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Actualizado: 31 mar 2023 / 13:40 h.
  • Miguel Villa, enólogo de la bodega.
    Miguel Villa, enólogo de la bodega.

Bodegas Yuste lanza al mercado un nuevo vino blanco seco monovarietal, elaborado a partir de uva Pedro Ximénez, con la particularidad que tiene su procedencia en los mejores suelos de albarizas de la localidad cordobesa de Moriles, pero ha sido envejecido bajo velo de flor en Sanlúcar de Barrameda, cuna de la crianza biológica. Hablamos por tanto de un vino que une dos importantes regiones vinícolas andaluzas hermanadas a lo largo de la historia. Su origen, vendimia y fermentación tienen lugar en Moriles Altos, una de las dos zonas de calidad superior de la provincia de Córdoba donde la variedad Pedro Ximénez alcanza su máxima expresión. El vino llega a Sanlúcar de Barrameda, con 15 grados de alcoholes naturales y un alto contenido en nutrientes beneficiosos para el desarrollo de las levaduras formadoras de velo de flor, donde es criado al natural en bocoyes envinados de Manzanilla.

Conde de Aldama Blanco Pedro Ximénez, un vino con carácter andaluz
Conde de Aldama Blanco Pedro Ximénez.

“En pocos días, desde que recibimos el vino procedente de Moriles en la bodega, observamos un asombroso desarrollo del velo de flor” indica Miguel Villa, enólogo de la bodega. “La crianza biológica durante ocho meses en Sanlúcar de Barrameda, localidad que goza de una ubicación perfecta para este tipo de crianza, junto a la desembocadura del Guadalquivir, el Parque Nacional de Doñana y la influencia del viento de Poniente, ha dotado al vino de unas peculiares características organolépticas que lo hacen muy especial”.

Bodegas Yuste empezará a comercializar este vino en botellas de 0,75 cl. de capacidad y en formato magnum bajo la gama Conde de Aldama con la mención Blanco Pedro Ximénez. En su artesanal lacrado y etiquetado, destacan los colores verde y blanco haciendo alusión a sus connotaciones andaluzas.

De color amarillo intenso con reflejos verdosos. En nariz, las notas afrutadas, herbáceas y florales de entrelazan con los recuerdos a bollería y almendra que aporta la crianza biológica. En boca tiene una gran personalidad, entrada seca con un paso sedoso, aterciopelado y mucho volumen. Mineral, tiza, acidez equilibrada y un elegante amargor característico de la uva Pedro Ximénez. Persistente, invita a beber.

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