Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 03 ago 2021 / 09:23 h.
  • Cuento de verano: «El universo va bien»

«¡Gane una semana especial en el Planeta Playa! Participe en el Concurso: Cotilleos intergalácticos! Todos los seres de todas las galaxias están convocados a este sensacional concurso. Los diez mil finalistas tendrán todos los gastos pagados y un sustituto en su trabajo para pasar una semana en el Planeta Playa, el lugar más paradisíaco de todo el Universo. Para esto sólo tendrá que... ¡Contar un cotilleo de primera!, verificable por nuestro Jurado de Mentes Lectoras. ¡Cotilleos intergalácticos: el no va más!».

Marchiu Ruti, un jovenzuelo del exoplaneta GJ 667Cc, vio este anuncio en la proyección holográfica de su ciudad y pensó que hablaba de él, sólo tenía que enterarse de un cotilleo interesante y que fuera elegido entre los diez mil mejores y podría invitar a Purfa Twuin a unas vacaciones de ensueño en su planeta deseado. Purfa Twuin siempre hablaba de Planeta Playa: «Allí sólo hay playas y cibercamareros que te acercan un copazo y te dan un masaje y te abanican mientras oyes el suave rumor de las olas interminablemente y siempre a una temperatura perfecta de 24 grados. Y todo gratis. Un planeta hecho para disfrutar. Sin medusas en el mar, ni algas desagradables, ni moscas en la playa ni vendedores de relojes: arena y agua siempre limpia». En el último de estos concursos participaron sólo 7.500 millones de seres intergalácticos. Marchiu sabía que sus probabilidades eran de 0,0013 por ciento, pero él era muy ingenioso y le había llegado una información de primera: la comunicadora de la cadena Estela Sonar llevaba doce años sin ducharse con agua porque se había tatuado todo el cuerpo con un producto repelente de la suciedad traído desde el planeta CoRoT-7b que se usaba para el barnizado de las cápsulas espaciales, y eso era difícilmente superable.

Presentó su solicitud de participación diciendo para sus adentros el código de participación «Coti Inter» seguido de su nombre y apellido y colocando el código de su muñeca en uno de los conectores universales y le llegó al momento al chip de su cerebro la confirmación de ser el participantes 56.771. Pensó participar con ese cotilleo pero mientras, por si acaso, buscó otros y encontró en una red de una mafia del exoplaneta más caliente conocido, el WASP-12b, que la Emperatriz Wasapa pagaba la carísima refrigeración de su palacio con dinero público y de becas interplanetarias para cursos de formación que había recibido pero que no habían cursado. Estuvo emocionado con esta información hasta que le llegó una muy extraña del planeta Tierra: en la Hermandad del Santo Silencio, con más de tres millones de hermanos por toda la galaxia uno de los hermanos mayores, que, además, salía descalzo, era ateo. El Jurado de Mentes Lectoras leyó la suya y lo confirmó: Evaristo Palma y Cifuentes, natural de Oklahoma había dicho: «Lo hago por el rito, por la tradición y por la familia».

Marchiu Ruti y Purfa Twuin ganaron el concurso y el Hermano Mayor fue perdonado por sus hermanos y ahora cree fervorosamente. En la playa oyeron la noticia, mientras que con sus caparazones se rozaban por la arena, y supieron que el Universo iba bien.