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Actualizado: 22 oct 2020 / 08:15 h.
  • La conquista del Espacio... El precio a pagar

Analizando el progreso del Hombre a lo largo de su Historia no podemos sino sorprendernos ante su evolución, desde las infravaloradas civilizaciones egipcias o mayas hasta hoy el progreso técnico del Hombre ha pasado de la sorpresa por el descubrimiento del fuego hasta la conquista del Espacio. Entre tantos milenios de evolución muchos otros progresos y adelantos científicos que en muchos de los casos no han hecho más que mejorar la vida del ser humano... Incluso tanto progreso esconde tragedias y misterios aún pendientes de ser desvelados.

El hombre desde sus inicios siempre ha anhelado volar y conquistar los cielos pero cuando hubo “dominado” su mundo anheló la conquista del Espacio y en pocas décadas lo consiguió, hoy en día soñamos con llegar más lejos de nuestro sistema solar, conquistar no sólo el espacio sino también el Tiempo, en llegar a otros planetas e incluso en plantear la hipótesis de bases en otros mundos. En nuestra Tierra aún desconocemos lo que nos deparan las fosas abisales, la incandescencia de los volcanes, la fuerza de los terremotos, los fenómenos meteorológicos descontrolados o la simple sorpresa de la rebelión de la Naturaleza contra el Hombre, ese mismo hombre que al principio de su evolución desconocía todos estos grandes “secretos” pero que vivía en paz con su medio. En ese mismo medio en el que observaba la Luna y soñaba con ella y pisarla algún día en un lejano futuro...

Lo relato en mi libro “El enigma de las catástrofes del fin del mundo” (Ed. Mirahadas) y hoy sabemos que el hombre también conquistó la Luna y se lanzó al Espacio, a ese diamante negro, frío, turbio e inexplorado, lleno de peligros acechantes pero que nuevamente seduce la fantasía del ser humano invitándolo a soñar con su exploración. Es la historia de la Vida en la Tierra, la consecución de una meta científica y tecnológica para que sin solución de continuidad marcar otra meta aún más difícil de lograr, es la historia de la superación del Hombre, de enfrentarse a su medio, a sus limitaciones y a él mismo.

La Conquista del Espacio ha sido uno de los objetivos más difíciles de lograr por el hombre y su Ciencia, por el progreso...y en esa lucha por conseguir ese viejo sueño muchos héroes desconocidos dejaron sus vidas en el empeño, desconocidos casi olvidados por todos a favor de aquellos que alcanzaron con vida la gloria del triunfo, héroes casi anónimos, víctimas de un sueño en el que se vieron imbuidos, primeros mártires de nuestra Astronáutica moderna.

Narrar las tragedias de estos héroes anónimos es casi impensable sin también hacerlo de la lucha por conseguir alcanzar el viejo sueño espacial del Hombre. Muchos de ellos fallecieron en acto de servicio y sus muertes se vieron silenciadas por el propio instinto de salvaguardar el ego de las Agencias Aeroespaciales de no querer contar la verdad de esos trágicos sucesos y desastres que acabaron con la vida de un puñado de valientes pioneros del Espacio. En la carrera por llegar primero al Espacio muchos dejaron sus vidas y a través de estas páginas conoceremos su trágico final, a ellos la ciencia aeroespacial les debe gran parte de sus éxitos ya que fueron una parte importante de la consecución de ese reto.

Los años finales de la década de los 50 fue la fecha de inicio de la carrera espacial cuyo liderazgo se disputarían durante décadas las dos grandes superpotencias del mundo: los EE.UU. y la Unión Soviética. A comienzos de Octubre de 1957 los soviéticos colocaban el primer satélite artificial en órbita con la Tierra, apenas un mes más tarde la perra “Laika” sería el primer ser vivo reconocido que estuvo en el espacio y a la vez sería el primer mártir de la carrera espacial. Durante años la rueda propagandística rusa hizo creer al mundo que el animal estuvo en órbita varios días antes de fallecer y los resultados obtenidos fueron vitales para los futuros astronautas del mañana... Hoy sabemos que sólo fueron bonitas palabras y guerra fría, guerra de intereses entre potencias y más desencanto del que jamás reconocerán. “Laika” falleció apenas cuatro horas después del lanzamiento, entre un calor insoportable, ataques de ansiedad y ritmo cardiaco frenético, a buen seguro fueron horas insufribles para el animal pero de eso nadie jamás comentó nada...

En la segunda mitad del año 1960 se produjeron por parte soviética nuevos intentos y experiencias con seres vivos en el espacio...nuevos “mártires” del progreso y de la Ciencia. A bordo de una cápsula Korabl, el 18 de Agosto del mismo año fue lanzado el “Sputnik-5”, en su interior viajaban dos nuevo cánidos, “Strelka” y “Belka” quienes perecieron nada más comenzar esta nueva experiencia espacial condenada al fracaso desde que en Julio las primeras pruebas resultaban desalentadoras. El 1 de Diciembre, de nuevo a bordo de una cápsula Korabl salía hacía el espacio el “Sputnik-6”, un fallo en el retrocohete de la nave imposibilitó el regreso a Tierra de la misma...sus “tripulantes”, los cánidos “Mushka” y “Pchyolca” murieron asfixiados y presa del pánico en órbita con nuestro planeta.

Entre tanto los norteamericanos no perdían el tiempo en esta carrera por llegar primero al espacio y el 29 de julio de 1960 se dio banderazo de salida al programa “Mercury” (1961-1962), el “Mercury Atlas-1” salía para probar la estabilidad del cohete americano. Una explosión en este provocó que esta nave no tripulada se viera condenada al fracaso. Fracaso que se vio repetido el 21 de Noviembre de 1960 con el vuelo del “Mercury Redstone-1”: los cohetes apenas elevaron unos centímetros a las naves y estos se apagaron, la nave no despegó.

“Ham” fue el primer ser vivo que lanzaron los americanos al espacio para estudiar el comportamiento durante un vuelo balístico.

El 12 de abril de 1961 el proyecto “Vostok” (1961-1963) vio coronado su esfuerzo y ganada la primera batalla a los americanos por el espacio cuando por primera vez colocaron a un hombre en órbita, se trataba del cosmonauta Yuri A. Gagarin quién a bordo de la “Vostok-1” y gracias a un cohete SL-3 tuvo tamaño honor. Pocos saben del auténtico riesgo de aquella misión suicida. Gagarin no tenía apenas control sobre su nave que era controlada desde Tierra por los ingenieros soviéticos responsables del programa espacial, durante 1 hora y 48 minutos el mundo quedó asombrado por la proeza a la que el Hombre había logrado llegar. Pocos saben que Gagarin no aterrizó de forma tan perfecta como se hizo creer a la opinión pública y el periódico por excelencia de los moscovitas, el “Pravda”, publicaba en sus páginas el aterrizaje forzoso en un sembrado del desorientado Gagarin que pedía un teléfono para que fueran a recogerlo tras su viaje alrededor de la Tierra... El programa “Vostok” fue un completo éxito que se extendió en cinco misiones más hasta el año 1964 fecha en la que sería sustituido por el programa “Voskhod”, atrás quedaron interminables órbitas sobre la Tierra, el primer hombre en órbita y la primera mujer en el espacio: Valentina V. Tereshkova.

El ingeniero de la Oficina Conceptual Experimental 456, M.Rudenko, declaraba al diario “Pravda” como desde el cosmódromo de Astrakán se lanzaron en los años 1957, 1958 y 1959 tres misiones predecesoras del vuelo del mítico Yuri Gararín. Las tres misiones acabaron en tragedia. Alexis Dedovsky murió en 1957 cuando explotó su nave a 200 millas de tierra. En 1958 Chiborin moría asfixiado con el canal de su radio abierto entre lamentaciones y trágica agonía de esa forma de morir. El último muerto era el cosmonauta Niktov, reventado dentro de su cápsula “Vostok” como sus anteriores y desgraciados predecesores. En el año 1961 el cosmonauta Bondarenko moría dentro de su cápsula cuando la atmósfera de esta se incendiaba y en ese mismo año, el 4 de febrero, los cosmonautas soviéticos Konev, Grasev y Grashur se perdían para siempre en el Espacio para no volver jamás...

Los Estados Unidos proseguían con el proyecto “Mercury” y consiguieron logros como los de poner en vuelo suborbital a Alan B. Shepard el 5 de mayo de 1961 a bordo del “Mercury Redstone-3” cápsula “Freedom 7”. El 21 de Julio del mismo año Virgil I.Grissom lograría la misma hazaña en vuelo catalogados como suicidas a tenor de los pésimos resultados obtenidos en las pruebas no tripuladas. El 29 de noviembre de 1961 se lanzaba el “Mercury Atlas-5” en vuelo orbital sobre la Tierra, dentro iba “Enos”, el segundo chimpancé en llegar al espacio de la Historia, los soviéticos no perdían el tiempo y el cosmonauta Titov alcanzaba la hazaña de su compatriota Gagarin. Ante la extrema repercusión de las noticias en torno a los cosmonautas rusos los EE.UU. se veía presionado por la opinión pública en poner también a un hombre en órbita y el 20 de febrero de 1962 se logró dicho reto de la “mano” del “Mercury Atlas-6” y el cosmonauta John Glenn. Otros estuvieron en órbita a bordo de otras tantas “Mercury” como Malcom C. Carpenter, Walter M. Schirra o Leroy Gordon Cooper entre otros.

Estos primeros vuelos de ambas superpotencias antes de los programas “Voskhod” y “Gemini” eran extremadamente arriesgado y peligroso, se sentaron con ellos las bases para el futuro de la astronáutica pero cualquier fallo, por mínimo que fuera, condenaba el éxito de la misión espacial y la vida de su cosmonauta.

Pero hay mucho más aunque, quizás, eso se lo cuento en otra ocasión...

La conquista del Espacio... El precio a pagar

Analizando el progreso del Hombre a lo largo de su Historia no podemos sino sorprendernos ante su evolución, desde las infravaloradas civilizaciones egipcias o mayas hasta hoy el progreso técnico del Hombre ha pasado de la sorpresa por el descubrimiento del fuego hasta la conquista del Espacio. Entre tantos milenios de evolución muchos otros progresos y adelantos científicos que en muchos de los casos no han hecho más que mejorar la vida del ser humano... Incluso tanto progreso esconde tragedias y misterios aún pendientes de ser desvelados.

El hombre desde sus inicios siempre ha anhelado volar y conquistar los cielos pero cuando hubo “dominado” su mundo anheló la conquista del Espacio y en pocas décadas lo consiguió, hoy en día soñamos con llegar más lejos de nuestro sistema solar, conquistar no sólo el espacio sino también el Tiempo, en llegar a otros planetas e incluso en plantear la hipótesis de bases en otros mundos. En nuestra Tierra aún desconocemos lo que nos deparan las fosas abisales, la incandescencia de los volcanes, la fuerza de los terremotos, los fenómenos meteorológicos descontrolados o la simple sorpresa de la rebelión de la Naturaleza contra el Hombre, ese mismo hombre que al principio de su evolución desconocía todos estos grandes “secretos” pero que vivía en paz con su medio. En ese mismo medio en el que observaba la Luna y soñaba con ella y pisarla algún día en un lejano futuro...

Lo relato en mi libro “El enigma de las catástrofes del fin del mundo” (Ed. Mirahadas) y hoy sabemos que el hombre también conquistó la Luna y se lanzó al Espacio, a ese diamante negro, frío, turbio e inexplorado, lleno de peligros acechantes pero que nuevamente seduce la fantasía del ser humano invitándolo a soñar con su exploración. Es la historia de la Vida en la Tierra, la consecución de una meta científica y tecnológica para que sin solución de continuidad marcar otra meta aún más difícil de lograr, es la historia de la superación del Hombre, de enfrentarse a su medio, a sus limitaciones y a él mismo.

La Conquista del Espacio ha sido uno de los objetivos más difíciles de lograr por el hombre y su Ciencia, por el progreso...y en esa lucha por conseguir ese viejo sueño muchos héroes desconocidos dejaron sus vidas en el empeño, desconocidos casi olvidados por todos a favor de aquellos que alcanzaron con vida la gloria del triunfo, héroes casi anónimos, víctimas de un sueño en el que se vieron imbuidos, primeros mártires de nuestra Astronáutica moderna.

Narrar las tragedias de estos héroes anónimos es casi impensable sin también hacerlo de la lucha por conseguir alcanzar el viejo sueño espacial del Hombre. Muchos de ellos fallecieron en acto de servicio y sus muertes se vieron silenciadas por el propio instinto de salvaguardar el ego de las Agencias Aeroespaciales de no querer contar la verdad de esos trágicos sucesos y desastres que acabaron con la vida de un puñado de valientes pioneros del Espacio. En la carrera por llegar primero al Espacio muchos dejaron sus vidas y a través de estas páginas conoceremos su trágico final, a ellos la ciencia aeroespacial les debe gran parte de sus éxitos ya que fueron una parte importante de la consecución de ese reto.

Los años finales de la década de los 50 fue la fecha de inicio de la carrera espacial cuyo liderazgo se disputarían durante décadas las dos grandes superpotencias del mundo: los EE.UU. y la Unión Soviética. A comienzos de Octubre de 1957 los soviéticos colocaban el primer satélite artificial en órbita con la Tierra, apenas un mes más tarde la perra “Laika” sería el primer ser vivo reconocido que estuvo en el espacio y a la vez sería el primer mártir de la carrera espacial. Durante años la rueda propagandística rusa hizo creer al mundo que el animal estuvo en órbita varios días antes de fallecer y los resultados obtenidos fueron vitales para los futuros astronautas del mañana... Hoy sabemos que sólo fueron bonitas palabras y guerra fría, guerra de intereses entre potencias y más desencanto del que jamás reconocerán. “Laika” falleció apenas cuatro horas después del lanzamiento, entre un calor insoportable, ataques de ansiedad y ritmo cardiaco frenético, a buen seguro fueron horas insufribles para el animal pero de eso nadie jamás comentó nada...

En la segunda mitad del año 1960 se produjeron por parte soviética nuevos intentos y experiencias con seres vivos en el espacio...nuevos “mártires” del progreso y de la Ciencia. A bordo de una cápsula Korabl, el 18 de Agosto del mismo año fue lanzado el “Sputnik-5”, en su interior viajaban dos nuevo cánidos, “Strelka” y “Belka” quienes perecieron nada más comenzar esta nueva experiencia espacial condenada al fracaso desde que en Julio las primeras pruebas resultaban desalentadoras. El 1 de Diciembre, de nuevo a bordo de una cápsula Korabl salía hacía el espacio el “Sputnik-6”, un fallo en el retrocohete de la nave imposibilitó el regreso a Tierra de la misma...sus “tripulantes”, los cánidos “Mushka” y “Pchyolca” murieron asfixiados y presa del pánico en órbita con nuestro planeta.

Entre tanto los norteamericanos no perdían el tiempo en esta carrera por llegar primero al espacio y el 29 de julio de 1960 se dio banderazo de salida al programa “Mercury” (1961-1962), el “Mercury Atlas-1” salía para probar la estabilidad del cohete americano. Una explosión en este provocó que esta nave no tripulada se viera condenada al fracaso. Fracaso que se vio repetido el 21 de Noviembre de 1960 con el vuelo del “Mercury Redstone-1”: los cohetes apenas elevaron unos centímetros a las naves y estos se apagaron, la nave no despegó.

“Ham” fue el primer ser vivo que lanzaron los americanos al espacio para estudiar el comportamiento durante un vuelo balístico.

El 12 de abril de 1961 el proyecto “Vostok” (1961-1963) vio coronado su esfuerzo y ganada la primera batalla a los americanos por el espacio cuando por primera vez colocaron a un hombre en órbita, se trataba del cosmonauta Yuri A. Gagarin quién a bordo de la “Vostok-1” y gracias a un cohete SL-3 tuvo tamaño honor. Pocos saben del auténtico riesgo de aquella misión suicida. Gagarin no tenía apenas control sobre su nave que era controlada desde Tierra por los ingenieros soviéticos responsables del programa espacial, durante 1 hora y 48 minutos el mundo quedó asombrado por la proeza a la que el Hombre había logrado llegar. Pocos saben que Gagarin no aterrizó de forma tan perfecta como se hizo creer a la opinión pública y el periódico por excelencia de los moscovitas, el “Pravda”, publicaba en sus páginas el aterrizaje forzoso en un sembrado del desorientado Gagarin que pedía un teléfono para que fueran a recogerlo tras su viaje alrededor de la Tierra... El programa “Vostok” fue un completo éxito que se extendió en cinco misiones más hasta el año 1964 fecha en la que sería sustituido por el programa “Voskhod”, atrás quedaron interminables órbitas sobre la Tierra, el primer hombre en órbita y la primera mujer en el espacio: Valentina V. Tereshkova.

El ingeniero de la Oficina Conceptual Experimental 456, M.Rudenko, declaraba al diario “Pravda” como desde el cosmódromo de Astrakán se lanzaron en los años 1957, 1958 y 1959 tres misiones predecesoras del vuelo del mítico Yuri Gararín. Las tres misiones acabaron en tragedia. Alexis Dedovsky murió en 1957 cuando explotó su nave a 200 millas de tierra. En 1958 Chiborin moría asfixiado con el canal de su radio abierto entre lamentaciones y trágica agonía de esa forma de morir. El último muerto era el cosmonauta Niktov, reventado dentro de su cápsula “Vostok” como sus anteriores y desgraciados predecesores. En el año 1961 el cosmonauta Bondarenko moría dentro de su cápsula cuando la atmósfera de esta se incendiaba y en ese mismo año, el 4 de febrero, los cosmonautas soviéticos Konev, Grasev y Grashur se perdían para siempre en el Espacio para no volver jamás...

Los Estados Unidos proseguían con el proyecto “Mercury” y consiguieron logros como los de poner en vuelo suborbital a Alan B. Shepard el 5 de mayo de 1961 a bordo del “Mercury Redstone-3” cápsula “Freedom 7”. El 21 de Julio del mismo año Virgil I.Grissom lograría la misma hazaña en vuelo catalogados como suicidas a tenor de los pésimos resultados obtenidos en las pruebas no tripuladas. El 29 de noviembre de 1961 se lanzaba el “Mercury Atlas-5” en vuelo orbital sobre la Tierra, dentro iba “Enos”, el segundo chimpancé en llegar al espacio de la Historia, los soviéticos no perdían el tiempo y el cosmonauta Titov alcanzaba la hazaña de su compatriota Gagarin. Ante la extrema repercusión de las noticias en torno a los cosmonautas rusos los EE.UU. se veía presionado por la opinión pública en poner también a un hombre en órbita y el 20 de febrero de 1962 se logró dicho reto de la “mano” del “Mercury Atlas-6” y el cosmonauta John Glenn. Otros estuvieron en órbita a bordo de otras tantas “Mercury” como Malcom C. Carpenter, Walter M. Schirra o Leroy Gordon Cooper entre otros.

Estos primeros vuelos de ambas superpotencias antes de los programas “Voskhod” y “Gemini” eran extremadamente arriesgado y peligroso, se sentaron con ellos las bases para el futuro de la astronáutica pero cualquier fallo, por mínimo que fuera, condenaba el éxito de la misión espacial y la vida de su cosmonauta.

Pero hay mucho más aunque, quizás, eso se lo cuento en otra ocasión...