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Actualizado: 07 dic 2022 / 12:37 h.
  • Negras y brillantes: así son las novelas ganadoras de los Premios Ateneo de Sevilla 2022

El año que José Manuel Lara Hernández patrocinó la primera edición del Premio de Novela Ateneo de Sevilla, el Palacio Arzobispal y las Reales Atarazanas fueron declaradas Bien de Interés Cultural, el Teatro San Fernando acogió el último Pregón de la Semana Santa de Sevilla, y la ciudad dijo adiós a la Niña de los Peines. Eran los tiempos del crecimiento económico, de los hippies, la mini-jupe y The Beatles, y aquella convocatoria supuso un soplo de aire fresco para las letras españolas. En aquella ocasión, el galardón se entregó en el Hotel Alfonso XIII, ascendiendo la cuantía a 100.000 pesetas de la época, y recayó en el escritor cántabro Manuel Pombo Angulo por ‘La sombra de las banderas’.

Cincuenta y cuatro años después, el premio goza de una excelente salud, especialmente tras la incorporación del Ateneo Joven en 1996, precisamente el año en que la editorial Algaida comenzó a publicar las obras ganadoras. Desde entonces, hemos visto alzar el trofeo a autores del prestigio de Jordi Sierra i Fabra, José Manuel Caballero Bonald, Juan Marsé o Felipe Benítez Reyes, a los que se sumaron otros que, a raíz de recibir el premio, comenzaron a forjar una sólida trayectoria: Care Santos, Nerea Riesco, Vanessa Montfort, Félix J. Palma, María Zaragoza...

Este 2022, los galardonados fueron el periodista y escritor sevillano Félix Machuca, por ‘Cuaresma de sangre’, y la maestra y escritora vizcaína Patricia Jiménez, por ‘No mires al pasado’, quienes se alzaron con el trofeo de la diosa Palas Atenea en el transcurso de una gala celebrada en el Real Alcázar de Sevilla el pasado 25 de junio. Ambas novelas, pertenecientes al género negro, debieron superar a decenas de manuscritos para obtener el triunfo —en esta edición se presentaron 249 obras al premio de Novela y 38 al Ateneo Joven—, viendo la luz este otoño en una edición de lujo.

Cuaresma de sangre

De la primera galardonada, obra de Félix Machuca, podemos decir que es un fascinante viaje a la Sevilla de la primera mitad del siglo XVII, cuando la ciudad comenzaba su decadencia tras vivir un siglo dorado merced al Puerto de Indias. En dicho periplo, el lector acompañará a Domingo Congo, un paje negro del duque de Medina Sidonia, que ostenta el cargo de alguacil de la comunidad negra hispalense. Dicho personaje asiste a una conjura portuguesa contra el monarca español Felipe IV en una de las fechas más señaladas de la ciudad, la Semana Santa, hecho que introduce el periodista de ABC como vehículo para adentrarnos en una urbe llena de contrastes donde convivían en aparente armonía aristócratas, pícaros, soldados, comerciantes y menesterosos. Documentada hasta el extremo y escrita con enorme oficio, ‘Cuaresma de sangre’ es, sobre todo, un retrato de la comunidad negra que habitaba Sevilla en puerta de la epidemia de peste; un auténtico microcosmos desconocido por la mayoría de españoles que el autor de ‘El sueño del búho’ ha querido rescatar en forma de novela. Dejando a un lado su interesante trama, la cual, como afirma el autor, es «doblemente negra», lo más llamativo es su estilo, barroco pero sin artificios —su prosa es excelsa pero los diálogos son directos—, y la recreación de unos usos y costumbres que nos sorprenden incluso a los aficionados a la novela histórica: desde la introducción de léxico yoruba —el idioma de los africanos de Cuba— a las prácticas prohibidas de unos esclavos que se agruparon en torno a la Hermandad de los Ángeles.

No mires al pasado

Si sorprendente es la novela de Félix Machuca, la de Patricia Jiménez va más allá, especialmente por la juventud de la autora y su escasa experiencia en el terreno de la novela —esta es primera que publica con un gran sello—. De hecho podemos decir, sin temor a equivocarnos, que ‘No mires al pasado’ es uno de los mejores ejercicios negros del año, lo que coloca a la escritora vizcaína como una de las firmes candidatas a competir con autores de la talla de Javier Castillo, Mikel Santiago o Dolores Redondo. Y es que, a la originalidad de su planteamiento y la solidez de su argumento, hemos de sumar unos personajes que se adhieren a la piel del lector desde las primeras páginas (ya no se despegan hasta su sorprendente final), y un estilo tan directo que invita a devorar el libro en un fin de semana. Influenciada por grandes de la novela policiaca —desde Agatha Christie a Camilla Läckberg— pero también a superventas del panorama patrio, como Megan Maxwell, ‘No mires al pasado’ nos presenta a Mikel, un joven atormentado por su pasado cuya familia esconde secretos y cuya madre, Irune, viene luchando contra sus fantasmas desde hace demasiado tiempo. Y de telón de fondo Bilbao, ciudad a la que Patricia Jiménez retrata sin caer en el tópico, permitiéndonos pasear por lugares plenos de sabor vizcaíno como la plaza de Unamuno, el parque de Doña Casilda o Deusto, los cuales sirven de escenario a unos capítulos cortos y plenos de ritmo que se desarrollan entre la actualidad y la década de 1990.