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Actualizado: 15 oct 2021 / 10:29 h.
  • Raptos de pasión en el inicio de temporada de la ROSS
    Fotografía de Guillermo Mendo.

No pudieron ser mejores las vibraciones que transmitió nuestra Sinfónica en su concierto de inauguración de temporada, y eso que ni el popularísimo programa consiguió aforo completo, puede que por las reticencias todavía de un sector de la población a compartir espacios cerrados. Quizás hoy viernes, a las puertas del fin de semana, se consiga el lleno. Las partituras elegidas, aunque muy transitadas, suponen siempre una grata experiencia para los sentidos. Se trata de dos de las piezas más representativas de la música francesa, que supusieron cada una en su momento un punto de inflexión en la concepción de la música en general. Siempre habrá nuevos oyentes entre el público que agradecerán poder enfrentarse por primera vez a obras tan emblemáticas como el Bolero de Ravel, cuya escucha en directo aporta además el placer de ver a los y las integrantes de la orquesta sumarse paulatinamente a esta inmarchitable experiencia musical. Hubo también rostros nuevos en la plantilla de la orquesta, más savia joven y alguna que otra plaza cubierta, lo que sin duda es también motivo para el regocijo.

Con Michel Plasson de nuevo ante la orquesta con un programa netamente francés y demostrando que la veteranía es una ventaja, se confirmaron los aires de buenos augurios. Esta nueva temporada con múltiples escenarios, el Maestranza para el repertorio sinfónico, el Lope para programas más íntimos y el Turina para el tradicional ciclo de cámara, tiene a Plasson como director honorario. Él se encargó de su inauguración y cerrará también la temporada cuando en la Noche de San Juan dirija en versión de concierto la ópera de Poulenc Diálogo de Carmelitas.

Música que abre horizontes

La Sinfonía Fantástica constituye junto al drama musical Lélio ese Episodio en la vida de un artista que Berlioz concibió a partir del legado beethoveniano pero con novedades estructurales y expresivas que rompieron el molde y abrieron nuevos derroteros a la composición musical. Experto en la materia, Plasson desgranó cada uno de los episodios en los que se divide este descenso a los infiernos de un amante criminal, punto álgido al que podía aspirar el amor romántico, con una fuerte carga dramática, casi operística. El retrato a la vez delicado y atormentado del personaje central fue entendido por Plasson con sentido del equilibrio y la medida, con las dosis necesarias de ensoñación y el tono melancólico que demanda. El vals que le sigue se resolvió con elegancia y suntuosidad, a pesar de algún inconveniente ritardando y de que no se apreció en su totalidad la impresión de irrealidad que le caracteriza. Con un atractivo efectismo, el corno inglés fuera de escenario mientras dialoga con el oboe, acentuando la carga dramática de la propuesta, arrancó una escena en el campo de atmósfera bucólica y carácter expansivo, que encontró en los solistas de la ROSS una magnífica respuesta a nivel técnico y expresivo. Algo menos implacable de lo deseable resultó la marcha, con prestaciones eso sí impecables de percusión y metales. Sí fue desenfrenado y diabólico, apasionado, grotesco y delirante, el aquelarre final, con reminiscencias casi apocalípticas y un estruendoso triunfo global.

Estos raptos de pasión que protagonizaron la Fantástica se abrieron paso también en un Bolero ejemplar, dirigido con pulso preciso y exigente por un Plasson en plena forma, y marcado por el trabajo irresistible del tamborilero y unas prestaciones sensacionales de cada solista. Con unas dinámicas muy trabajadas y un magistral ejercicio de juegos tímbricos, Plasson y la Sinfónica marcaron ese ritmo obsesivo a lo largo del característico crescendo orquestal hasta la exuberante explosión final de este experimento musical que en ocasiones como esta deriva en experiencia catártica. La larga ovación del público provocó una propina, ese envolvente y conmovedor final de Mi madre la oca que el maestro ya ha interpretado en otras ocasiones al frente de la ROSS.

ROSS ****

1er Concierto del Ciclo Gran Sinfónico de la Temporada nº 31 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Michel Plasson, director. Programa: Sinfonía Fantástica Op. 14, de Berlioz; Bolero, de Ravel. Jueves 14 de octubre de 2021