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Parabrisas con información proyectada mediante realidad aumentada, con una indicación de que se ha llegado al lugar. Foto: Carglass
Aunque llevan décadas en el mercado, estos dispositivos aún no son todo lo comunes que cabría esperar, dada su gran utilidad y el aporte en seguridad que proporcionan. Los sistemas de información proyectada en el parabrisas son, a menudo, un elemento opcional que sirve para ver los datos más importantes de la conducción en una proyección directa en el campo de visión del conductor. Así, este, no tiene que bajar la mirada hacia el cuadro de instrumentos y puede mantener más tiempo la vista puesta en la carretera. Los más básicos suelen ofrecer la velocidad, los testigos de luz larga e intermitencia y, si acaso, las revoluciones del motor. En los más avanzados (que ya lo son la mayoría), aparecen las indicaciones del navegador, alertas por falta de atención y de lectura de señales, aviso de puertas abiertas, etcétera.
El último avance en este tipo de sistemas es la aplicación de la denominada «realidad aumentada». Es un pequeño paso en el lento pero, aparentemente inexorable, camino hacia la conducción autónoma. Para entonces, es posible que el parabrisas sea únicamente un dispositivo de entretenimiento donde proyectar cosas que mantengan distraídos a los pasajeros mientras el coche conduce solo.
Con esta nueva implementación que, por ahora, está en pocos modelos, como el nuevo Volkswagen ID.3 o el Mercedes-Benz Clase S de 2021 (que llegará a finales de verano), la información gráfica crea un efecto de tres dimensiones que parece, literalmente, superponerse a la infraestructura vial. De esta manera, por ejemplo, una indicación de giro a la derecha del navegador, aparece sobre la superficie del parabrisas superpuesta directamente sobre la calle o el desvío que el conductor debe elegir, y se acerca progresivamente conforme este avanza en esa dirección.
En el caso del Clase S la innovación es mayor, como corresponde a un coche más caro, y el parabrisas crea una imagen equivalente a tener delante una pantalla de televisión de 77 pulgadas situada a 10 metros de distancia del morro del coche. Así, aparte de las funciones comentadas en el ID.3, será útil para ver información relativa a los asistentes a la conducción, mostrando la distancia de seguridad que se mantiene con el coche que va delante mediante una línea que cambia de color (de verde, cuando la distancia es la adecuada, a amarilla o roja cuando comienza a ser peligrosa). Lo mismo hace con las líneas que delimitan la carretera, para evitar que el conductor ante un despiste las pise o se salga.