75 aniversario de la bendición de la Virgen de Gracia y Amparo.
El nuevo diseño, presentado y aprobado anoche en cabildo general, trata de integrar definitivamente la evolución estética de este palio del Martes Santo, resultado de numerosas intervenciones desde su primera salida procesional en aquella Semana Santa de 1980. Y es que, como bien recuerda la memoria del proyecto, «los más antiguos enseres provienen de la primera salida del palio; los varales, luego reformados, los candelabros de cola y las jarras, así como la peana, adquirida de lance a la cofradía de la Amargura». Posteriormente, prosigue la explicación histórica, «se estrena la bambalina frontal y el farol entrevaral, diseñada la primera por el recientemente fallecido Antonio Dubé de Luque y bordada en la técnica de recorte. Una vez completadas esas bambalinas por su cara externa, se realizan los respiraderos por Ramón León, así como la corona, y el techo en 2002, primer elemento bordado en hilo de oro a realce, diseñado y ejecutado por José Ramón Paleteiro. Prosigue el estreno de la magnífica candelería, llamador y tulipas del frontal.
El último elemento añadido es el manto, en 2006, también bordado en oro a realce por José Ramón Paleteiro». Fruto de este dilatado proceso de ejecución sin diseño global o de conjunto, el paso de la Virgen de Gracia y Amparo, «ofrece hoy en día un eclecticismo o estilo o no definido».
Los nuevos bordados, al detalle
En este sentido, Javier Sánchez de los Reyes ha estudiado el diseño del techo y del manto para completar unas nuevas bambalinas y una nueva gloria central que, según explica el propio diseñador, definan definitivamente el diseño del palio, unificando la técnica de bordado en oro a realce, cuadrando unas nuevas bambalinas que tengan personalidad propia y creando una nueva gloria bordada que se integre en el conjunto y que centre la atención en la imagen de la Virgen, situada bajo este elemento. Su proyecto pasa por «invertir el lenguaje ornamental que Rodríguez Ojeda utilizaba en sus palios de finales del S. XIX y principios del S. XX, en los que recurría por fuera a una decoración de temática vegetal, y en su interior a una decoración mixtilínea, con diversos galones que jugaban y se cruzaban creando formas geométricas, acompañados de alguna decoración vegetal».
Así, el proyecto aprobado por los hermanos contempla lo siguiente:
- Un galón a modo de pequeña moldura separa una suave crestería del resto del paño de la bambalina. El dibujo, separado por paños en esta parte exterior, se articula en torno a unos galones que van describiendo formas mixtilíneas y curvadas, de diversos grosores, acompañado de ornamentación vegetal.
- El interior contempla decoración exclusivamente vegetal, como una continuación del techo, con tallos que se anillan en el centro de cada paño de bambalina interior, con decoración vegetal acompañada de “caracolillos” realizados en cordoncillos.
- En la parte inferior, tanto en la cara externa como interna, otro pequeño galón recto da paso a tres lóbulos por paño, a modo de “lambrequines” o “guardamalletas”, con un corte mixtilíneo también extraído de la obra de Ojeda y reelaborando y otorgando sello y personalidad propia a ideas aportadas en bambalinas de su diseño. En cada lambrequín se sitúa una pequeña guirnalda, con más desarrollo la del lambrequín central de cada paño entrevaral de bambalina, que es más ancho, y finalmente se encuentran todos rematados en una pequeña borla, que destaca entre un fleco de bellotas muy finas (las más pequeñas que se realizan) y cortas.
- La gloria del techo de palio se contempla sobre terciopelo de la misma calidad y color del resto del techo. Un pequeño galón que la rodea servirá para realizar el corte y delimitarla. El motivo central es un corazón llameante alado y resplandeciente entre rayos, representando el amparo de la Stma. Virgen, simbología presente en el llamador del Paso, que nos parece la más representativa y parlante de la advocación de la Virgen. Ese corazón se encuentra traspasado por un puñal, vinculándolo con el carácter doloroso de la Imagen a la que alude, y rematado por corona real. Rodeándolo van los primeros versos del himno «Sub Tuum praesidium”, el más antiguo dedicado a la Virgen María, datado alrededor de los SS. III-IV de nuestra era, cuyo uso es contemplado por la liturgia romana como antífona mariana. La traducción al castellano de la secuencia incluída es la siguiente : “Bajo tu amparo nos acojemos, Santa madre de Dios».