Los frutos secos están considerados como uno de los alimentos más completos y saludables que se pueden consumir dentro de nuestra dieta diaria, ya que son una excelente fuente de nutrientes esenciales y contienen antioxidantes, proteínas, minerales, fibra insoluble, grasas de la familia de omega 3 y omega 6, vitaminas B (ácido fólico) y E, potasio, calcio y magnesio. Concretamente, la Fundación Española del Corazón aconseja ingerir 50 gramos diarios de frutos secos.

A lo largo de los últimos años, los beneficios del consumo de frutos secos ha sido el objetivo principal de muchos estudios tanto nacionales como internacionales. Su consumo se ha asociado a la prevención de enfermedades como la hipertensión arterial, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, dislipemias, demencias como el Alzheimer o determinadas enfermedades neurológicas.

Ahora, un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de Australia Meridional (UniSA) publicado en The journal of nutrition, health & aging, confirma que el consumo de frutos secos podría ser clave para mejorar la salud cognitiva en personas mayores. El estudio, realizado sobre 4.822 adultos chinos de más de 55 años, desveló a los investigadores que comer más de 10 gramos de frutos secos al día se asociaba con un resultado positivo en el funcionamiento mental, incluyendo la mejora del pensamiento, el razonamiento y la memoria.

El doctor Ming Li, investigador principal del estudio de la UniSA, ha afirmado que se trata del primer estudio que informa sobre una asociación clave entre la cognición y la ingesta de frutos secos en adultos chinos mayores, proporcionando información crucial sobre el aumento de los problemas de salud mental, incluyendo la demencia que enfrenta una población en pleno envejecimiento. “El envejecimiento de la población es uno de los desafíos más sustanciales del siglo XXI. No solo las personas viven más tiempo, sino que a medida que envejecen, requieren un apoyo de salud adicional que está ejerciendo una presión sin precedentes sobre los servicios de salud y atención a las personas de edad. En China, este en un problema masivo, ya que la población está envejeciendo mucho más rápidamente que en casi cualquier otro país del mundo”, explica el doctor Li.

La investigación analizó nueve oleadas de datos de la Encuesta de nutrición de salud de China, recopilados a lo largo de un período de 22 años, encontrando que el 17% de los participantes eran consumidores regulares de frutos secos, en su mayoría cacahuetes. “Los cacahuetes tienen efectos antiinflamatorios y antioxidantes específicos que pueden aliviar y reducir el deterioro cognitivo”, añade el doctor.

Como resultado, el estudio revela que comer más de 10 gramos de frutos secos al día, puede ayudar a que las personas mayores mejoren su función cognitiva hasta en un 60%, en comparación con las personas que no los comen, por lo que evitaría lo que se conoce como “la dosis natural” de dos años de decadencia cognitiva. “Se sabe que los frutos secos son altos en grasas saludables, proteínas y fibra con propiedades nutricionales que pueden reducir el colesterol y mejorar la salud cognitiva. Si bien no existe una cura para el deterioro cognitivo relacionado con la edad y la enfermedad neurogenerativa, las modificaciones en lo que las personas comen están mejorando la salud de los mayores” aclara el investigador Ming Li.

Por otro lado, a principios de año salía a la luz una nueva investigación de la Universidad Marshall (EE.UU.) publicada en la revista Nutrition Research que relacionaba el consumo de nueces con la reducción del crecimiento y supervivencia de los tumores de mama. El estudio, dirigido por la doctora W. Elaine Hardman, profesora del departamento de Ciencias Biomédicas, revelaba que tomar dos onzas de nueves al día (57 gramos) durante dos semanas provocó un cambio significativo en la expresión génica de cánceres de mama confirmados.

Estudios anteriores ya habían confirmado la relación entre el consumo de nueces con la reducción del crecimiento de tumores de mama y/o el riesgo de desarrollarlos en ratones. Por lo que, en esta ocasión, el equipo de la doctora Hardman, quiso extrapolar dicha relación directamente en mujeres, bajo la hipótesis de que la ingesta de frutos secos cambia la expresión génica en cánceres de mama confirmados, reduciendo su crecimiento y supervivencia.

Para la investigación se contó con la participación de mujeres con bultos en los senos lo suficientemente grandes para el estudio. Se les asignó al azar el grupo de control o el que consumía nueces. Después de realizarles la biopsia, las mujeres del grupo de nueces comenzaron a consumir dos onzas al día hasta la cirugía. Los estudios patológicos confirmaron que los bultos eran cáncer de mama en todas las mujeres que permanecieron en el ensayo. Dos semanas después de la biopsia, durante la intervención quirúrgica, se tomaron muestras de los cánceres de mama para la comparación de la expresión génica entre la obtenida en la biopsia y la de la cirugía. Los resultados revelaron que la expresión de 456 genes identificados en el tumor habían cambiado significativamente debido al consumo de nueces.

Aunque es necesario un estudio a mayor escala para poder confirmar clínicamente que el consumo de nueces realmente reduce el riesgo de cáncer de mama o cáncer de mama recurrente, “estos resultados apoyan hipótesis de que, en humanos, la ingesta de nueces podría contener el crecimiento y supervivencia de los cánceres de mama”, admitía la doctora W. Elaine Hardman.