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Actualizado: 27 jul 2020 / 09:56 h.
  • ‘La verdad de la pandemia’. / Detalle de la cubierta
    ‘La verdad de la pandemia’. / Detalle de la cubierta

¿Recuerdan la película Juegos de guerra? ¿Aquella en la que un jovencísimo Matthew Broderick se veía envuelto en una contienda termonuclear en plena Guerra Fría? Fue rodada en 1983 por John Badham, director y productor inglés que, en ese momento, se hallaba en la cresta de la ola por Fiebre del Sábado Noche, y su protagonista era un superordenador llamado WOPR (War Operative Plan Response / Respuesta al Plan Operativo de Guerra), creado para detectar posibles ataques soviéticos a través del Ártico. Es posible que los fans de la película recuerden que aquella computadora contaba con una lista de juegos clásicos entre los que se incluían el backgammon, las damas o el póquer; aunque, lo que más llamó la atención del hacker Broderick, fueron las simulaciones reales, entre las que se encontraban la mencionada guerra de misiles y otra llamada «Escenario global biotóxico y guerra química». Curioso, ¿verdad?

Pasaron los años, la Guerra Fría dio paso a otros enfrentamientos, y el NORAD (North American Aerospace Defense Command / Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial), organismo creador de «Joshua», nombre popular del ordenador de la película, se transformó en un centro de monitorización de todos los vuelos realizados en Estados Unidos a partir del 11-S. Sin embargo, lo que parecía una historia sacada de la ciencia ficción, se convirtió en realidad a partir de 2010, cuando otra institución real, la Global Business Network (GBN), quiso emular en cierto modo el film del 1983, realizando un trabajo de simulación. Este se titulaba «Escenarios para el futuro de la tecnología y el desarrollo internacional», y en él se detallaban diferentes situaciones de la estrategia de control diseñadas por las élites. Cada uno de estos escenarios (¿hipotéticos?) planteaban cómo el planeta podría progresar en los próximos quince a veinte años, y sus posibilidades de «juego» abarcaban desde un control gubernamental estricto, aplicado de arriba abajo y con un liderazgo más autoritario, a un mundo económicamente deprimido donde las personas y las comunidades desarrollan soluciones locales improvisadas para hacer frente a una serie de problemas cada vez más graves. En el caso del primero, llamado Lock Step (Bloqueo), la acción se sitúa en 2012, cuando un virus extremadamente violento alcanza al 20% de la población mundial, causando la muerte de 8 millones de personas en apenas siete meses. Ni que decir tiene que dicha pandemia tiene un efecto letal en las economías. Se prohíbe la movilidad de las personas, quedan interrumpidas las cadenas de suministro internacional, las oficinas, centros comerciales, colegios y universidades se quedan vacíos, y el turismo se derrumba. ¿Cuáles son las naciones más perjudicadas? Obviamente aquellas que no cuentan con protocolos oficiales de actuación. ¿Quienes reaccionan mejor? A la cabeza se sitúan los chinos, quienes, desde un primer momento, imponen una cuarentena obligatoria para todos los ciudadanos, así como el cierre total de sus fronteras. De ese modo logran salvar millones de vidas y la propagación del virus se detiene antes que en otros países. Por supuesto, en Lock Step, las mascarillas son obligatorias, la temperatura corporal es comprobada en las estaciones de tren y los supermercados, y los ciudadanos son controlados de manera autoritaria aun cuando los efectos de la pandemia comienzan a disminuir.

Una escritora best seller

Dicho esto, el lector se preguntará, ¿cómo es posible que existan tantos paralelismos entre estos juegos de guerra y la situación real que estamos viviendo a lo largo de 2020? Para hallar la respuesta, Cristina Martín Jiménez, escritora, conferenciante y doctora en Comunicación-Periodismo, les propone sumergirse en La verdad de la pandemia (Quién ha sido y por qué), obra que acaba de ser publicada por la editorial Martínez Roca (Grupo Planeta) y de cuyas páginas hemos extraído la información sobre la GBN expuesta más arriba. Un libro lleno de sorpresas que, con apenas diez días de vida, se ha colocado en el TOP de los libros más vendidos —a estas alturas se prepara la quinta edición— y que aspira a convertirse en uno de los ensayos del año. Para quien no conozca a su autora, hemos de decir que nació en el municipio sevillano de El Viso del Alcor, se doctoró en la Universidad de Sevilla con la primera tesis de estructura crítica sobre el Club Bilderberg, y está considerada una de las mayores expertas a nivel mundial sobre dicha institución. De hecho, sobre este asunto lleva publicados varios best sellers desde 2005, siendo invitada a ferias y congresos internacionales, y colaborando con medios españoles y de otros países, como Russia Today. Tras sorprendernos en 2018 con Hijos del Cielo, una de sus obras más inspiradas y originales, su retorno a las librerías ha sido por la puerta grande, ya que La verdad de la pandemia no solo se ha convertido en un fulgurante éxito de ventas, sino que aspira a convertirse en un fenómeno en las redes sociales.

En busca de respuestas

¿Y qué podemos encontrar en su interior? Pues, para empezar, una invitación a recorrer la cronología del caos, desde que se declaró el estado de alarma en marzo de 2020, hasta la fecha del cierre de la obra —junio de este mismo año—. Periplo donde la periodista nos ofrece su visión más crítica, y que le lleva a conectar con una serie de capítulos divididos en cinco partes, donde el tablero representa dos grandes bloques y las fichas tienen nombres y apellidos conocidos por todos. Una suerte de ‘Risk’, donde los «buenos» se revelan como lobos con piel de cordero, y los «malos» no son tan fieros como los pintan, y donde el lector asiste estupefacto a su terrible enfrentamiento.

¿Por qué el virus afecta a unos países más que a otros? ¿Qué consecuencias nos está trayendo la «infoxicación» o hibernación de la acción y el pensamiento del lector? ¿Quiénes controlan las grandes empresas farmacéuticas? ¿Qué papel juegan los medios de comunicación? ¿Qué nos depara el futuro?

Estas son algunas de las preguntas a las que Cristina Martín Jiménez trata de dar respuesta en La verdad de la pandemia, un ensayo documentado pero a la vez divulgativo, que busca la complicidad del lector y a la vez le impulsa a despertar de su letargo. Una obra de tema complejo y trazo sencillo, que sorprende en cada página y cada dato, que nos remueve por dentro y nos hace replantearnos muchas cosas, y cuyo final, pese a la oscuridad que nos sobrevuela, es una llamada a la esperanza.