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Actualizado: 16 feb 2020 / 03:39 h.
  • «Quemándonos el barco sólo paralizan por momentos la investigación científica»
    Imagen de Carlos Fernández Delgado, en uno de sus trabajos sobre el río.

Carlos Fernández Delgado es el científico más odiado por la mafia de la angula, un mercado ilegal que tiene su epicentro en el estuario del Guadalquivir. Un kilo de angulas ilegales puede llegar a comprarse en el mercado ilegal por 6.000 euros. Tras el último operativo de la Guardia Civil para desmantelar el tráfico ilegal de angulas en el Guadalquivir, la mafia de la angula quemó el barco usado por su equipo científico para muestear esta especie catalogada en peligro crítico de extinción.

-¿Cómo, cuando y por qué se inicia el estudio científico de la angula en el estuario del Guadalquivir?

-El estudio se inició en junio de 1997, a raíz de unas denuncias sobre las mortandades de alevines que provocaban las redes anguleras en la zona. En aquella época había alrededor de 250 embarcaciones y unas 600 nasas gigantes. Desde entonces se han desarrollado muestreos mensuales hasta la actualidad, por lo que viene a ser una de las series temporales de datos de un estuario de las más importantes y completas de Europa.

-Eso implica un gran equipo científico.

-Sí. Se formó un equipo multidisciplinar que continua hasta la actualidad constituido por el Instituto Español de Oceanografía, El Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, El Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA).

-¿Y en qué situación se encuentra la especie?

-En la actualidad llegan a las costas europeas entre el 5 y el 7% de las angulas que llegaban en los años 70 del siglo pasado. Por ello se dice que es una especie que está al borde del colapso biológico. Por ello está calificada como especie en Peligro Crítico de Extinción por la Union Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y está incluida en el convenio CITES sobre el tráfico de especies amenazadas.

-Recientemente un gran operativo de la Guardia Civil ha desmantelado varios riacheros ilegales que traficaban con la especie. Se habla de una 'mafia de la anguila'. ¿Tan grave es este asunto?

-Al ser una actividad ilegal, se desconoce el número de personas dedicadas a esta pesca, muy difícil de controlar pues los furtivos poseen viveros en sus casas. Estas angulas son recogidas periódicamente por alguien que las traslada a zonas donde son exportadas ilegalmente al mercado asiático. Otra cantidad se queda y suministra a los restaurantes de la costa gaditana. Teniendo en cuenta que una vez en destino el kilo de angulas puede llegar a alcanzar los 6.000 euros, el mercado ilegal es un negocio extraordinario

-¿De cuántos barcos hablamos , cuantos se han desmantelado y qué efecto tiene cada barco en la especie (y en otras que también arrasan al tratar de capturar angulas?

-En estos momentos hay 54 embarcaciones ilegales censadas por la Guardia Civil, pero pocas en la actualidad se dedican a la pesca directa de la angula, aunque hay muchas otras artes que se distribuyen por los canales mareales de la marisma que hacen las veces de captadores de la especie. Nosotros hemos hecho cálculos que por cada kilo de angulas pueden capturarse entre 25 y 100 kg de otras especies acuáticas, dependiendo de las fechas de captura. Hay que tener en cuenta que al reducirse el número de entrada de angulas, el esfuerzo para capturar un kilo se incrementa por lo que el impacto es mucho mayor.

-Aunque desde asociaciones vinculadas a los riacheros ilegales se mantiene que no son una mafia, tras la gran redada de la angula de hace unos días hubo represalias: quemaron el barco que usa su equipo para los muestreos científicos de angulas en el Guadalquivir.

-La actuación de la Guardia Civil fue el 5 de febrero y el barco fue quemado esa misma noche. No hay que ser muy listo para ver una relación causa-efecto.

-No es la primera vez que queman el barco que ayuda a los estudios científicos, ¿verdad?

-Este es el segundo barco que destruyen. El primero fue en 2011 a raíz de otras actuaciones policiales y declaraciones a los medios. A nosotros nos paraliza momentáneamente la investigación pero solo momentáneamente, pero a quien arruínan es al dueño de la embarcación que nos la alquila, es él el realmente perjudicado.

-¿Ha llegado usted a tener miedo? Lo digo porque esta mafia lo ha señalado como el biólogo que está detrás de la prohibición de la pesca ilegal de angulas en el Guadalquivir.

-Pues quizás soy un inconsciente, pero miedo no he sentido. Conozco a mucha gente de la zona y son gente estupenda, el problema es de unos pocos y sobre todo de los dedicados a la angula. No logro comprender porqué la han tomado con nosotros que sólo somos científicos que estudian la zona, que no somos los gestores, que no legislamos que no tomamos las decisiones. Lo único que hemos hecho es poner la información que obtenemos al servicio de todo aquel que nos lo pide. Si hay quejas a quien deberían dirigirse es a las autoridades competentes pero no a los científicos.

-¿Tras la amenaza que supone que quemen el barco que usaban para muestreo y trabajos científicos, va a seguir usted y su equipo luchando por la defensa de esta especie?

-Como ya ocurrió la anterior vez, nuestra actividad investigadora no se va a paralizar, sólo se detiene momentáneamente hasta tanto en cuanto consigamos los instrumentos apropiados. Lo digo en nombre propio, pero creo que es un sentir unánime en todo el grupo de trabajo, nosotros no luchamos por la supervivencia de una u otra especie, luchamos por la supervivencia de un ecosistema y sus comunidades a través del conocimiento científico. Creemos que sólo el conocimiento científico puede ayudar a la recuperación de las partes dañadas y la conservación a largo plazo de un ecosistema único y extraordinariamente interesante y valioso desde un punto de vista social, cultural y económico.

-¿Qué previsión hay de que se recupere la especie?

-La recuperación de la anguila es muy complicada y representa uno de los grandes retos para la ciencia de la conservación. Es una especie cuya área reproductiva se encuentra en aguas internacionales y remotas, la zona del Mar de los Sargazos, y dentro de esta zona no se conoce nada de su biología reproductiva. Nunca se ha capturado una hembra grávida. Por lo tanto es harto complicado la cría en cautividad aunque todo es cuestión de tiempo y tecnología.

Por otro lado el cambio climático altera las corrientes marinas que utiliza la larva para llegar a las costas europeas y también su base alimenticia durante este tránsito (alrededor de 18 meses). La sobrepesca es otro de los grandes problemas que afectan a la especie y la pérdida de su hábitat de crecimiento fluvial por el bloqueo que ejercen las presas. La contaminación y las enfermedades y parásitos afectan gravemente la supervivencia de la especie. Se trataría de incrementar su hábitat de crecimiento en los ríos mediante las permeabilizaciones de las presas, el incremento de la calidad de las aguas, y una gestión efectiva con un gran capítulo de reintroducciones podrían paliar en parte a la especie.