Motor

Cómo adoptar una buena postura al volante

Adoptar una posición correcta al sentarse a los mandos del coche no solo es crucial para aumentar la seguridad, también evita el cansancio prematuro en viajes largos.

Mario Garcés mgarces83 /
06 oct 2019 / 12:37 h - Actualizado: 06 oct 2019 / 19:46 h.
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  • Una postura correcta ayuda a combatir la fatiga y a que todos los sistemas de seguridad hagan bien su función. Imagen: SEAT
    Una postura correcta ayuda a combatir la fatiga y a que todos los sistemas de seguridad hagan bien su función. Imagen: SEAT

Una proporción importante de conductores presta poca atención a la postura que adopta al sentarse al volante. La primera vez que subieron a su coche, ajustaron los asientos y los espejos y no volvieron a preocuparse por el asunto. Los defectos que entonces cometiesen son los mismos con los que han circulado desde entonces. En caso de accidente, una mala postura de manejo incide directamente en la gravedad de las lesiones, bien porque los sistemas de retención no hacen su trabajo correctamente, bien porque los movimientos del cuerpo agravan el efecto de un impacto. Durante la conducción, tener mal ajustados los retrovisores, el volante o el asiento, influye en el cansancio y en la visibilidad alrededor del vehículo.

Para colocarse en una postura correcta, lo mejor es comenzar por ajustar la distancia y la altura de la banqueta. Con la pierna izquierda pisando el pedal del embrague hasta el fondo (en coches con cambio manual), esta debe quedar semiflexionada. Nunca completamente estirada (en coches con cambio automático, se puede tomar como referencia el reposapiés o el final del acelerador). En caso de impacto frontal, la reacción natural del conductor es la de estirar las piernas para sujetarse y pisar los pedales o el suelo. Es una respuesta instintiva para protegerse de un golpe inminente. Si en ese instante las piernas están completamente rectas y estiradas, se forma un punto de bloqueo en las rodillas, tenso y rígido, que no amortigua bien la energía y puede provocar fracturas en las piernas y las caderas.

Las personas de pequeña estatura tienden a compensar su falta de visibilidad elevando mucho el asiento. Por seguridad, es conveniente evitar en la medida de lo posible situar la banqueta muy arriba, para no quedar cerca del techo en caso de vuelco. En algunos coches es posible regular la inclinación de la banqueta y también la longitud de esta. En cualquier caso, es conveniente procurar apoyar sobre el asiento la mayor superficie posible de los muslos hasta la altura de las rodillas, con todo el peso bien distribuido. Si sólo los glúteos están apoyados en el asiento, todo el peso del cuerpo recae en una superficie pequeña y el cansancio y la fatiga durante los viajes largos es mucho mayor. El reposacabezas debe quedar ligeramente por encima de la parte media de la cabeza (ni por el cuello, ni por la coronilla), a un par de dedos de distancia. No es conveniente que la cabeza vaya apoyada durante la conducción, porque favorece la somnolencia.

Una vez elegida la altura correcta, hay que situar el cinturón. Hay coches en los que es regulable y coches en los que no, pero siempre que lo sea, hay que ajustar su altura de forma que la cinta pase por encima de la clavícula, entre el hombro y el cuello. Ni tan bajo que toque el brazo, ni tan alto que roce el cuello. Cuando no es regulable en altura, hay que mover el asiento hasta que quede correctamente ajustado.

El siguiente elemento a colocar es el volante. Suponiendo que este tenga regulación en altura y profundidad (no todos los coches lo tienen), hay que colocárselo tomando dos referencias principales: con los brazos extendidos y la espalda bien apoyada en el asiento, la parte interna de las muñecas debe tocar la parte superior del aro del volante; con las manos situadas en la posición de conducción (si el volante fuera un reloj, entre las tres menos cuarto y las dos menos diez), los brazos deben formar aproximadamente 90 grados a la altura de los codos. Ni muy extendidos, ni demasiado flexionados. Ir lejos del volante hace que ocurra lo mismo que con las piernas estiradas, que en caso de choque los brazos se bloqueen con fuerza y aumente la probabilidad de sufrir fracturas. Si por el contrario se va demasiado cerca, el airbag no tiene espacio suficiente para desplegarse antes de amortiguar el cuerpo.

Finalmente hay que ajustar los espejos retrovisores. El espejo interior debe abarcar la mayor superficie posible de visión a través de la luneta trasera. Los retrovisores que no tienen una función de oscurecimiento automático disponen de una pestaña en la parte inferior para evitar el deslumbramiento. Esta pestaña debe estar en la posición que haga al espejo apuntar hacia abajo, de forma que al moverla, el espejo rote hacia arriba.

Con mucha frecuencia los espejos laterales están mal orientados. O, mejor dicho, mal aprovechados. A muchos conductores les gusta colocárselos de tal forma que ven una gran cantidad de chapa de su propio coche. Sin embargo, lo ideal es que los espejos apenas reflejen nuestro propio vehículo, para abarcar el máximo campo de visión hacia los lados y, en especial, hacia los ángulos muertos. Una buena referencia es colocarlos de forma que sólo se vean los tiradores de las puertas. A la hora de aparcar, esta referencia basta una vez que se el conductor se acostumbra.