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Actualizado: 11 ene 2021 / 08:49 h.
  • ‘Si yo fuera rico’ es una película amable en exceso, llena de tópicos y de tics.
    ‘Si yo fuera rico’ es una película amable en exceso, llena de tópicos y de tics.

«Si yo fuera rico» (2019) es una película tan mediocre como irregular. Llena de tópicos, de chistes gruesos, de tics machistas y vacía de diálogos de los que dan profundidad al personaje (mínima porque tampoco hay que pedir peras al olmo), de motivaciones que nos hagan comprender que está pasando más allá de lo predecible y del encefalograma plano de un personaje cualquiera.

«Si yo fuera rico» está rodada en Asturias y eso es lo único atractivo de la película. La fotografía de Aitor Mantxola nos presenta los emplazamientos con delicadeza. El resto ni fu ni fa. Porque ya nos sabemos lo que va a pasar desde el minuto dos o tres (o uno), porque nada nos sorprende desde el punto de vista técnico, porque las interpretaciones son planas y se hacen casi de memoria. Alex García es el único que se esfuerza para no parecer un marmolillo aunque sin éxito. Parece un marmolillo. Alexandra Jiménez es una actriz que está en todas las comedias españolas de este último periodo y siempre hace un papel similar. Resultado: parece un marmolillo. Paula Echevarría echa el resto y descubrimos la actriz que lleva dentro, es decir, parece un marmolillo. La dirección actoral es justita. Y es que Álvaro Fernández Armero (el realizador) se deja llevar por un éxito seguro dada la promoción del canal de televisión que está detrás de la producción y parece trabajar con desgana, pensando en esa película que alguna vez terminará haciendo si le dan la oportunidad.

«Si yo fuera rico»: Ni fu ni fa
Alex garcía en una escena de ‘Si yo fuera rico’.

La cosa habla de un tipo al que no le van las cosas bien y que tiene la suerte de ganar un premio millonario de la lotería. Vive un proceso de separación que le descoloca mucho más y ve cómo su mujer cae en manos del que era compañero de clase. Esto se mete en una coctelera junto a dos amigos graciosillos, un empleado de banca medio tonto, una policía que deja de multar al ganador de la lotería y cosas similares, y tienes como resultado una película bastante floja.

Ahora bien, si alguien quiere perder el sentido de la realidad y quedar apalancado delante de la pantalla sin preguntarse gran cosa y dejando que la sonrisa le permita pensar que aún queda esperanza en este mundo tan, digamos, por ejemplo, asqueroso; es una película maravillosa. Y no hay nada que se oponga a ello. Todos necesitamos un rato de tranquilidad al margen de una realidad hostil.

La película debería acabar con la escena del coche con los cuatro amigos dentro mirando al mar. Si la ven ya verán como tengo razón.

«Si yo fuera rico»: Ni fu ni fa
Cartel de la película. / El Correo