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Algunas ventajas y desventajas del coche eléctrico

Para crear una movilidad eléctrica fiable hay que salvar muchos obstáculos que, desde el inicio, se están interponiendo en el camino

Mario Garcés mgarces83 /
30 nov 2019 / 12:59 h - Actualizado: 30 nov 2019 / 20:14 h.
"Libra","Comunicación","Motor","Movilidad","Twitter","Viajes","Iberdrola"
  • El nuevo Volkswagen ID.3 conectado a un cargador de pared
    El nuevo Volkswagen ID.3 conectado a un cargador de pared

Si hace unas semanas publicábamos unas nociones básicas para quien no sabe nada de coches eléctricos, hoy vamos a profundizar en ciertos aspectos que no están bien resueltos, y que pueden suponer quebraderos de cabeza imprevistos. A raíz de este hilo de Twitter, creo que es interesante comentar algunos detalles que, si no se solucionan en el inicio de esta 'transición a lo eléctrico', crean una base poco sólida para quienes se decidan a cambiar de coche y apuesten por uno eléctrico.

Quizás la principal ventaja de disponer de un coche eléctrico sea que se puede tener el 'surtidor' en casa. No todo el mundo dispone de garaje, por lo que no todos se pueden beneficiar de ello, pero quien tiene plaza propia y un enchufe cercano o una instalación especifica cuenta con la gran ventaja del coste de recarga. Con cargar durante la noche lo que se ha consumido durante el día se tiene suficiente para la mayoría de desplazamientos rutinarios y el coste de los desplazamientos es muy bajo.

Sin embargo, los problemas comienzan cuando hay que viajar, aunque sean viajes de ida y vuelta en el mismo día. Para localizar puntos de recarga existen multitud de aplicaciones y, en general, los navegadores de los coches cuentan también con esa información. El problema es que requieren tenerlos actualizados y no es frecuente que lo estén. Una de las herramientas más útiles es, sin duda, electromaps. No solo permite localizar cargadores y saber en qué estado se encuentran y qué requisitos tienen para poder enchufar el coche, sino que gracias al llavero que ofrecen a quien lo solicite, es posible activar la recarga en muchos postes públicos.

La otra forma de activar un poste de recarga suele ser a través de una aplicación móvil o una tarjeta propia. Y he aquí uno de los grandes errores de base, porque cada nueva empresa suministradora que amplía la oferta de puntos de carga tiene la mala costumbre de solicitar que el pago se haga mediante su propia aplicación o tarjeta, por lo que hay que estar instalando aplicaciones o encargando tarjetas para tener cubierto el espectro allá donde se viaje (IBIL, Easy Charger, EMT, Iberdrola, Ionity, etcétera). Con este sistema se multiplican las posibilidades de tener problemas: puede fallar el registro, el servidor, la conexión con el poste de recarga, la cobertura o la batería del móvil. En cualquiera de estas situaciones, que ocurren, por experiencia propia, más de lo deseable, es posible quedarse sin cargar en un sitio con el que contábamos para proseguir nuestro camino. Y entonces hay que tener un plan B, o C.

Pero no es esto lo único que puede fallar con un coche eléctrico. También lo hace, a veces, la conexión entre el cargador y el vehículo. Simplemente 'no se entienden'. Esto depende de los protocolos de comunicación y conexión que tienen, que regulan la recarga. Es un asunto que fabricantes de coches y suministradores de energía deben tener muy estudiado, pero que a veces se van solucionando sobre la marcha, con ensayos y errores que los propios usuarios van reportando. Y la oferta de coches eléctricos está creciendo enormemente.

Y como de la picaresca tampoco se libra la movilidad eléctrica, no faltan los espabilados. Hay muchos puntos de recarga en locales y centros comerciales que se ofrecen para clientes con coches eléctricos. Puede que uno cuente con recargar durante las dos horas que va a estar de compras para poder proseguir después con sus planes por la ciudad, pero que se encuentre con que alguien con nulo respeto por lo ajeno haya decidido aparcar su coche con motor de combustión en una plaza para recarga de eléctrico. O que alguien con coche eléctrico no esté cargando, pero lo haya usado como aparcamiento. Incluso, en el colmo de la falta de empatía, que alguien con un coche cuyo cargador no es compatible, haya decidido conectarlo igualmente para que parezca que está haciendo uso del cargador y así beneficiarse del hueco, que suele estar cerca de la puerta. Cualquiera de estos hechos tuercen los planes de recarga de quien llega con una previsión hecha.