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Actualizado: 05 may 2023 / 13:31 h.
  • Unos vinos a más de mil kilómetros de casa

Para los amantes de la gastronomía y los buenos vinos es de obligado cumplimiento acudir allá donde nos digan que se hacen cosas ricas, estén donde estén. El caso es que hace unos meses me llegó la convocatoria de los premios de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino que se celebrarían en Figueres donde, además, la Denominación de Origen Empordà y el Institut Català de la Vinya i el Vi nos iban a hacer una ruta, de dos días de duración, donde nos mostrarían el trabajo que están realizando para poner en valor sus vinos. Quizás por la distancia, esta DO no estaba entre mis favoritas y puede que esa distancia, unida al desconocimiento, hicieran que llegar hasta allí no estuviera entre unas de mis opciones de viajes más inminentes, pero no puedo negar que, viniendo avalada por la asociación de periodistas, me atraía. Así que, dicho y hecho.

Unos vinos a más de mil kilómetros de casa


D.O. Empordà: El carácter de un viento, el espíritu de su gente

El Empordà, ubicada en el extremo nororiental de Cataluña, presenta un paisaje de contrastes, con los límites naturales de los Pirineos al norte y el mar Mediterráneo, con la espectacular Costa Brava al este, lo que convierte al Empordà en un lugar único, un territorio extraordinario entre mar y montaña, marcado por la presencia del viento del norte, la tramontana. Además de ser una tierra de gran belleza paisajística, con varios espacios naturales protegidos y un litoral espectacular de playas y calas, el Empordà posee también un gran patrimonio histórico y cultural: menhires y monumentos megalíticos, arquitectura gótica, arte románico, pueblecitos encantadores, el arte surrealista del genio Salvador Dalí... Todo un conjunto de atractivos a los que hay que sumar su gente y la buena gastronomía, con la particular cocina ampurdanesa y la nueva restauración, representada por figuras como Ferran Adrià, complemento ideal para los vinos.

Empezaré por el final. Volveré. El viaje se quedó corto y las expectativas se vieron superadas por mucho. Tres días en total con una agenda repleta sirvió para descubrir un territorio nuevo, sus gentes que viven con pasión el trabajo que realizan, su rica gastronomía y hasta nos dio tiempo de entender por qué Dalí decidió afincarse allí hasta el final de sus días.

La recepción corrió a cargo de Mar Galván, delegada de AEPEV en Cataluña, cuyos esfuerzos por estar en todo momento fueron enormes ya que había sido operada un par de días antes de un pie, lo cual se suponía que limitaría sus movimientos, pero nada más lejos de la realidad. Una sillita de ruedas fue la solución. Junto a ella, José Luis Murcia, presidente de AEPEV y Xavier Albertí, presidente del Consell Regulador de la Denominació d'Origen, quien nos dio la bienvenida en el Auditori Convent dels Caputxins, un espacio reconvertido en auditorio que data del siglo XIV, con un vídeo donde contaba su historia. Fuera, una representación de las bodegas nos estaba esperando con sus vinos y sus argumentarios. Vinos que son difíciles de encontrar fuera de la zona porque su producción es limitada, lo cual otorga aún más valor si cabe a lo que allí probamos.

La gama de vinos ampurdaneses es muy amplia. Los vinos tintos son de elevada calidad, con cuerpo, bien constituidos y armónicos, en ocasiones matizados por una cuidadosa crianza. Estos vinos de reserva y crianza presentan notas aromáticas muy características; son complejos, de sutil fragancia, con toques de especias, manteniendo siempre los aromas de la fruta y la planta. Una vez en boca se expresan con plenitud, sabrosos y muy agradables. Se elaboran vinos blancos frescos y sabrosos, frecuentemente con variedades autóctonas, pero también otros monovarietales de notable calidad. También rosados, caracterizados por un color cereza bien definido, una gran personalidad y aroma delicado, frescos y de graduación alcohólica moderada. Una singularidad de la zona es la Garnatxa de l’Empordà, vino dulce natural elaborado con la variedad de uva que le da nombre. Generoso, con el sabor propio de la uva madura, cálido y sedoso, virtudes que lo convierten en un vino de postres excepcional, junto con el otro vino dulce propio de la zona, el Moscatell de l’Empordà. Los vinos ecológicos, las mistelas, los vinos de uva sobremadurada y los vinos espumosos completan la oferta vitivinícola del Empordà.

Tras conocer un poco más de Empordà, tocaba cenar y nos dirigimos al Hotel Durán, donde Salvador Dalí solía alojarse y comer con frecuencia a modo de espacio de desconexión.

Tras conocer un poco más de Empordà, tocaba cenar y nos dirigimos al Hotel Durán, donde Salvador Dalí solía alojarse y disfrutar de su gastronomía con frecuencia a modo de espacio de desconexión y ocio para cenar con esos mismos productores y que, de una forma más distendida, nos contaran sus proyectos. De esta forma se puso fin a una frenética primera jornada.

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Vinyes d’Olivardots

La agenda del segundo día no pretendía dejarnos demasiado tiempo libre. Consistía en optimizar el tiempo recorriendo los distintos estilos de bodegas que se dan en la denominación de origen: pequeña bodega, gran bodega y cooperativa. Empezamos por la pequeña bodega, en este caso Vinyes d’Olivardots en Capmany donde nos reciben Carmen Casacuberta y su hija Carlota Pena. Dos amantes de sus viñas que, como no podía ser de otra forma, obtienen producciones reducidas donde prima la calidad del grano sobre otras muchas cosas. La recolección de la uva se realiza de manera manual, cortando los racimos uno a uno y recogiéndolos en pequeñas cajas de diez kilos con el objetivo de mantenerlos en el mejor estado posible hasta su llegada en bodega. Esta técnica, permite hacer una primera selección en el propio viñedo, escogiendo sólo los mejores racimos de cada cepa. Tras la llegada de la uva a la bodega, hacemos una primera maceración en frío en cámara frigorífica, entre dos y cuatro grados centígrados, para aumentar la dureza del grano. A continuación, en la mesa de selección, se reparte la uva por vibración, donde un equipo de hasta ocho personas eliminan grano a grano las bayas sobremaduradas y todos los elementos no deseables para sus vinos. Transportándonos a los orígenes de elaboración, guarda y transporte de vino desde hace más de tres mil años, en el año 2013 recuperaron la tradición para elaborar parte de sus vinos en ánforas de barro, respetuosas con las propiedades organolépticas de las variedades, el terroir y el trabajo del viñedo. En su interior los vinos fermentan y hacen una crianza de cuatro meses donde se concentran aromáticamente y ganan untuosidad en boca. Después de una larga maceración y un prensado suave, los vinos pasan por gravedad a las barricas de roble francés, dentro de una sala subterránea y climatizada, donde harán la fermentación maloláctica, se removerán sus lías (bâtonnage) y esperarán entre dieciséis y dieciocho meses a que se integren los diferentes matices que nos aporta la tierra, la viña y las maderas nobles. Esta pasión por los vinos de la familia Pena Casacuberta no deja indiferente a nadie. Ni siquiera a la familia Roca que en El Celler los ofrecen a sus clientes.

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Perelada

Nos ponemos en marcha hacia la segunda bodega del día. Nos espera Perelada. Una gran bodega conocida internacionalmente. Marcas de coches como Hispano-Suiza o incluso el mundo de la cultura, la arquitectura y el propio Ayuntamiento de Barcelona han estado vinculadas desde siempre a la familia Mateu. La elaboración de vino en el Castillo Perelada está documentada ya desde la Edad Media, tal y como lo atestiguan varios documentos y pergaminos de la época que se conservan en la biblioteca. Cuando Miguel Mateu compró este conjunto monumental en 1923 uno de sus principales objetivos fue la revitalización de esta tradición vitivinícola, una tradición que hoy se encuentra más viva que nunca y que ha incorporado la más moderna tecnología para elaborar unos vinos que sacan el máximo partido de los matices de los suelos y viñedos del Empordà. En pocos lugares del mundo puede encontrarse una variedad de suelos como la que existe en esta zona. Laderas de pizarra, sedimentos de origen fluvial, terrenos ricos en limos y arcillas, suelos de grava... Esta heterogeneidad de las tierras en las que crecen sus viñedos permite a Perelada obtener unas uvas con una amplísima gama de matices. Unos matices con los que elabora vinos complejos y llenos de carácter. La decisión de construir una nueva bodega responde a los valores que han sido los pilares de la empresa desde los orígenes: la vocación de hacer grandes vinos de calidad y la convicción de apostar por la experimentación y la innovación. También es la culminación de una historia de amor que desde hace un siglo une a la familia propietaria de la compañía y el Empordà.

Pero Perelada no es sólo sus vinos. Me atrevo a calificar esta bodega como la Catedral de los Vinos de Empordà. La familia Suqué-Mateu, propietarios de Perelada, confiaron en la intuición del estudio RCR y la pureza de su arquitectura, basada en el respeto por el paisaje preexistente y en priorizar la vertiente emocional y experiencial del espacio resultante. La nueva bodega de Perelada es la primera de Europa en contar con la certificación ambiental y energética LEED® BD + C, un sello desarrollado por el US Green Building Council que acreditará la sostenibilidad y alta eficiencia de su diseño y construcción. Las nuevas instalaciones tienen capacidad para dar entrada a casi tres millones de kilos de uva y para producir cerca de dos millones de litros de vino. Al mismo tiempo que la producción, la divulgación de la cultura del vino y la venta del producto han adquirido una gran importancia, convirtiendo la bodega en un equipamiento emblemático de interés enoturístico enfocado a degustaciones, visitas y oferta de ocio. En su restaurante dimos cuenta de un exquisito menú elaborados con productos recogidos de su misma huerta, lo que le otorga un extraordinario valor

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Celler Cooperatiu d’Espolla

Hemos visitado dos conceptos de bodegas completamente diferentes: una pequeña bodega y una gran bodega. Cada una en su estilo, no sabría con cuál de las dos quedarme. Tenemos pendiente el tercer concepto que nos quieren mostrar para que nos llevemos una idea global de las producciones que se realizan en la zona. El concepto cooperativista es el que queda pendiente para lo cual nos desplazamos hasta el municipio de Espolla y, lejos de recibirnos en una bodega, lo hacen en medio de una viña desde donde se adivina Francia y hacemos un pequeño pero heroico recorrido por donde los propietarios de esta tierra se mueven a diario subiendo y bajando con tremenda habilidad con suelos pizarrosos y tremendas pendientes.

El Celler Cooperatiu d’Espolla es una de las empresas vinícolas con una de las tradiciones más dilatadas de la comarca de l’Alt Empordà, en el noreste de Catalunya. Fue fundado en el año 1931 por un grupo de viticultores que deseaban mejorar la calidad de sus productos y comercializarlos debidamente. Un espíritu de superación contante ha permitido que esta bodega, a lo largo de sus años de existencia, haga compatible el mantenimiento de un espíritu tradicional en las labores de la viña y en la elaboración del vino, y la incorporación progresiva de las mejoras tecnológicas más avanzadas.

Desde aquí ponen en marcha la colección de vinos de finca de los socios de la Bodega Cooperativa de Espolla con el objetivo principal de mantener y preservar un paisaje tan único y característico como el que nos rodea. Mediante ediciones muy limitadas, año tras año, se irán ofreciendo postales en forma de vino de las fincas más peculiares, para poder mostrar y explicar conceptos característicos de esta zona de la D.O. Empordà y también para dar un reconocimiento hacia los socios, porque son ellos quienes han creado y preservado el paisaje a base de paciencia, esfuerzo y dedicación a lo largo de los más de ochenta años de historia de la cooperativa. Así nace el proyecto “Vins de Postal”.

Esta es una de las bodegas de la DO Empordà que han empezado a embotellar sus vinos de mayor calidad con tapones elaborados con corcho extraído de alcornoques ubicados en sus mismas fincas o en explotaciones cercanas. El objetivo de esta iniciativa es poner en valor el corcho autóctono, contribuir a su recuperación y favorecer la gestión de los bosques de alcornoque del Empordà. El proyecto, impulsado por el Institut Català del Suro y el Consejo Regulador de la DO Empordà, en colaboración con la Asociación de Empresarios Corcheros de Cataluña (AECORK) y los colectivos de propietarios forestales, pretende, sobretodo poner en valor la confluencia singular del corcho y la vid en un mismo territorio: el Empordà. Las dos instituciones han creado la marca «Tapones de finca» para identificar estos tapones de proximidad elaborados con corcho autóctono y de calidad del Empordà o les Gavarres fabricados por empresas corcheras de las comarcas de Girona.

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Ruta enogastronómica, cata de Vinos de Finca Calificada y Cena de Gala

Se pone el sol y regresamos hacia Figueres con la sensación de haber recibido una importante dosis de realidad profundizando en unos vinos, hasta la fecha, relativamente desconocidos para mí. Toca iniciar una ruta enogastronómica. Además de sus vinos, la gastronomía y el turismo son otros de los puntales de la economía de esta zona y la figura de Salvador Dalí se convierte en un personaje fundamental para explicarla. Por este motivo, vamos a empezar la ruta en el Hotel Empordà donde se encuentra ubicado el restaurante El Motel. Cuentan que había dos platos que le apasionaban al artista: las sardinas con guisantes y el pato con pera. De aquí nos desplazamos hasta la puerta del Museo Dalí y finalizamos la ruta en el Hotel Durán, otro lugar de culto para el genio catalán.

Finalizamos el día en el restaurante El Motel, donde empezamos la ruta enogastronómica, con una cata de vinos a cargo de Audrey Dore, sumiller de El Celler de Can Roca. Cataluña cuenta actualmente con catorce Vinos de Finca Calificada de seis Denominaciones de Origen diferentes, cuatro vinos de la DOQ Priorat (Clos Mogador, Mas de la Rosa, Clos Fontà y Coma Blanca), cinco de la DO Penedès (La Scala, Le Havre, Vinya Gigi, Viña Palau y Avi Ton), dos de Pla de Bages (3.9 y Arnau Oller), uno de la DO Montsant (Teixar), uno de la DO Terra Alta (Mas Edetària Selecció) y uno de la DO Empordà (V de O2). Audrey selecciona cinco: Avi Ton, Coma Blanca, Clos Mogador, La Scala y V de O2 y realiza una cata magistral de la que disfrutamos en un fantástico ambiente junto a algunos bodegueros con quienes compartimos la posterior cena de gala.

Visita al Museo Dalí y Entrega de Premios AEPEV

... y llegó el gran día. La entrega de los premios anuales de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino supone la culminación a un año de trabajo. Es algo así como la llegada a la meta, que implica cargar pilas rápido y volver de nuevo a la carretera para seguir trabajando en la difusión y promoción de las bodegas y los vinos de España. Antes, nos esperaba una sorpresa. Teníamos visita privada, a puerta cerrada, al Teatro Museo Dalí. Un auténtico privilegio del que disfrutamos en compañía de Montse Aguer, su directora, que nos hizo de guía de lujo por las distintas estancias del museo explicando cada detalle con la pasión que solo ella sabe imprimirle. Una experiencia que, al igual que todo lo que viví de forma profesional durante estos tres días, lo repetiré en familia.

El lugar que nos recibió el primer día a nuestra llegada fue el mismo que puso punto y final a esta press trip. Volvimos al Auditori Convent dels Caputxins para asistir al acto de entrega de premios. Es importante resaltar que los Premios AEPEV no son un concurso o una cata al uso. Ser incluido entre los productos a valorar es solo potestad de los líderes de opinión (socios de AEPEV) en función de las noticias generadas durante el año y también considerando los productos catados por ellos a lo largo del 2022. La relación entre productores y comunicadores generan noticias y estas popularizan los vinos y espirituosos. Estos Premios AEPEV reconocen a los mejores. Esta asociación ha tenido que elegir entre más de un millar de marcas propuestas en la primera fase del concurso, de las que en la segunda quedaron ciento cincuenta vinos y vermús y cuarenta y cinco espirituosos. Los socios han emitido cerca de doce mil votos en los quince apartados.

Tras la calurosa bienvenida de la alcaldesa de Figueres, doña Agnes Lladó, el presidente de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino, don José Luis Murcia, fue nombrando a los ganadores que iba subiendo al escenario para recoger sus premios. El Gran Premio AEPEV fue para Pago de Carraovejas 2020, de Bodega Pago de Carraovejas, perteneciente a la DOP Ribera del Duero y ubicada en Peñafiel (Valladolid), siendo el vino más votado con un total de ciento treinta y dos puntos.

En este enlace que les dejo www.aepev.es pueden consultar con detalle el palmarés, pero les adelanto que Andalucía, con diez vinos y espirituosos, se ha erigido en la Comunidad Autónoma más galardonada, a las que han acompañado Castilla y León con ocho, Comunidad Valenciana, con cinco marcas; Galicia, con tres; Cataluña con dos y Baleares, Castilla-La Mancha, La Rioja, Madrid y Navarra con una.

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Alba Balcells i Barril

He querido dedicar un apartado especial para la labor de Alba Balcells, la directora General de l'Institut Català de la Vinya i el Vi (INCAVI) desde del junio de 2021 a modo de ejemplo a seguir. Esta joven mujer, nacida en Linyola hace treinta y siete años, gestiona con tremenda pasión el mundo del vino. Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración (UPF), especializada en gestión y administraciones públicas, master en Participación y Políticas Locales (UAB) y cuenta con los tres certificados internacionales de conocimiento del vino y de sus procesos de elaboración de Wine & Spirit Education Trust (WSET), nos acompañó durante toda la experiencia, tanto como sus obligaciones le permitía, y estuvo pendiente de cualquier mínimo detalle. Esta labor es tan importante como necesaria para percibir qué se nos ha querido transmitir. Para que el concepto no sea que, en Cataluña, se hacen buenos vinos, sino que, detrás de esos vinos hay una labor incansable de un equipo que cree firmemente en lo que hace, dejando a un lado los intereses económicos, importantes sin lugar a duda, y priorizando la calidad del producto y la unión entre los productores.

Desde aquí, hago una invitación formal a eliminar barreras y ampliar nuestro campo de visión. Sólo así podremos enriquecernos como amantes de los vinos y disfrutar de otras cosas que, por desconocidas, no dejan de tener un enorme valor. En este mundo, las fronteras sólo las deben poner los arriates que separan las variedades de uvas a la hora de vendimiar. Otras fronteras son de catetos.