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Actualizado: 04 sep 2022 / 04:00 h.
  • Ejiao, el “cuento chino” que lleva a los burros a la extinción

Anualmente se venden de forma legal 1,8 millones de ejemplares de burros, pero la demanda de estos animales es mucho mayor: en 2019 el mercado demandaba 4,8 millones de burros. ¿Quién necesita tal cantidad de estos animales que tradicionalmente se habían usado para el transporte en zonas rurales? China. Pero el gran país asiático no los demanda para tirar de carromatos sino que lo que únicamente les interesa es su piel.

El ejiao es el producto que podría estar poniendo en peligro a la especie. La piel del burro una vez hervida permite obtener una gelatina que la medicina china tradicional asegura que sirve para mejorar la producción de sangre. Según el Registro de Hierbas de la Medicina China, este compuesto combate la anemia, los dolores menstruales y hasta la tos. Entre las propiedades que le atribuye la medicina china al ejiao está incluso el poder de combatir el envejecimiento y, si se mezcla con un compuesto de hierbas concreto, mejora el rendimiento sexual, según se puede encontrar en información publicitaria del ejiao en internet. Por supuesto, no hay estudios científicos serios que acrediten estos efectos del ejiao.

Lo cierto es que el gigante asiático consume masivamente el ejiao, de manera que han tenido que recurrir a la compra de piel de burro fuera de sus fronteras, ya que los niveles de fertilidad de esta especie cayó en picado en China y diezmó su población, que pasó de 11 millones de burros en 1995 a la mitad en 2015. El precio medio de un kilo de piel de burro es de más de 350 euros en algunas plataformas de compra venta en internet, lo que ha hecho que muchos de estos animales hayan ido a parar al matadero.

En Andalucía, varias asocciaciones en defensa del burro y del asno, como la Asociación de Defensa del Borrico (ADElO) que lidera Pascual Rovira en Rute (Córdoba), ya han dado la voz de alarma y han lanzado campañas para evitar la matanza de burros para alimentar esta superstición. La comparan con las que han llevado al borde de la extinción a otras especies como rinocerontes para obtener remedios “mágicos” producidos con su cuerno o el consumo de las aletas de tiburones. Pascual Rovira, ha llevado a la Casa Real de España el caso para plantear en una audiencia privada a su “arriera de honor”, la reina émérita Doña Sofía, su mediación en el asunto. Según datos de ADEBO, más de un centenar de burros de la raza andaluza, que estaban inscritos en el árbol genealógico y en programas de conservación, han ido a parar en las últimas fechas a mataderos, lo que podría guardar relación con el auge de las compras de burros por la industria china.

“El burro es medicinal y muy recomendable para múltiples afecciones humanas como el desánimo, la depresión y otros trastornos nerviosos, y es fundamental que el animal esté vivo y a nuestro lado”, tal y como señala Pascual Rovira, pero nada de eso tiene que ver con el “cuento chino” del ejiao. El presidente de ADEBO también ha alertado del problema de bioseguridad que acarrea el tráfico ilegal de las pieles de burro para producir este supuestamente “mágico” producto, ya que no están controladas sanitariamente.

Mientras la medicina china alimenta su cuento, la población mundial de asnos va decreciendo de manera alarmante. Tanto, que de seguir esta tendencia, el burro podría quedar extinto en una década y el ejiao habría acabado en menos de 10 años con 44 millones de burros, una “masacre” mundial realizada para alimentar una superstición pseudocientífica.