Uno de los belenes instalados por una hermandad que más llama la atención es, sin duda alguna, el de la Hermandad de la Quinta Angustia, que puede contemplarse en su propia capilla en el interior de la Real Parroquia de Santa María Magdalena. Su artífice es Miguel Ángel Pérez Pascual, capiller de la corporación del Jueves Santo, además de conocido capataz de la Pura y Limpia del Postigo y de la Divina Pastora de Triana, quien lleva años dedicado a esta pasión por el belenismo que también inculca a los cofrades de esta señera cofradía.
Se trata, en este caso, de un belén personalísimo cuyas figuras han sido realizadas por el joven pintor e imaginero Sergio Sánchez Sánchez, quien toma de modelo, en varios casos, a las figuras secundarias del misterio del Sagrado Descendimiento, si bien en el conjunto de este nacimiento hay en total veinticinco figuras de unos diecisiete centímetros de altura, habiendo sido realizadas todas ellas en barro cocido, policromadas y estofadas.
Nada más que se accede a la capilla y se aproxima el visitante al belén, lo primero que contempla es el propio misterio con los Reyes Magos adorando al Niño Jesús, donde también hay una mujer arrodillada muy similar a la imagen de una de las Marías del paso de misterio, pero en una esquina, en primer plano, aparece, además, una entrañable ancianita que se halla cosiendo el escudo corporativo de esta hermandad en la capa de la túnica nazarena de esta cofradía. Así mismo, sobre el misterio aparece un Ángel proclamando Gloria a Dios y que se inspira en los ángeles pasionistas existentes en la propia capilla.
Los santos varones también hacen su cameo en este belén, ya que Nicodemo sería un pastor que comercializa alfombras, mientras que José de Arimatea aparece en otra escena conversando con una pastora que no es otra que la Magdalena. Tampoco falta San Juan Evangelista, que porta sobre sus hombros a una oveja. Y también hay un homenaje del imaginero Sergio Sánchez al belenista que construye esta obra, puesto que Pérez Pascual es hermano de la Esperanza de Triana, habiendo sido muchos años costalero del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, motivo por el que junto a un templete con la Virgen del Rocío aparece la misma mujer de Jerusalén con su hijo en brazos que se ubica en el misterio trianero.
Finalmente, hay guiños a la historia artística de la Quinta Angustia, pues en una estancia aparece, anacrónicamente, un pintor que es Juan Valdés Leal por los cuatro siglos de su natalicio y se le admira pintando algunos de los lienzos que hay en la capilla de esta hermandad, y en otro habitáculo se halla Jerónimo Hernández tallando la efigie del Dulce Nombre de Jesús, titular también de esta cofradía, y de cuya hechura se han conmemorado sus 450 años.
